Los autónomos en España están en pie de guerra. El Ministro José Luis Escrivá tiene un plan por tramos que no tiene contentos a los trabajadores por cuenta propia, que precisamente ya llevaban años quejándose del alto coste de la cuota mensual, que en 2022 ha vuelto a subir: de los 286 a los 294 euros, independientemente de los ingresos.
El nuevo plan es progresivo, pero parte de una base similar a la actual: 281,52 euros al mes para aquellos autónomos que ingresen menos de 600 euros. Prácticamente un tercio de la facturación. El tope es de 351,90 euros, al menos en 2023, el año que Escrivá planea instaurar este sistema. Año tras año, la cuota aumentará y progresivamente habrá más tramos: de los 3 tramos iniciales a 13 en 2031.
La idea es bajar progresivamente lo que paga un autónomo que ingrese menos de 900 euros mensuales, mantener la cuota a los que facturen entre 900 y 1125,90 euros (293,94 euros) y aumentar la cuota año tras año para los que superen ese umbral. De hecho, el objetivo es que por ejemplo, un autónomo que ingrese 1.900 euros al mes, pague una cuota de 596,70 euros al mes. Es más del doble que lo que paga hoy.
El enfado de los autónomos es evidente y más cuando miran fuera de nuestras fronteras. Es lógico: España, con el sistema actual, ya es el país donde la cuota de autónomos es más alta y esa diferencia va a crecer de forma considerable, algo que afectará especialmente a los ingresos netos de los autónomos situados en los tramos de en medio. Producirá, según los analistas, que se desincentive el emprendimiento, una salida que precisamente es interesante para jóvenes, debido a la alta tasa de desempleo y para mayores de 45 años sin trabajo por su difícil acceso al mercado laboral.
Para comprobar esta realidad, solo hay que mirar a nuestro alrededor. Nuestros vecinos del norte, en Francia, tienen unas condiciones mucho más favorables para ser autónomo. El primer año no se paga nada para facilitar el emprendimiento y después se regulariza a partir del segundo. Varía en función del sector: un 12% de la facturación anual en actividades comerciales, un 21,3% en servicios y un 18,3% para las profesiones liberales.
En Portugal hay dos escalones: un 25,4% de los ingresos anuales o el 32%, en función de los ingresos anuales. Es decir, no existe una cuota fija mensual como tal. Esto hace que un empresario o autónomo en que sufra pérdidas no tenga que pagar. En casos excepcionales como el confinamiento por coronavirus, esto ha sido un alivio: mientras los españoles han seguido -y seguirán- abonando una cuota mensual, los autónomos portugueses no han tenido que hacerlo. Solo a final de año y aquellos que han tenido ganancias pagan estos porcentajes.
Si viajamos a otros países del continente, como Holanda, observamos cómo los autónomos pagan 50 euros al mes independientemente de sus ingresos. A ello hay que sumar el pago de un seguro médico de 100 euros extra. Es decir, 150 euros al mes, una cifra muy inferior a la española.
En Alemania, la cuota es de 140 euros en concepto de seguridad social en caso de superar los ingresos de 1.700 euros al mes, a lo que hay que sumar 150 y 240 euros de seguro médico. este sí obligatorio para todos. Es decir, que aquellos que facturan poco, pagan menos que en España y aquellos que cobran más, pagan como máximo 100 euros más que aquí.
Respecto a Reino Unido, España ya sale perdiendo a día de hoy y empeorará con el nuevo plan por tramos de Escrivá. Allí se pagan 14 libras al mes si no se factura más de 600 libras, 58 'pounds' si se supera esa cifra. A esto hay que sumar 3,77 libras al día de seguro médico en ingresos inferiores a 8.400 euros o un 9% del ingreso mensual si se factura más de esa cantidad.
En Italia sucede como en Portugal, ya que no hay un pago mensual: se paga, en función de la actividad, entre un 22,65% y un 28,72% de la renta anual. En Irlanda, se paga el 5% de la diferencia entre ingresos y gastos, por lo que en caso de pérdidas, el autónomo irlandés no paga un euro. En Grecia si hay pago mensual: apenas 50 euros. ¿Son sonrojantes, por tanto, las cifras que hay -y habrá- en España? Pues con ver las cifras que se mueven en Europa, es fácil sacar conclusiones.