El juez Pablo Ruz ha dictado el ingreso en prisión incondicional de seis de los nueve yihadistas arrestados este lunes en Madrid por reclutar radicales islamistas. Su objetivo era enviarlos a Siria e Irak e integrarlos en grupos de Al Qaeda. Todos los acusados han negado las acusaciones.
El magistrado de la Audiencia Nacional ha ordenado el envío a prisión, eludible previo pago de una fianza de 10.000 euros, para otros dos, mientras que ha dejado en libertad con medidas cautelares a un tercero, de nacionalidad argentina, apunta Efe.
Los nueve están acusados de cometer un delito de integración en organización terrorista. Al presunto líder de esta célula, el marroquí Lachen Ikassrien, se le imputa también por falsificación de documento oficial. El cabecilla, según los investigadores, ejercía un férreo control y disciplina sobre todos ellos, imponiendo correctivos a aquellos que expresaran algún tipo de crítica o pusieran en peligro la seguridad del grupo.
El líder, absuelto en 2006
Ikassrien, que llegó a España en 2005 tras ser extraditado por Estados Unidos a petición de Baltasar Garzón, resultó absuelto un año después del delito de pertenencia a Al Qaeda. Ikassrien denunció en 2009 ante la Audiencia Nacional haber sufrido torturas durante su estancia en Guantánamo (2002-2005), hechos que se investigan desde esa fecha en un procedimiento que mantiene abierto el juez Ruz, tras negarse a archivarlo por la reforma de la justicia universal.
La célula se dedicaba a la financiación, captación, radicalización, adoctrinamiento y envío de yihadistas a las filiales de Al Qaeda
El resto de arrestados son dos españoles, otros cuatro marroquíes, un búlgaro y un argentino y todos ellos conformaban con Ikassrien una red que habría enviado al menos a nueve "combatientes" a hacer la yihad.
'Ojeadores' de ISIL
Los detenidos, que han declarado y negado los hechos, se dedicaban presuntamente a captar desde Marruecos y España para enrolarse en el grupo de Al Qaeda ISIL (Estado Islámico de Irak y Levante) para hacer la yihad en zonas de conflicto como Irak y Siria.
Según informó el Ministerio del Interior a raíz de las detenciones, la labor del grupo estaba dirigida a la financiación, captación, radicalización, adoctrinamiento y envío de yihadistas a las filiales de Al Qaeda en Siria e Irak. Una vez allí se habrían integrado plenamente e incluso habrían participado en atentados. No en vano, la Policía ha identificado a dos personas que habrían muerto en estos países tras ser enviados por esta célula.
'Brigada Al Andalus'
La red, que disponía también de una vivienda en Ávila para mantener reuniones, había conseguido constituir una estructura propia a la que sus integrantes denominaban 'Brigada Al Andalus'. Esta mantenía conexiones con grupos en Francia, Bélgica, Marruecos, Túnez, Egipto, Turquía y Siria.
La dinámica de expansión que esta célula estaba adquiriendo para proceder, desembocó en su desmantelamiento ya que "había incrementado de manera significativa la peligrosidad de la misma, convirtiéndose en una grave amenaza para la seguridad nacional", asegura Interior.