La luz roja se ha encendido sobre la tesorería de la Generalitat Valenciana que empieza a tener graves dificultades para poder hacer frente a todas sus obligaciones, aunque aún le queda un margen de 'resistencia'. Las fuentes consultadas por Vozpópuli en el Gobierno valenciano son claras al afirmar que el esfuerzo económico que están realizando es "muy elevado" y que lo están haciendo "sin ayuda" del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
La portavoz del Consell, Susana Camarero, abundaba ayer en esta idea en su comparecencia después del pleno del Gobierno valenciano.
La asfixia a la que está sometida la Generalitat que lidera Carlos Mazón por la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez es ya muy significativa y las mismas fuentes la sitúan en el entorno de los 200 millones de euros mensuales menos de lo que le tocaría percibir en 2025.
Con enero ya casi finalizado, la consellera de Hacienda, Ruth Merino, ve con agobio como cada mes ingresa esa cifra millonaria inferior a lo previsto para el presente ejercicio.
La factura de la DANA
Las entregas a cuenta mermadas, cuya negociación pretende reactivar Pedro Sánchez tras su acuerdo de ayer con Junts, están lastrando la liquidez de la Generalitat. El pago a proveedores, cumplimiento de sus obligaciones y, sobre todo, por tener que afrontar un sinfín de actuaciones de emergencia tras la letal DANA del 29 de octubre por importe superior a 1.600 millones de euros.
Mientras no sea aprobado el Real Decreto Ley para su actualización esas entregas cuenta suponen mensualmente para la Generalitat en la actualidad un total de 1.070 millones de euros que entran en su caja.
Ahora bien, con la prórroga de los Presupuestos la vigencia de las entregas a cuenta vuelve a ser la correspondiente a 2023 que era de 971millones de euros cada mes. Esa merma es grande, y lo es aún más si se compara con lo que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, adelantó tras el Consejo de Política Fiscal del pasado verano cuando cifró en 13.974 millones de euros lo que la Generalitat ingresará este año.
Primer semestre difícil
La realidad es que ya en enero la Generalitat debería estar percibiendo 1.164,5 millones de euros mensuales por este concepto pero serán casi 200 millones de euros menos. Una sangría.
Esta situación de asfixia a la que el Ejecutivo de Pedro Sánchez está sometiendo a la Generalitat Valenciana, en el peor contexto financiero de su historia por las exigencias de la DANA, no es la única piedra en el camino. Y es que en el Consell siguen sin noticias de la aprobación del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) extraordinario para cubrir el exceso de déficit provocado por la infrafinanciación.
Las cifras son mareantes. La Generalitat Valenciana tuvo en 2024 un exceso de déficit de 3.000 millones de euros y Sánchez no da vía libre a activarlo (como sí ha pasado en los últimos 12 años) excusándose en que no hay aprobación en el Congreso de los Diputados de los objetivos de estabilidad.
Con Puig, sí
La tercera pata que deja a la Generalitat Valenciana en una situación financiera todavía más delicada es la negativa del Gobierno a autorizar fondos extraordinarios no reembolsables para la reconstrucción social y económica tras las riadas del 29 de octubre.
Esta negativa no sucedió con la misma Generalitat Valenciana, entonces liderada por el socialista Ximo Puig, que sí contó con fondos millonarios para afrontar la pandemia de coronavirus.
El primer alivio para las arcas autonómicas llegará en junio cuando está previsto que se reciba del Estado la cantidad fijada por la liquidación definitiva de 2023 que ascenderá a algo más de 2.000 millones de euros.
Y el segundo y fundamental no llegará hasta que se actualicen las entregas a cuenta, cuestión que el año pasado se hizo en el mes de junio.
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