Aunque Vox nunca ha logrado obtener representación en el Parlamento gallego, el único de España que no cuenta con diputados de la formación que lidera Santiago Abascal, la dirección del partido no ceja en su empeño de acceder por fin al impenetrable bastión radicado en Santiago de Compostela. La próxima intentona será el 18 de febrero y para acometer el desafío Vox ha registrado ya l as candidaturas necesarias para ‘pelear’ en las cuatro circunscripciones provinciales de Galicia.
Así, además de Álvaro Díaz-Mella, que es el cabeza de lista por la provincia de Pontevedra y el elegido por el partido para aspirar a la presidencia de la Xunta, Vox acudirá a la cita del 18-F con un ‘batallón de vanguardia’ integrado por los presidentes provinciales de La Coruña, el veterinario Manuel Fuentes Lamas; Orense, la empresaria María Jesús Fernández, y Lugo, la ingeniera de montes Sonia Teijeiro.
En cuanto al candidato a la presidencia de la Xunta, el letrado Álvaro Díaz-Mella ejerce como presidente provincial de Vox en Pontevedra desde el año 2019 y fue candidato a la Alcaldía de Vigo en las pasadas elecciones municipales, en las que el partido de Santiago Abascal no logró obtener representación tras cosechar poco más de 3.500 votos y apenas el 2,7% de las papeletas emitidas. También fue el cabeza de lista por la provincia de Pontevedra en los últimos comicios generales, pero tampoco consiguió entrar en el Congreso.
Pese a esos malos resultados, en el partido impera el optimismo y sus principales líderes confían en poder entrar por fin en el único Parlamento regional donde todavía carecen representación, aunque las encuestas publicadas hasta el momento no invitan para nada al entusiasmo. Más bien todo lo contrario, porque los sondeos son tozudos y vuelven a indicar que las posibilidades de Vox de conseguir un solo escaño son muy remotas. Es decir, que ocurrirá de nuevo lo mismo que en las pasadas elecciones autonómicas de 2020, en las que el partido sufrió un importante revés al cosechar menos de 27.000 votos y el apoyo de poco más del 2% de los votantes, a mucha distancia de los mínimos que se requieren para obtener representación parlamentaria.
Un solo concejal
En cuanto al resultado de las pasadas elecciones municipales, el batacazo también fue muy sonoro, hasta el punto de que Vox solo consiguió un acta de concejal en el pequeño municipio orensano de Avión, localidad con un perfil electoral muy peculiar por ser el lugar de residencia de bastantes emigrantes gallegos que retornaron a su tierra tras hacer fortuna en países como México.
Pese al escaso entusiasmo que Vox ha despertado hasta el momento en el electorado gallego, al Partido Popular no le ha sentado nada bien que la formación de Santiago Abascal haya decidido finalmente presentarse a las elecciones. Las razones son obvias, pues no hay que ser un lince de los números para deducir que los votos que vayan a parar a Vox, por muy pocos que sean, pueden dañar a Alfonso Rueda en su objetivo de conseguir la mayoría absoluta que necesita para mantenerse al frente de la Xunta. En el PP impera la convicción, además, de que las papeletas de Vox serán totalmente improductivas e irán a parar a la papelera ante las nulas opciones que tiene el partido de acceder al Parlamento autonómico.
Dividir el voto conservador solo beneficiará, en suma, a un amplio bloque de izquierdas y al nacionalismo que no dudará en aliarse para echar al PP del Gobierno regional si Alfonso Rueda, que se presenta por primera vez como candidato a la presidencia de la Xunta, no consigue los 38 escaños que marcan el límite de la mayoría absoluta. Núñez Feijóo subió el listón hasta los 42 en los últimos comicios y las encuestas de momento sonríen a su sucesor, pero algunas, como la realizada por Sondaxe, rebajan las expectativas hasta los 39 diputados.
Entre algunos dirigentes del PP también existe cierto temor a que Vox centre la campaña en atacar más a los populares que a la oposición, como así parecen indicar las altisonantes declaraciones que han realizado algunos de los ‘fieles’ de Abascal en las últimas semanas. De esta forma, Vox ha acusado al Partido Popular de Galicia de tener “secuestrada” la Xunta mediante el despliegue de “políticas propias de gobiernos de izquierdas y que ha dejado huérfanos políticos a miles de gallegos”. También se ha referido a la imposición de la lengua gallega en distintos ámbitos, al adoctrinamiento y a otros muchos aspectos que Vox suele sacar a relucir cuando se refiere al PP como “la derechita cobarde”.
Se trata de un discurso que en Galicia ‘resbala’ bastante a la inmensa mayoría de los votantes conservadores, que no observan en absoluto los problemas que denuncia Vox en torno a la imposición lingüística o la supuesta deriva ‘izquierdista’ del PP, pero que en todo caso no ayuda a sumar fuerzas contra la oposición.
Por su parte, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha reivindicado que se presenta a las elecciones de Galicia con "dos claros objetivos": "Marcar la diferencia" y "ser claves para protagonizar el cambio político que merecen los gallegos". "Nos presentamos a las elecciones con la certeza de saber que Vox ha demostrado que es la única oposición a las políticas del Gobierno de Sánchez, algunas de ellas compradas por el Partido Popular, y conscientes de la necesidad de que esté en el Parlamento de Galicia porque allí donde estamos es donde observamos cambios en las políticas que ni unos ni otros quisieron liderar en los últimos 40 años", ha señalado en declaraciones recogidas por Europa Press.
En este sentido, el secretario general de Vox ha defendido que "Galicia merece un gobierno autonómico que cambie las cosas" y "no se quede en lamentos, sin hacer nada". Para ello, ha ratificado que Vox se presenta en las cuatro provincias gallegas con cuatro candidatos que conocen "a la perfección" la realidad de Galicia. Garriga ha reivindicado que Vox es "imprescindible", sobre todo en un momento en el que "Feijóo y el PP están instalados en repetir los errores de siempre". "Génova elige mal el enemigo", ha enfatizado, tras recordar que, "como hizo en las pasadas elecciones generales, está "más preocupado en demonizar y criminalizar a Vox que en señalar a los responsables de quebrar el ordenamiento constitucional".