En la última década se ha evidenciado una voluntad creciente en las empresas de incluir a personas con discapacidad a su equipo. Entre enero y abril de 2024, el SEPE registra 32.605 contratos firmados. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) -correspondiente al ejercicio de 2022-, el 90,4% de los ocupados eran asalariados, 5,5 puntos por encima que los no discapacitados. Además, de este porcentaje: el 77,8% tienen un contrato indefinido, el 81,9% se encuentra a jornada completa y el 80,6% trabaja en el sector servicios.
La tendencia de los datos apuntan a un continúo crecimiento. El 35,3% de los talentos con discapacidad entre 16 y 64 años eran activos -un 0,7% más que en 2021-, indica el INE. La tasa de empleo se ubica en los 27,8 puntos y la tasa de paro en 21,4 puntos, un 0,7% más y un 1,1% menos respectivamente que las personas no discapacitadas.
De acuerdo con los datos recogidos en el último informe de Tecnología y Discapacidad, elaborado por la Fundación Adecco, el 72% de las empresas cree que la digitalización y los avances tecnológicos influirán positivamente en la inclusión laboral de las personas con discapacidad. "La tecnología está siendo clave, ha sido, sigue siendo y creemos que llegará a ser más", comenta Begoña Bravo a Vozpópuli, directora nacional de Inclusión de la Fundación Adecco.
Desde la pandemia el 85% de las compañías españolas se han digitalizado, lo que ha permitido una serie de adaptaciones que facilitan la inclusión de personas discapacitadas. Asimismo, el 40,7% ha implementado medidas específicas. De este porcentaje, el 85% ha invertido en tecnología accesible para personas con dificultades visual y/o auditiva, el 32,5% para individuos con problemas de movilidad reducida y el 13% para personas con discapacidad intelectual.
El informe señala que, más allá de la tecnología, es también necesario un cambio cultural y de mentalidad tanto en la sociedad como en las empresas a nivel particular. "Hay un cambio realmente cultural y una sensibilización por parte de la sociedad que efectivamente se ve ya a las personas con discapacidad como personas que pueden tener autonomía, que pueden enterrarse social o laboralmente", explica Begoña Bravo.
Las mejoras en la educación también han contribuido a estos buenos datos de contratación. La directora de Inclusión de la Fundación Adecco destaca las "adaptaciones curriculares para poder realizar los estudios" y el "mayor número de personas que acceden" a los cursos educativos. "Cada vez se va viendo que es una alternativa, que los padres apuestan a que estudien y sí que está habiendo un aumento", manifiesta.
Pese a que los datos de los últimos años son positivos, sólo el 29% de los contratos firmados son en empresas ordinarias. El restante 71% trabaja en Centros Especiales de Empleo. Estas cifras llevan manteniéndose así durante la última década. "Vamos muy bien pero que todavía queda mucho por hacer", manifiesta Begoña Bravo.
En esta línea, el informe de Tecnología y Discapacidad revela que el 75,6% de las empresas encuentran dificultades para contratar a talentos discapacitados. Sin embargo, el 88,6% opina que la capacitación tecnológica puede ser un puente hacia más vacantes en las organizaciones. Respecto a estas dificultades, la directora de Inclusión encuentra un problema de "atracción" por parte de las empresas" y uno en las personas discapacitadas de "mostrar su discapacidad".
El hecho de que la mayoría de ellos no estén empleados compañías ordinarias es consecuencia de que en los datos del INE se identifique una diferencia salarial entre individuos con y sin discapacidad, ya que la media la calculan incluyendo los datos de los Centros Especiales de Empleo (CEE). Así, los discapacitados tienen un salario medio anual de 21.544,20 euros, mientras que el sueldo del otro grupo asciende a los 26.030 euros al año.
Asimismo, el estudio del Instituto de Estadística encuentra distintos salarios entre diferentes tipos de discapacidad. No obstante, la directora nacional de Inclusión de la Fundación Adecco ha aclarado que esta distinción en las cifras existe por la inclusión de los sueldos en los CEE, que dentro de las empresas ordinarias todos los empleados cobran lo mismo.
Herramientas que pueden ayudar a la inclusión laboral de las personas con discapacidad
El informe enumera una serie de herramientas que podrían ayudar a la inclusión laboral de las personas con discapacidad. Lectores de pantalla, softwares de reconocimiento de voz o teclados ergonómicos son algunos útiles que pueden aportar una mayor accesibilidad en el trabajo. Buscando la igualdad, el estudio propone también un diseño universal e inclusivo.
El teletrabajo, usando plataformas como Zoom o Microsoft Teams, han ayudado a integrar en el mundo laboral a quienes tienen dificultades para desplazarse. Los softwares de automatización y los sistemas IA también ha mejorado sus condiciones. Además, el impulso a la sensibilización en redes sociales y los progresos en salud y seguridad -como la modernización de prótesis, las sillas de ruedas o los exoesqueletos- también han contribuido en el impulso de la inclusión de las personas con discapacidad.