Ahora que estamos en período electoral, lo de "desprivatizar" la sanidad se ha vuelto escuchar como mantra habitual en ciertos partidos políticos. Grupos como Más Madrid o Unidas Podemos -en especial este último- aluden en sus programas electorales a la necesidad de desprivatizar la sanidad madrileña. Pues bien, de acuerdo con el último informe del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), esto costaría a las arcas públicas 31.997 millones de euros.
En el informe 'Sanidad Privada. Análisis de Situación' se recoge que el gasto de la sanidad privada anual es de casi 32.000 millones de euros, un gasto que, de no existir la sanidad privada, recaería en la sanidad pública. Habría que multiplicar por 32 lo que destina el Gobierno a reformar el Sistema Nacional de Salud (SNS) en su Plan de Recuperación (1.064 millones) para poder afrontar este coste.
El gasto sanitario privado supone el 2,7 por ciento del PIB español, y el gasto de la sanidad pública corresponde al 5,7 por ciento. (68.000 millones de euros). El informe del IDIS recoge el dato de asegurados para 2019, que crece respecto al año anterior. En total, son 9.268.356 los beneficiarios de la sanidad privada.
El instituto estima dos hipótesis para medir el ahorro que supone la sanidad privada para el sector pública. Si estos nueve millones de españoles hacen uso exclusivo de su póliza privada, el ahorro en gasto público supera los 12.000 millones de euros. Si, por el contrario, si se considerase que estas personas hacen un uso mixto de su seguro, estaríamos hablando de un ahorro de más de 4.000 millones de euros.
"No puede suceder que la gestión y la provisión de la sanidad sean privadas, que se hallen sometidas a las leyes del mercado", manifiesta Podemos en el programa con el que se presenta a Madrid, donde señala que el 13 por ciento del presupuesto sanitario va "para hospitales de gestión mixta, privados y servicios externalizados".
Sin embargo, IDIS recoge en su informe que Madrid destina un 10,5 por ciento del gasto sanitario a conciertos con la sanidad privada, cifra similar a la que dedica el Ministerio de Sanidad (10,7 por ciento). Respecto al PIB, el gasto sanitario de los conciertos supone apenas el 0,7 por ciento.
Una fuente de ingresos de la sanidad privada es el mutualismo administrativo (aunque se trata de una fuente minoritaria). En este caso, a su vez, abogan por su desaparición Podemos y Más Madrid. El Partido Socialista Catalán también incluyó en su programa electoral una propuesta para repensar un modelo que, en la actualidad, permite al funcionario elegir entre la seguridad social o un seguro privado de salud. El 83% de los funcionarios elige un proveedor sanitario privado (Adeslas, Asisa, DKV o Igualatorio Cantabria).
Otros de los datos recogidos en el documento señalan que "los hospitales privados llevaron a cabo en 2018 el 30,2% (1.6 millones) de las intervenciones quirúrgicas, el 23,7% (1.3 millones de las altas) y el 24,4% (7.4 millones) de las urgencias de todo el territorio nacional. Además, este sector dispone de 441 hospitales y 50.960 camas".
La sanidad privada se ofrece contra las listas de espera
Las listas de espera ya estaban en cifras récord antes de que la covid-19 congelase cientos de operaciones quirúrgicas y consultas médicas en la primera ola. Esta lista de espera acumulada no se conocerá hasta el año que viene, pero la sanidad privada ha vuelto a tender la mano al Gobierno para contribuir en su reducción.
Así lo ha expresado Juan Abarca Cidón, presidente del IDIS, al ser preguntado por Vozpópuli: "Estamos dispuestos a colaborar. Seguimos abiertos a poner nuestros centros para disminuir la lista de espera". Abarca ha explicado que es fundamental "favorecer la interoperabilidad de la historia clínica del paciente y a partir de ahí, establecer una continuidad en la financiación. Si una persona quiere pagar un seguro privado que incluya urgencias o determinadas especialidades, que pueda complementarse con el público. Esto evita duplicidades e ineficiencias y nos hará trabajar de verdad de manera conjunta".
Abarca reconoce que "ha sido un año muy complicado para la sanidad privada y en especial para los pequeños hospitales y policlínicas". También ha señalado a Galicia y Comunidad Valenciana por no haber utilizado al sector privado contra la covid y tampoco permitirles reducir costes mediante ERTEs u otras medidas, "lo que ha afectado gravemente a su tejido económico".
Ángel de Benito, secretario general del IDIS, ha señalado que en el caso de las aseguradoras, "la primera ola supuso un ahorro importante en las prestaciones, ya que no había intervenciones quirúrgicas y poca actividad". Después de este primer confinamiento, "notamos que la actividad ha crecido incluso más que lo habitual, de forma que se ha compensado la situación. Primera ola pocos gastos, y en el resto más".