Ruido frente a discreción. El ruido es el objetivo principal de Carles Puigdemont ante la sesión de investidura de Salvador Illa que este jueves se celebra en el Parlamento de Cataluña; la discreción, el de los Mossos d’Esquadra, que pretenden detener al expresidente catalán -sobre él pesa una orden de detención dictada por el Tribunal Supremo- antes de que llegue a la Cámara. Por eso han preparado un dispositivo para blindar la institución, así como el colindante parque de la Ciudadela. Todo ello, con fuerte presencia de agentes de la BRIMO y la ARRO, unidades del cuerpo policial autonómico.
“¿Qué ocurrirá en la mañana de este jueves?”. Esa es la pregunta que nadie, entre las fuerzas de seguridad ni en el ámbito político, sabe responder. La zona cero se ha establecido paseo Lluís Companys, en las inmediaciones del parque de la Ciudadela, junto al Parlamento catalán. Es en este lugar donde se ha preparado un “recibimiento institucional”, a las nueve de la mañana, a Carles Puigdemont. También se hace un llamamiento a las masas para flanquear al expresidente catalán y dificultar así su detención.
“He emprendido el viaje de retorno desde el exilio”, aseguraba este miércoles Carles Puigdemont a través de sus redes sociales. Como todos sus mensajes desde que huyó de la Justicia rumbo a Waterloo, envolvía su alocución en un medido misterio, sin ofrecer pistas sobre su paradero actual ni sobre la ruta que seguirá para llegar hasta Cataluña.
La detención de Puigdemont
Fuentes de seguridad consultadas por Vozpópuli indican que contemplan todas las opciones. Prácticamente descartada su detención en el paso fronterizo entre Francia y España -con múltiples opciones de acceso y particularmente permeable por vías terrestres-, los principales planes de contingencia se centran en el entorno del Parlamento catalán; es allí donde quiere presentarse Carles Puigdemont para dinamitar la investidura de Salvador Illa, ya sea mediante un retraso o una suspensión de la sesión.
Las mismas fuentes señalan que el principal dispositivo policial se ubicará en torno al Parlamento autonómico, con un blindaje especial en el parque de la Ciudadela, por donde se accede al edificio institucional. El operativo recae en los Mossos d’Esquadra, con especial protagonismo de sus servicios de Información, que tratan de acotar las certezas en torno a la aparición de Puigdemont.
Allí se establecerán diversos controles y líneas de seguridad; no sólo para interceptar a Puigdemont, también como medida de seguridad debido al llamamiento popular que desliza el entorno del expresidente, arrastrando a múltiples asociaciones independentistas, incluidos la ANC, Òmnium Cultural, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) y el Consell per la República, con el consiguiente riesgo para la seguridad que supondría tal aglomeración.
Que la investidura se celebre en pleno agosto, no obstante, desinfla las expectativas de una presencia popular especialmente multitudinaria. Los Mossos han preparado un dispositivo que contempla la participación de la BRIMO y la ARRO, y que supondrá el cierre del Parque de la ciudadela, con un único acceso disponible para diputados, trabajadores y periodistas.
Pese a los consabidos anuncios con hora y lugar, los cuerpos policiales no descartan del todo la posibilidad de que los llamamientos públicos hechos hasta la fecha no sean más que un farol. Así ocurrió en otros momentos destacados del procés, en particular con la actividad de Tsunami Democràtic, que lanzaba una convocatoria y, sobre la marcha, modificaba el lugar. Todo, con el objetivo de confundir a las fuerzas de seguridad.
El Parlamento catalán
El escenario está plagado de incertidumbres, pero hay unas certezas absolutas que manejan las fuerzas de seguridad: que Carles Puigdemont trata de detonar la investidura de Salvador Illa llegando al Parlamento catalán, que será una jornada con un mayor riesgo de agitación social, y que si el expresidente catalán pisa suelo español y se conoce su paradero, procede su detención inmediata.
¿Y si, de un modo u otro, llega hasta el Parlamento catalán? Fuentes jurídicas afirman que los Mossos d’Esquadra podrían detenerlo, siempre que trasladen la notificación de la orden de detención al presidente del Parlamento catalán. Una responsabilidad que recae en Josep Rull, también de Junts -como Carles Puigdemont- y dispuesto a suspender la sesión en caso de detención del expresidente autonómico.