Ciudadanos volverá a manifestarse con un importante desembarco de dirigentes en el Día del Orgullo que se celebrará en las calles de Madrid el sábado 3 de julio. Como siempre ha hecho desde hace años y, sobre todo, tras el polémico acoso que sufrieron en la última edición celebrada en 2019 y que acabó con incidentes.
La formación de Inés Arrimadas ya se ha inscrito en la marcha organizada por COGAM y FELGTB. "Iremos detrás de una pancarta como siempre ha hecho este partido pionero en políticas LGTBI", asegura la responsable de Igualdad de la formación naranja, Sara Giménez, a Vozpópuli.
Este año no habrá carrozas debido a las restricciones por el coronavirus. Los organizadores han explicado a Ciudadanos que no hay límite de personas en el acto reivindicativo, así que podrán ir todas las que quieran, si bien se exigirá que todos los asistentes lleven mascarilla pese a estar al aire libre.
Giménez adelantó a este periódico que no se han pedido a la Policía medidas de protección especiales para la comitiva naranja. "Esperamos que se respete el derecho de manifestación. Sería antidemocrático agredir a Ciudadanos cuando somos el partido de la libertad", incide.
La dirigente naranja recuerda, precisamente, que Ciudadanos "se ha distanciado mucho" del PP y Vox en las últimas semanas en votaciones como el de la ley de la eutanasia, en la que se posicionó en el 'sí'. También es el único partido del centro-derecha que no ha recurrido la citada ley ante el Tribunal Constitucional. Además, la formación de Arrimadas está a favor de la tramitación parlamentaria de la 'ley trans', si bien aguarda a que PSOE y Podemos se pongan de acuerdo sobre el proyecto legislativo y envíen el anteproyecto al Parlamento.
El hostigamiento a Ciudadanos
La edición del Orgullo Gay de 2019 fue muy polémica porque COGAM vetó la presencia de Ciudadanos en la manifestación de Madrid. El Colectivo LGTB+ de Madrid hizo público un decálogo de medidas para los partidos y en ese documento figuraba el veto en las fiestas a aquellas agrupaciones que se valiesen "de los votos de la extrema derecha".
Tras ello, COGAM publicó en su cuenta de Twitter los partidos que se habían comprometido con dicho decálogo y que, por lo tanto, podrían participar en la pancarta de la cabecera del Orgullo 2019. Concretamente, citó al PSOE, Podemos, Más Madrid, UPyD y Volt Europa.
Ciudadanos decidió ir a la manifestación de aquel 6 de julio de hace dos años, pero sus dirigentes fueron hostigados desde el inicio de la marcha a base de insultos, amenazas y lanzamiento de objetos. La formación naranja, que por aquel entonces aún dirigía Albert Rivera, responsabilizó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de las coacciones que, según la Fiscalía, sufrieron los políticos y afiliados de la formación naranja.
Aunque la Fiscalía de Madrid apreció un delito de coacciones a miembros de Cs durante la manifestación, pidió al juez el sobreseimiento provisional de la causa porque las investigaciones policiales no habían podido "determinar al autor o autores del delito".
Desde el partido centrista se cargó contra Grande-Marlaska por alentar "a los totalitarios a echar a Ciudadanos del Orgullo" y luego "se inventó informes que la propia Policía se negó a firmar" y que contradecían la realidad". Por ello, lo consideraron "el responsable del escrache".
"Toda España vio a través de los medios cómo un grupo organizado de totalitarios nos insultó, nos escupió, nos lanzó botellas y nos amenazó. También la Fiscalía seis meses después, tal y como se recoge en su resolución", indicó Cs en un comunicado.
El informe sin firma de la Policía
Antes de la marcha del Orgullo, el ministro del Interior criticó a Ciudadanos por "pactar de forma obscena con quien limita derechos LGTBI" y dijo que esto debía "tener alguna consecuencia". Se refería a los pactos entre el PP y Cs para formar gobiernos autonómicos con el apoyo de Vox.
La polémica vino después cuando se hizo público un informe policial de la Jefatura Superior de Policía de Madrid que desmentía que se hubieran producido agresiones a miembros del partido, al que acusaba de "maniobrar para captar la atención mediática", si bien dicho informe no llevaba firma y desde Ciudadanos se advirtió que era un texto 'fake' para "salvar la cara" a Marlaska.