Salvador Illa ha salido en defensa de la controvertida 'financiación singular' catalana en su primer pleno en el Parlament, consagrado a desgranar la confección del nuevo Ejecutivo y a la creación de las Comisiones de la Cámara Catalana. Y lo ha hecho condenando los recelos y las críticas que ha suscitado el acuerdo fiscal alcanzado con ERC, tanto en Cataluña como en el resto de España —lo que incluye también a barones socialistas—.
"Hemos escuchado de todo. Aquí y fuera de aquí", ha lamentado el líder del PSC. "Pero no contribuiremos al ruido ni le seguiremos el juego", ha sentenciado, subrayando que el "acuerdo se cumplirá, aunque cueste". Con todo, ha creído necesario enfatizar que "Cataluña es solidaria, siempre lo ha sido y lo seguirá siendo".
De otra parte, en su intervención ha ocupado un lugar preeminente la cuestión lingüística, que esta semana le ha valido críticas de las asociaciones constitucionalistas catalanas por su continuismo con las políticas nacionalistas. Illa ha hecho hincapié en que se toma "muy en serio" la vindicación de la lengua catalana, pues representa «nuestra versión más acabada, más plástica» como catalanes.
Para Illa, ello justifica la creación de una de las nuevas consejerías, la de Política Lingüística —presidida por Francesc Xavier Vila—, cuya labor para “revertir el retroceso del catalán” no atenta “contra nadie”, ha insistido.
Tras esta declaración de intenciones en torno asuntos clave para las formaciones soberanistas que facilitaron la investidura, Illa ha querido desmarcarse del tono virulento que adoptó la política catalana durante el 'procés'. Así, ha hecho explícita su “voluntad” —que reiteró también en campaña— de construir un "gobierno para todos, tanto generacionalmente como ideológicamente". Y ha abundado en el carácter “dialogante” que definirá al nuevo Ejecutivo, que se abrirá a toda clase de propuestas. En cualquier caso, ha precisado que sus decisiones "siempre se producirán desde el ámbito que corresponde a su cargo", en alusión al unilateralismo secesionista.
Presupuestos pospuestos a 2025
Esta querencia por "contrastar pero no confrontar" la ha traslado a otro de los asuntos capitales de la legislatura: los presupuestos. Illa ha justificado no aprobarlos este año dado que no podían "aportar nada sustancial", posponiéndolos a enero de 2025. Ha admitido que, al carecer de los votos suficientes, será "necesario el diálogo", en el que el PSC otorgará prioridad a ERC y Comuns, los socios que le auparon a la presidencia. "Sé que el Govern se lo tendrá que ganar", ha reconocido, pero ha advertido a sus socios que, de no alcanzar acuerdo, el diálogo se extenderá al resto de grupos —excepto Vox y AC—.
Réplicas de los grupos
En cuanto a ERC, su portavoz, Marta Vilalta, ha hecho todo lo posible por evitar visualizarse como un aliado complaciente del PSC, alertando de que permanecerán "vigilantes" en todo momento, de que su apoyo solo se limitó a la investidura y de que no "cuenten para nada" con sus 20 votos.
Mientras, el líder el PP catalán, Alejandro Férnadez, ha denunciado que si "Sánchez ha extendido el 'procés' a toda España", el socialista catalán "trae el sanchismo a Cataluña". Fernández, en clave irónica, ha reconocido que Illa trae nuevas maneras a la política catalana, pero que allí no están para "caerse bien". Y, recordando que el ahora president acudió a las manifestaciones constitucionalistas durante el 'procés', le ha reprochado: "Quién le ha visto y quién le ve". Y es que, según Fernández, Illa aplica en el presente el "programa de ERC" porque "hace en cada momento lo que le conviene".
Los comunes, por su parte, a través de su líder Jessica Àlbiach, han mostrado una faz más amable, y se han congratulado de que haya nuevo Ejecutivo. Pero han aprovechado la ocasión para adelantar ya sus líneas rojas a la aprobación de los presupuestos: rebajas al transporte público, aumento de las viviendas sociales e incremento de la tasa de juego frenar los macrocasinos como el Hard Rock.
El tono contundente ha regresado de la mano de Ignacio Garriga (Vox), que ha recriminado a los socialistas "no diferenciarse en nada" de Esquerra; de Laia Estrada (CUP), que ha asegurado que el Govern estará al "servicio de la oligarquía catalana" y de la "monarquía española"; y de Sílvia Orriols, (Aliança Catalana), que ha asegurado que el PSC apuntalará la "tercermundialización" de Cataluña.