Los presos de ETA más irredentos han iniciado en los últimos días un pulso en las prisiones que se ha trasladado al exterior y que ya investigan los servicios de información. Lo protagoniza el sector crítico expulsado del colectivo de internos oficial de la banda y vinculado a la escisión Amnistia Ta Askatasuna (ATA). Han aprovechado las protestas de la covid para recuperar conceptos de antaño como la huelga de hambre o ataques a sedes de partidos del PSE y el PNV y una sucursal bancaria a la que lanzaron un cóctel molotov.
Desde hace años, este sector crítico aglutinado en torno a las siglas de ATA viene librando una pugna interna en las diferentes esferas del entorno proetarra. Considera que la izquierda abertzale oficial que ahora representa Bildu y el frente de cárceles de ETA abandonó las reivindicaciones históricas de la organización al volver a las instituciones. Una de ellas es la amnistía, a la que renunció de facto el colectivo cuando aceptó optar a beneficios penitenciarios recogidos en la ley que siempre habían rechazado.
El detonante de este nuevo enfrentamiento que les está sirviendo para medir fuerzas ha sido la queja del preso Francisco Javier Ruiz Romero, condenado por el asesinato en 1998 del concejal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona Tomás Caballero. Fue expulsado de EPPK (siglas en euskera del Colectivo de Presos de ETA) cuando criticó públicamente a los líderes de la izquierda abertzale. Miembro de ATA, cumple condena en la cárcel de Murcia II y denuncia haber sido amenazado por los funcionarios del centro.
El detonante
“Si han convertido el Estado de Excepción en herramienta para oprimir a la gente en la calle y para suspender los derechos políticos y sociales, esa opresión es aún mucho más palpable en las cárceles. Mantienen a lxs presxs aisladxs, sin visitas, sin medios para protegerse de la Covid-19 y con absolutamente todas las actividades anuladas. Eso sí, mantienen contacto diario con los carceleros que entran de la calle, con el peligro de contagio que ello conlleva”, protesta ATA.
Sus mensajes están siendo difundidos en el portal de internet en el que este sector disidente difunde sus mensajes y comunicados. Fuentes penitenciarias explican que el pasado sábado el patio de la cárcel de Murcia II albergó una protesta silenciosa en rechazo a las restricciones impuestas en las cárceles a cuenta de la pandemia. Fue breve y no se registraron incidentes, añaden.
Tras una breve investigación se determinó que el cabecilla había sido Franciso Javier Ruiz Romero por lo que se optó por cambiarle a otro módulo. Se trata de un preso conflictivo que ya en el pasado ha protagonizado incidentes con los funcionarios. Los comunicados de ATA informan que el recluso se ha declarado en huelga de hambre y de sed en un intento de publicitar su situación. En la cárcel no les consta que haya comunicado oficialmente.
Cajero y contenedores quemados
Se trata de una vieja forma de protesta que emprendía ETA en las cárceles cuando dirigía ese frente con mano firme. El incidente se ha extendido fuera de las cárceles. Según fuentes de la lucha antiterrorista, tras darse a conocer el caso de este etarra, la sede del PSE en Portugalete (Vizcaya) apareció con una pintada en euskera: “Patxi Ruiz en huelga de hambre y sed. Amnistía total. PSOE asesino”.
En la localidad Vizcaína de Ea, una sucursal bancaria fue atacada el miércoles por la noche y resultó calcinada por las llamas, un recurso habitual de la kale borroka. Junto al cajero había pintadas en alusión a Patxi Ruiz. Según informan a este periódico un portavoz del Departamento vasco de Interior, fue necesario desalojar a siete vecinos que vivían en el edificio. Los expertos en la lucha antiterrorista consultados incluyen este incidente dentro de un listado de acciones de estos días en los que hay ataques a otros partidos. Se han detectado las mismas pintadas en la sede del PSE en Sopelana y en los batxokis del PNV en Berango y Getxo. A los nacionalistas vascos les llaman “carceleros”.
La noche del jueves a viernes se reprodujeron las pintadas en en la fachada de la sede del PSOE de Lazcano (Guipúzcoa). “Patxi Ruiz en huelga de hambre y sed”, decía una de ellas junto a otra escritura que decía “PSOE errudun” (PSOE culpable). Por la tarde, en la Plaza de Ezcaba de Pamplona se celebró otra concentración en la que participaron unas 300 personas, según fuentes policiales. Realizaron varios cánticos en favor de los presos etarras, leyeron un manifiesto y cantaron el Eusko Gudariak, con el que se ensalza a los terroristas. Según las mismas fuentes, varios grupos de jóvenes volcaron y quemaron contenedores situados en la confluencia de la Avenida de Villava y la calle Ororbia.
Los comunicados oficiales informan de que también hay concentraciones de simpatizantes en señal de apoyo en pleno confinamiento. Han sido pequeños grupúsculos, también en Bilbao o Abadiño (Vizcaya). Las fuerzas de seguridad se han hecho eco de que, en sintonía con Ruiz Romero, hay otros presos de esa minoría disidente que se han sumado a la campaña de presión.
Presión en las cárceles
Es el caso de Ibai Aguinaga Guinea, recluido en la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla). Interior, que desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa ha aceptado comenzar con los acercamientos selectivos de etarras, sigue reservando las cárceles del sur de España para los terroristas más irredentos.
A las fuentes penitenciarias consultadas no les consta tampoco de forma oficial que haya comunicado ninguna protesta y recuerdan que desde el inicio del estado de alarma se dio la opción a los presos de permanecer en sus celdas para minimizar el riesgo de contagio. Según ATA, son más presos los que se han sumado a estas iniciativas en apoyo de Ruiz Moreno y que han optado por hacer ayuno y “rechazar la bandeja”.
Citan algunos reclusos como Dani Pastor, Oskar Barreras y Aitor Cotano, los tres recluidos en El Puerto de Santa María (Cádiz). Pastor está condenado por el atentado en la casa cuartel de Burgos en la que podrían haber muerto decenas de personas en 2009. Barreras fue condenado por asesinar al inspector de Policía Luis Andrés Samperio y Cotano cumple condena por el asesinato del sargento de la Guardia Civil Juan Manuel Piñuel en Legutiano (Álava)
Además, desde ATA animan a todos sus seguidores a un envío masivo de cartas al director de la cárcel de Murcia II. Para ello han creado un formulario con un texto establecido con tono amenazante: “Quiero hacerle saber que le considero responsable de cualquier consecuencia que pudiera padecer Patxi o cualquier otro preso contra el que se tomaran represalias”.