Inmediatamente después de conocer su detención, España puso en marcha toda la maquinaria diplomática para asistir a Pablo González [Pável Alekséyevich Rubtsov], periodista acusado de espiar en favor del Kremlin y recibido con honores por Vladimir Putin tras su reciente liberación. La diplomacia al servicio de José Manuel Albares gestionó al menos cuatro visitas consulares con el detenido y elevó una protesta ante las autoridades polacas en la que manifestaba su "sorpresa" por el procedimiento contra el ciudadano con pasaporte español.
Los movimientos diplomáticos constan en una documentación que el Gobierno facilitó al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, después de que éste interpelase al Ejecutivo sobre la situación de Pablo González; acusado de graves cargos de espionaje en Ucrania y, a la postre, liberado en el mayor intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente de las últimas décadas.
El documento está fechado en septiembre de 2022, seis meses después de que las autoridades polacas detuvieran a Pablo González en la ciudad fronteriza de Przemyśl, acusado de recabar información sobre objetivos específicos a las órdenes del Kremlin. Las últimas investigaciones de El Mundo aseguran que González puso el foco en la OTAN, en los militares desplegados en Ucrania y en la mayor central energética de Polonia. Siguiendo las mismas informaciones, el español también habría seguido a líderes opositores como Alekséi Navalny, muerto este año en una cárcel rusa.
Como contó Vozpópuli, Pablo González también tuvo acceso a información altamente sensible de los servicios de contrainteligencia polacos antes de ser liberado rumbo a Rusia. Las autoridades judiciales polacas le facilitaron informes específicos sobre su caso, con detalles específicos sobre las investigaciones en torno a su presunta actividad de espionaje. Pocos días después, González fue recibido y abrazado en el aeropuerto de Moscú por Vladimir Putin.
Aunque para muchos esa es una prueba definitiva de sus estrechos vínculos para el Kremlin, lo cierto es que en los primeros compases de su detención se registró una airada polémica desde esferas políticas españolas, que exigían al Gobierno que presionase para su liberación. Partidos como Podemos o EH Bildu, así como otros grupos nacionalistas, denunciaban que se trataba de una detención "arbitraria" y "sin garantías".
Esfuerzos por Pablo González
En el marco de estas solicitudes se encuentra el documento que el Gobierno entregó al diputado de EH Bildu en el Congreso de los Diputados. En él, Moncloa sostiene que "desde el momento en que se tuvo conocimiento del caso", la Embajada de España en Varsovia "ha realizado y continúa realizando gestiones ante el Ministerio de Asuntos Exteriores polaco, las autoridades policiales y otros órganos de la Administración de ese país" para confirmar la detención de Pablo González y conocer los motivos y el estado de la investigación.
Asimismo, el Gobierno indica que el 7 de marzo de 2022 se llevó a cabo en la prisión de Rzeszów la primera de las cuatro visitas consulares que hasta la fecha se habían realizado con Pablo González. El español contaba con un abogado de oficio desde el 9 de marzo, aunque éste contaba con asistencia letrada en España, que a su vez mantenía contactos directos con la Embajada de nuestro país.
El Gobierno desvelaba en el documento remitido al diputado de Eh Bildu que, desde que la Embajada de España en Varsovia tuvo conocimiento de la detención de Pablo González, "se ha estado prestando y se continuará prestando la asistencia y protección consular habituales para detenidos, independientemente de los cargos y del resultado del procedimiento judicial".
Gestiones diplomáticas a las que hay que añadir los esfuerzos por parte de la sección consular de la Embajada española en Varsovia, tratando de garantizar que Pablo González tuviese acceso a su abogado: "La Embajada ha informado desde el principio a la asistencia letrada española de los pasos que debía seguir para visitar a su defendido".
A renglón seguido, el Gobierno defiende las gestiones que hizo en las primeras semanas de detención de Pablo González para "facilitar" su comunicación con sus familiares y para entregarles la correspondencia del acusado de espionaje.
Una detención que suscitó una protesta formal por parte de España a Polonia, tal y como se deduce del escrito remitido a EH Bildu: "Se ha transmitido a las autoridades polacas la sorpresa por la falta de información inicial sobre la detención, así como la importancia de garantizar el ejercicio de la preceptiva asistencia consular, incluyendo el derecho de visita y asistencia legal".
Polonia respondió al Gobierno de España que el Fiscal ordenó que el asunto se mantuviese en secreto, razón por la que la detención en una cárcel polaca se desarrolló "conforme a la normativa local".
Este es uno de los puntos que suscitaba más polémica entre los partidos políticos y asociaciones que exigían la liberación de Pablo González, alegando que la detención se prolongaba más allá de los límites fijados por la Unión Europea.