Felipe VI es rey de España desde esta medianoche. La Ley Orgánica de Abdicación sancionada unas horas antes por su padre, don Juan Carlos, entró en vigor a las 0,00 horas, en el momento de su publicación en el BOE. En la tarde de ayer, en el salón de las columnas del Palacio Real, un abrazo fundió a padre e hijo en un relevo preñado de emociones y de significados. España ingresa en una nueva página de su historia de la mano de un joven monarca de cuyo reinado se espera, fundamentalmente, un impulso regenerador y ético, tal y como muestran insistentemente los barómetros recientes del CIS.
La jornada de hoy centra el núcleo de interés en el mensaje que abrirá el reinado de Felipe VI en la sede de la soberanía nacional. Un mensaje no muy extenso, se habla de unos treinta minutos, en el que señalará las líneas maestras de su acción, dentro de las pautas de moderación y arbitraje que señala la Carta Magna. Ha trabajado don Felipe en este texto durante varias jornadas, con intensidad y alguna colaboración externa. Lo ha pasado a revisión de su padre, al jefe de la Casa, Rafael Spottorno, y, naturalmente, al Gobierno. Pero es un texto prácticamente suyo.
Las palabras más frecuentadas
Las palabras que más ha mencionado don Felipe hasta la fecha en sus intervenciones públicas son convivencia, compromiso, respeto, dignidad, ética, fortaleza, solidaridad, libertad y tolerancia. Son discursos que no ha elaborado personalmente, pero a los que les daba el visto bueno. Su alocución de esta mañana reflejará este espíritu pero sin duda introducirá elementos de renovación.
Difícil no defraudar y dar satisfacción a cuanto se espera del nuevo monarca. La institución ha sufrido un enorme deterioro en los últimos años que posiblemente han ayudado a don Juan Carlos a dar el paso de su abdicación. Sus problemas de salud también han colaborado en este paso histórico y sorprendente. Se espera de Felipe VI, fundamentalmente, que desde el trono impulse y señale el sendero de la regeneración democrática de un país que en gran medida ha perdido su fe en las instituciones. Se espera también ejemplaridad, rigor ético y honestidad. El Príncipe de Asturias ha señalado más de una vez que la obligación de un rey es estar cerca de la gente, atender sus demandas y mantener un comportamiento ejemplar. La Corona no puede ser un problema, la monarquía tiene que ser útil, son dos de sus máximas.
Diversidad y estructura del Estado
En presencia de todos los diputados y senadores en pleno, salvo los de Amaiur y alguna otra fuerza de ultraizquierda, don Felipe hará también alguna referencia a la unidad en la diversidad de España, subrayando "lo que nos une", como ha mencionado explícitamente en alguno de sus discursos. En presencia de todos los presidentes autonómicos, incluido el de Cataluña y el País Vasco, la mención que haga el joven Rey a la estructura del Estado y a la convivencia entre las distintas comunidades es muy esperada.
Ausencia de don Juan Carlos
En el acto de proclamación Felipe VI estará acompañado de su esposa, doña Letizia, que para entonces será ya Reina, de sus hijas, Leonor, nueva Princesa de Asturias, y Sofía. También se situarán en la tribuna de invitados su madre, la Reina Sofía, su hermana, la infanta Elena, y los padres de doña Letizia. No estará presente don Juan Carlos, en una decisión que produjo sorpresa e interpretaciones de todo tipo. Tan sólo aparecerá con su hijo en el balcón del Palacio Real. Luego, los reyes 'salientes' volverán a la Zarzuela. Dos mil personas estarán para entonces en el Salón del Trono de Palacio para saludar a los recién proclamados reyes. Una nueva era para entonces habrá comenzado para la monarquía y para la historia de España.
El reinado de la regeneración
FUENTE:EFE