Los actos del pasado 1 de octubre vuelven a dejar en evidencia al secesionismo. Si las manifestaciones convocadas en distintas ciudades para reivindicar el referéndum ilegal de 2017 fueron noticia por su escasa asistencia, ahora lo es el fraude cometido en la fiesta celebrada en Arenys bajo el nombre 'Som 1 d'octubre'. Según ha revelado 'La Vanguardia', el principal organizador del evento, Jordi Mateu, desapareció con la recaudación y dejando sin cobrar a los participantes. Una fiesta que no solo contó con actuaciones musicales de artistas como La Salseta del Poble Sec, Quico el Cèlio o Cesk Freixes; sino también con intervenciones de políticos nacionalistas como Josep Rull, Laura Borràs y Carles Puigdemont —este último, por videoconferencia—.
La conducta de Mateu ya había despertado sospechas antes del 28 de septiembre, día en que se celebró el evento. Para empezar, había prometido que actuarían grupos estelares del rock catalán como Sopa de Cabra o Els Catarres, pero se desdijo días antes del concierto. También despertó recelos su promesa de contar con 5.000 motoristas por la independencia y todos los grupos de castellers existentes en Cataluña. Además, tampoco consiguió los permisos necesarios para instalar el escenario principal en la playa del Cavaió.
En cualquier caso, las alarmas saltaron cuando los artistas, proveedores y colaboradores informaron de que no les había pagado por sus servicios. Se calcula que la cantidad que Mateu adeuda a los participantes del espectáculo —que han formado una plataforma para reclamarla— asciende a los 100.000 euros. Tras lo sucedido, el Ayuntamiento de Arenys alega que contribuyó con locales y logística, pero no destinó dinero. Por su parte, la ANC también se ha desvinculado del fiasco, explicando que solo aportó media docena de voluntarios —pese a que su nombre aparecía en la promoción—.
