Sergio Ríos Esgueva, exchófer del que fuera tesorero del PP Luis Bárcenas, quiere declarar de nuevo ante el juez del caso Kitchen, Manuel García Castellón. Según informan a Vozpópuli fuentes jurídicas, el exescolta actualmente en la Policía Nacional presentó el 29 de octubre un escrito en el que se ofrece voluntariamente a ampliar las explicaciones que ofreció como investigado en el Juzgado.
El escrito lo presentó en el Juzgado el mismo día que declaró en el Juzgado el exsecretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez y un día antes la citación del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Martínez, que desempeñó el cargo de número dos en el Ministerio entre 2012 y 2016 aseguró que él se enteró de la operación de seguimiento sobre el entorno de Bárcenas porque Fernández Díaz le pidió que se pusiera en contacto con el jefe policial Eugenio Pino para informarse de la captación de un confidente del entorno del extesorero.
Esa persona era Sergio Ríos Esgueva, a quien el polémico excomisario José Villarejo le apodaba como el cocinero. En su turno de declaración como investigado, Fernández Díaz negó la declaración de su número dos. Negó haber tenido conocimiento de la llamada operación Kitchen de la que se enteró por la prensa. Agentes de la Policía Nacional incautaron a principios de octubre teléfonos móviles y un pendrive en un nuevo registro en el marco de la investigación.
El chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas dijo durante su primera declaración judicial ante el juez Manuel García Castellón que el excomisario jubilado en prisión José Manuel Villarejo le contactó en 2013 para que colaborara en una investigación de la policía judicial que tenía como objetivo encontrar los millones que el exsenador popular admitió ante la propia Audiencia Nacional tener en Suiza.
"Peculiar y campechano"
Ríos, quien en todo momento se escudó en la "obligación" que tenía de colaborar con la Policía y negó haber recibido encargos que pudieran ser ilegales, describe a Villarejo como "peculiar y campechano" y añade que "no hablaba como un comisario" durante la primera reunión que mantuvieron, celebrada en un McDonald's.
Según la investigación judicial, además de entrar en el Cuerpo el exchófer obtuvo por su colaboración 2.000 euros mensuales más gastos y le compraron una pistola, si bien el imputado incardina estos pagos en una compensación por lo que dejó de cobrar haciendo otros servicios, como guardias en embajadas.