Se acabaron las trabas del Ayuntamiento. El nuevo Gobierno de Manuela Carmena quiere unas fiestas del Orgullo Gay más reivindicativas, que identifiquen Madrid con los derechos civiles y promete más implicación institucional. Este año solo habrá pequeños cambios. La falta de margen obliga a posponer el compromiso principal: ampliar la celebración más allá del barrio de Chueca.