Sólo cinco minutos más tarde de la hora prevista, aparecía en el salón de actos. Traje gris oscuro, casi negro, camisa blanca y una discreta corbata en color claro, en su mano llevaba una carpeta de cartón con su declaración oficial. Tras sentarse, bebió un pequeño sorbo de agua e, inmediatamente, comenzaba a leer la media docena de folios a letra grande que llevaba preparados; "Buenas tardes a todos y todas..." Carlos Dívar, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, compareció finalmente ante los medios este jueves a la una de tarde para lanzar dos mensajes claro: ni va a dimitir ni revelará quiénes eran las personas que le acompañaban en sus polémicas cenas de hoteles de lujo de Marbella (Málaga).
Dívar, en un tono pausado, no reconoció en ningún momento ningún tipo de responsabilidad "jurídica, moral y política" y dejó claro que, para él, la culpa del daño causado en las últimas semanas a la imagen de la justicia por el escándalo causado es de quienes, sin mencionarlos, han hecho "procesos paralelos, filtraciones y declaraciones inadecuadas", en clara referencia al vocal del Consejo que destapó sus frecuentes desplazamientos a su ciudad natal con cargo a fondos públicos, José Antonio Gómez Benítez.
Presidente 24 horas
El presidente del órgano de gobierno de los jueces llegó a justificar dichos viajes en su necesidad de "tener algún día de descanso" y "conciliar" su vida oficial con la personal: "Soy presidente del Consejo durante las 24 horas del día", dijo. Dívar recalcó en varias ocasiones que en dichos desplazamientos siempre "disoció" los gastos frutos de su actividad profesional de aquellos que eran personales, aunque en todo momento se negó a revelar quiénes eran los comensales con los que cenaba en los hoteles de lujo. Incluso aseguró que dichas comidas no eran tan caras: "Una cosa es el restaurante, que puede ser más o menos lujoso, y otra cosa muy distinta los gastos que se puedan producir". Incluso presumió de frugalidad: "Los gastos no eran excesivamente cuantiosos para las personas con las que me he entrevistado".
Carlos Dívar ha justificado sus viajes a Marbella en su necesidad de "tener algún día de descanso" y en conciliar vida personal y profesional
Dívar aprovechó la comparecencia para anunciar un nuevo plan de austeridad en el CGPJ que esta mañana han aprobado por unanimidad sus miembros e, incluso, apuntó su deseo de crear una 'comisión de secretos oficiales' formada por él mismo, el vicepresidente del Consejo, Fernando Rosa, y el presidente en funciones del Supremo cuando él no está, Xiol, a los que se comprometió a informar "dónde estoy y con quién voy a estar". Eso sí, recordó que sus gastos protocolarios, incluidos la consumición de bebidas alcohólicas, los consideraba "como los de cualquier otro presidente de las instituciones del Estado", es decir, "de carácter reservado", por lo que no revelará con quién los hace.
Posible comparecencia en el Congreso
El presidente del CGPJ, que dejó abierta la puerta a una comparecencia en el Congreso de los diputados para explicar sus gastos si se lo pide el parlamento, se presentó en todo momento como una víctima de la situación creada, habló de "quebranto a mi persona" e, incluso, mencionó de aquellos que "están en paro y otros que no pueden cubrir los elementos gastos para vivir" cuando se le preguntó si en algún momento había calificado de "miseria" la cuantía de los gastos cuestionados: "Para mí, cualquier de las antiguas pesetas tiene carácter sagrado".
Al final de su comparecencia, se le planteó si cambiaría de opinión sobre su permanencia en el cargo si el Tribunal Supremo admitía la denuncia que contra él han presentado un grupo de ciudadanos, Dívar se limitó a decir que "cuando llegue el momento, cruzaremos ese puente. No sé lo que haría porque todavía no se ha producido".