El certificado covid obligatorio no consigue despegar en España. La Justicia ha frenado los intentos de las comunidades autónomas que querían exigírselo a sus ciudadanos como requisito para entrar en bares, restaurantes o en otros locales de ocio. Ni Andalucía ni Canarias ni Cantabria ni Melilla. Ni siquiera Galicia, pionera en aplicar esta medida. Los varapalos judiciales coinciden en pleno ecuador de agosto y con el país todavía en riesgo extremo por coronavirus. Mientras tanto, en 22 países europeos, entre ellos, Francia e Italia, sí que requieren el certificado covid para realizar actividades del día a día.
El certificado covid nació para facilitar la movilidad entre los países europeos. Es decir, un pasaporte sanitario para que el ciudadano pudiera viajar sin guardar cuarentenas. España se sumó a este sistema a principios de junio. El certificado puede acreditar tres cosas: que una persona se ha vacunado, que ha dado negativo en un test o que ya ha superado la covid. El documento puede ser digital o de papel y utiliza un código QR. Hasta aquí, ningún problema. Pero con el paso del verano, países como Francia e Italia plantearon hacerlo obligatorio para entrar en bares, restaurantes y otros lugares públicos.
Cuando España abandonó en mayo el estado de alarma, la aplicación de las restricciones volvió a estar en manos de los tribunales. La Junta de Galicia fue la primera CCAA en dar el paso. Desde el 24 de julio y hasta el pasado jueves, era necesario el certificado de vacunación o una prueba negativa para entrar en los locales. La restricción enfadó a los hosteleros gallegos. La medida, según los jueces, no podía seguir en pie porque nunca había sido autorizada judicialmente.
El certificado tampoco fraguó en Cantabria. El TSJ cántabro estimó el recurso de los hoteleros contra las restricciones que el Gobierno autonómico impuso en la hostelería. Lo mismo en Canarias y Andalucía. La Junta propuso el 2 de agosto que los ciudadanos debían presentar obligatoriamente el certificado covid o un test de antígenos negativo para entrar en los locales de ocio nocturno. El TSJA, sin embargo, consideró que esta medida podía afectar al derecho a la intimidad porque implica enseñar datos sanitarios. Melilla quería exigir el certificado para entrar en espectáculos culturales y deportivos e incluso para acceder a la ciudad, pero el TSJA también lo rechazó.
Los continuos reveses judiciales no han sentado bien a las CCAA afectadas. El dirigente gallego, Alberto Núñez Feijóo, culpó ayer al Gobierno de Pedro Sánchez del rechazo a la medida en Galicia. "Se viene a acreditar que estamos ante una laguna legal, ante una ausencia de ley estatal, y por eso las comunidades autónomas estamos dando botes de un lado para otro en función de la interpretación que hagan los tribunales superiores, y estos tienen dificultades para interpretar de forma homogénea porque no hay una legislación homogénea", señaló.
El Partido Popular lleva semanas reclamando al Ejecutivo central una "ley de pandemias" que brinde soporte jurídico a medidas de este calibre. El Gobierno, sin embargo, no planea implantar el certificado covid obligatorio al menos hasta que España alcance la inmunidad de grupo. Aplicarlo antes, según la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, estigmatiza a la población que no haya recibido la pauta completa de la vacuna.
El certificado en el resto de Europa
La polémica por hacer obligatorio el certificado se ha repetido en otros países de Europa. El debate también ha estado en si exigir el documento tenía legitimidad jurídica. En las últimas semanas, cientos de miles de ciudadanos han protestado en las calles de Francia contra esta regulación. Unas manifestaciones que no han impedido que la norma entre en vigor: desde el lunes, el certificado es obligatorio en bares y restaurantes. También se pedirá en museos, conciertos y en transportes de larga distancia.
En Italia, la acreditación sanitaria también es necesaria en la hostelería y en el ocio: cines, museos, grandes eventos, etcétera. Otros países que aplican la medida de forma más o menos parecida son Grecia, Países Bajos, Austria o Dinamarca, según la información recopilada por Newtral, que calcula que el certificado ya se impone en más de una veintena de países. En Letonia la restricción incluye a todo el ocio interior. Suiza lo requiere en eventos de más de mil personas y para el ocio nocturno. Portugal en los eventos que se celebren desde las 19 horas y los fines de semana en pueblos en riesgo alto. Luego hay casos como el de Rumanía, donde no es obligatorio, pero sí que lo pueden exigir si aumenta el aforo de un local.
La última en sumarse ha sido Bélgica, que presentó ayer un certificado sanitario conocido como 'Covid Safe Ticket'. Con Bélgica, serían 22 el total de países que exigen el salvoconducto. El documento belga será obligatorio para entrar a eventos de más de 1.500 personas que se celebren en el exterior. El 1 de septiembre también lo será en interiores. Todo ciudadano con certificado podrá no llevar mascarilla ni guardar distancia social, informa Efe. Junto a España, otro de los países que que no ha impulsado el certificado obligatorio es Alemania.