El presidente saliente del Tribunal Constitucional (TC), Pedro González-Trevijano, se ha despedido de su cargo advirtiendo de las injerencias del poder político y reivindicando el respeto a la Constitución. "El magistrado no representa a nadie. Ni al órgano por el que fue elegido ni a la fuerza parlamentaria que impulsó su proposición", ha dicho el hasta ahora presidente del órgano durante el acto de toma de posesión de los nuevos cuatro miembros.
Trevijano, que es uno de los magistrados salientes del TC, ha apelado a la independencia del órgano ante la presencia de representantes del Gobierno, como la vicepresidenta Yolanda Díaz, así como miembros del PP y Podemos. Al respecto ha dicho que no comparte la "falsaria dicotomía" entre jueces conservadores y progresistas así como la reclamación de unanimidades en las decisiones de calado que toma esta órgano.
Aunque no ha hecho mención concreta a ninguna de ellas sí que ha defendido los pronunciamientos del TC. Sin referirse a ningún supuesto concreto, González-Trevijano ha reivindicado la separación de poderes dejando claro que existen "límites" a este principio general. "No caben anquilosadas lecturas originalistas a los nuevos desafíos que cada generación y cada tiempo nos plantea, si no quiere que nuestra Carta Magna transmutarse en papel mojado", ha dicho.
"El TC cumple con su prometido"
A lo largo de su discurso ha insistido en que el TC "cumple con su prometido" y se ha referido en varias ocasiones a la necesidad de que los poderes acaten la Carta Magna. Aunque no se ha referido directamente a la reciente decisión de paralizar la tramitación en el Senado de la reforma legal de Pedro Sánchez, sí que ha insistido en que hay que acatar los preceptos de la Constitución.
El procedimiento de designación no implica un mecanismo de representación. El magistrado no representa a nadie. Ni al órgano por el que fue elegido ni a la fuerza parlamentaria que impulsó su proposición
"Ante la Carta Magna no son oponibles soberanías populares que dicen emanar, sin intermediación alguna, del supuesto mandato directo de un colectivo. En España solo hay una soberanía, la del pueblo español. Ante él no caben desfasadas soberanías regias, ni tampoco paralelas soberanías parlamentarias". "La historia nos previene que si no atendemos a estas señales, los más sombríos pozos de la autocracia nos aguardan", ha añadido.
Un TC progresista
Tras su discurso, que ha recibido una larga ovación por parte de los presentes en el acto, los nuevos miembros del Tribunal Constitucional (TC) han tomado posesión de su cargo. Los dos candidatos del CGPJ (María Luisa Trevijano y César Tolosa) han sido los primeros en recibir la medalla de magistrado del TC. Tras ellos lo han hecho los dos designados por el Gobierno: Juan Carlos Campo y Laura Díez.
Al término del acto, González-Trevijano ha cedido el asiento de presidente al magistrado más antiguo del tribunal de garantías Ricardo Enríquez. Tras ello, el magistrado ha declarado constituido el nuevo TC y ha levantado la sesión. De esta forma se cumple con el último tramite para que el Tribunal Constitucional abandone la mayoría conservadora que ha imperado en los últimos nueve años en pro de una mayoría progresista.
La presidencia del TC
La clave está ahora en la elección del próximo presidente del TC. Ricardo Enríquez ha convocado Pleno para este miércoles a las 13.00 horas con la finalidad de designar a los sucesores de González-Trevijano y Xiol. Desde que caducaran los mandatos de los magistrados salientes (el presidente Pedro González-Trevijano, el vicepresidente Juan Carlos Xiol y los magistrados Santiago Martínez-Vares y Antonio Narváez) en junio del año pasado, todos los focos se han puesto en la figura de Cándido Conde-Pumpido.
El exfiscal general del Estado se ha postulado como favorito para suceder a Trevijano al frente del ente primero por su currículum y segundo por su cercanía con Moncloa. No obstante, en las últimas semanas el nombre de María Luisa Balaguer suena con fuerza para presidir el TC. De lograrlo, esta catedrática -también de corte progresista- se convertiría en la segunda mujer en presidir el tribunal de garantías después de María Emilia Casas.
Balaguer, pese a su simpatía por la izquierda, cuenta con el respaldo de formaciones políticas conservadoras, como el PP, que rechazan de plano que Conde-Pumpido, fiscal general del Estado bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ostente la presidencia del órgano.
Así pues se espera una votación clave dentro del TC, aunque no hay ninguna duda de que el próximo presidente será de corte progresista. Suele ser habitual que el cargo lo ostenten los miembros que se encuentran en el último tercio de su mandato, circunstancia que se da en el caso de los dos favoritos para la presidencia del órgano. Tanto Conde-Pumpido como Balaguer aterrizaron en el tribunal de garantías en 2017 y, por tanto, su mandato culminaría al cumplir los nueve años, en 2026.
La clave en este caso la tienen los nuevos miembros que han ingresado en el TC y, más en concreto, María Luisa Segoviano. La que fuera presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo es determinante para inclinar la balanza ya que, es muy probable que los candidatos elegidos por el Gobierno se decanten por Conde-Pumpido mientras que los conservadores lo hagan por Balaguer. Cabe recordar que ahora, tras la reestructuración, el sector conservador pasa de tener 7 magistrados a un total de 4 mientras que los progresistas pasan de 6 a un total de 7 miembros.
ma
Pues claro que representan, están ahí por eso, éste es el podrido régimen del78
Yomismo
Muy bien señor Gonzalez- Trevijano, pero a mi me da miedo, mucho miedo, el PSOE, Que quiere que le diga.