La polémica sobre la posible construcción de una carretera que una las provincias de Huelva y Cádiz ha inundado todo el mes de septiembre. Un proyecto que viene de lejos, desde los inicios de la democracia en España, y que fue una promesa electoral del Partido Popular antes de las últimas elecciones andaluzas, las del 2 de diciembre de 2018.
El proyecto uniría a las dos únicas capitales que no se comunican por autovía, pero existe un problema, uno grande: Doñana. El Parque nacional hace de barrera natural entre ambas provincias. Un paraje único que ocupa más de 54.000 hectáreas y que constituye un ecosistema excepcional que da cabida al desarrollo vital de cientos de especies animales y vegetales.
La consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Marifrán Carazo, compareció este pasado miércoles a petición del PSOE para que explicase en qué consistiría el proyecto y advertir a la política: “No se atrevan a tocarle un pelo a Doñana o tendrán enfrente a todos los andaluces, españoles y a toda la comunidad internacional", espetó la socialista María Márquez.
La vía para unir a los onubenses con los gaditanos, que hasta ahora están obligados a pasar por Sevilla para visitar a sus vecinos, viene de lejos. En los 90, la Junta presidida por Manuel Chaves trató de recuperar un antiguo plan del extinto Ministerio de Obra Públicas y Urbanismo. Tras varias intentonas y reuniones, a principios de los 2000 desestimaron la construcción después de que Bruselas abriese un expediente a España por atentar contra el paraje medioambiental, cuya raíz estuvo en la denuncia de un grupo ecologista.
Fuentes del Ministerio de Fomento apuntan que se va a tabajar “poco a poco” y que antes que nada se hará un “estudio de demanda” para saber cuánta gente saldría beneficiada
Hace un año, antes de los comicios, el PP volvía a sacar a flote la idea de unir Huelva y Cádiz. La consejera Carazo apuntó el miércoles que ahora mismo no hay ningún proyecto sobre la mesa. Fuentes del Ministerio de Fomento apuntan que se va a tabajar “poco a poco” y que antes que nada se hará un “estudio de demanda” para saber cuánta gente saldría beneficiada, y posteriormente se trabajaría en un documento para saber cuánto costaría construir la carretera. Pero de ningún modo habrá negro sobre blanco antes de que acabe el año. El cómo y cuándo se conectarán las dos capitales se estudiará a posteriori.
Carazo aprovechó la ocasión para cargar contra el ministro del ramo, José Luis Ábalos. La consejera lamentó que desde el Gobierno de España se haya abandonado la idea de construir túneles para cruzar el Guadalquivir desde Sevilla, en lugar del puente que hay que tomar para sobrepasarlo en estos momentos, algo que acortaría los puentes para salir o entrar al pasar por Sevilla.
Respuesta del Gobierno
El delegado del Gobierno en Andalucía, Lucrecio Fernández, aseguró este viernes, antes de participar en el Consejo de Participación de Doñana, que el citado espacio natural es "una prioridad" para el Gobierno de Pedro Sánchez, por lo que ha asegurado que se opondrán a "cualquier iniciativa que atente a su preservación", refiriéndose a la Huelva-Cádiz.
En declaraciones a los periodistas insistió en que le parece "un proyecto descabellado desde el punto de vista medioambiental", ya que supone "rodear Doñana con cemento de hormigón y alquitrán". Por tanto, considera que "no tiene justificación ni tampoco desde el punto de vista de infraestructura viaria".
En este sentido, ha precisado que "es un proyecto que, en el mejor de los casos, supondría, cuando esté la SE-40 (la circunvalación de Sevilla capital) en pleno funcionamiento, acortar el trayecto en 15 minutos y no compensan ni el volumen de inversión ni los daños ambientales".
Crítica ecologista
Desde la organización WWF tienen claro que es implanteable proyectar una carretera que cruce el parque nacional. No sólo por los daños y problemas que causaría a la biodiversidad de la zona, si no por los costes. "La única posibilidad sería cruzando las marismas, y construir ahí encima es carísimo", apunta Juanjo Carmona, miembro d ela organización.
Carmona explica que, además del expediente de Bruselas, esta fue una de las razones por las que la Junta desistió en 2001 en su plan inicial. "Además, la demanda no es tan alta. En Cádiz ni se habla de esto porque su preocupación económica es tener una buena conexión con Sevilla, y de ahí al norte".
Lo que separa a Huelva de Cádiz, sin pasar por Sevilla, es un pequeño trozo de tierra limítrofe con el océano Atlántico. "Todo eso es marismas, es imposible construir". Apunta que, normalmente, la construcción de un kilómetro de autovía ronda los nueve millones de euros, pero en este caso sería mucho mayor. "¿A cuánto se dispararía el coste de esta carretera? ¿A 1.500 millones?", se plantea.