El Ejército de Tierra tomó las medidas oportunas tras detectar que en sus instalaciones del cuartel de Aizoáin (Navarra) se pudo manipular de forma indebida material sospechoso de contener amianto. Según indican fuentes militares a Vozpópuli, una empresa cualificada se hizo cargo de la retirada de todos los elementos que miembros del Ejército habían colocado en una alcantarilla. También se efectuaron reconocimientos médicos a los efectivos implicados en los trabajos.
El origen de este episodio se remonta a agosto de 2022, cuando la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) denunció que en el cuartel del Ejército en Aizoáin se habían efectuado de forma indebida labores relacionadas con la manipulación de unas tuberías sospechosas de contener amianto. En concreto, se solicitó a un grupo de militares que retirase este material y lo depositara en el interior de una alcantarilla ciega, para después precintarla con cemento.
Como contó este diario, esta asociación elevó al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS) del Ministerio de Defensa una batería de preguntas y propuestas relacionadas con este suceso, exigiendo explicaciones sobre las órdenes recibidas por parte de los miembros del Ejército para la retirada de estas tuberías, así como sobre la situación general de las instalaciones del cuartel y la posibilidad de que hubiera más elementos que pudieran resultar tóxicos con una indebida manipulación.
ATME afirmaba que la retirada de estos tubos, presumiblemente de fibrocemento, se llevó a cabo "sin ningún tipo de formación especializada ni material de protección". En dicho oficio se incorporaban las imágenes con las tuberías sospechosas de estar fabricadas con fibrocemento, algunas de ellas partidas o dañadas con agujeros. También de la alcantarilla en la que fueron arrojadas y que se cerró con cemento.
La actuación del Ejército
El Ejército, tras tener conocimiento de estos hechos, anunció que se efectuarían pruebas médicas a los soldados a los que participaron en los trabajos. Estas pruebas se realizaron finalmente en dependencias de la Clínica Quirón entre septiembre y diciembre de 2022, según indican las mismas fuentes militares.
En ese mismo periodo de tiempo se efectuaron las debidas labores de retirada de las tuberías que se enterraron en la galería subterránea. En esta ocasión se contó con los servicios de una empresa especializada, que cumple con unos protocolos específicos para la manipulación de este tipo de materiales.
Del mismo modo, se llevaron a cabo mediciones solicitadas por el Ministerio de Defensa a los edificios que componen el cuartel del Ejército de Tierra de Aizoáin, donde se ubica el regimiento de cazadores de montaña América 66. A todo ello hay que sumar la inspección que efectuó un técnico de riesgos laborales de la Comunidad Foral de Navarra, que se personó en las dependencias militares para comprobar que la retirada del amianto se había llevado a cabo de forma efectiva. "Todos los informes concernientes a estas revisiones fueron remitidos al Ministerio de Defensa", indican desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME).
Por su parte, el Ejército informó al COPERFAS de que "en ningún caso hubo una orden o instrucciones para vulnerar normativa de prevención de riesgos laborables" y que "la presencia de este material en la alcantarilla no supondría en sí misma un riesgo para la salud, en ausencia de manipulación, pero se considera adecuada y necesaria su retirada por una empresa especializada y registrada".
La asociación profesional de militares que denunció los hechos añade que el pasado 4 de noviembre de 2023 solicitó al Ministerio de Defensa la actualización de las acciones realizadas para retirar el amianto de las bases y acuartelamientos de las Fuerzas Armadas, "estando pendientes de su respuesta".