El caso Ghali avanza en los juzgados de Zaragoza con el foco puesto en el hijo del líder del Frente Polisario. El juez Rafael Lasala y las acusaciones del procedimiento buscan que declare Luali Brahim Sidi el Mustafa, aunque discrepan sobre su condición, ya que mientras el primero quiere citarle como testigo, las acusaciones piden su imputación en la causa. Esta comparecencia se ultima en plena crisis por el espionaje al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el cual se produjo inmediatamente después de la entrada de Ghali en España y se vincula a Marruecos.
En los últimos meses, el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza se ha centrado en investigar cómo se produjo el ingreso del líder del Frente Polisario en el hospital de Logroño el 18 de abril de 2021. Tras escuchar en sede judicial a la empleada que le registró con un nombre ficticio, el instructor apuntó al hijo de Ghali. El motivo reside que esta administrativa le identificó como la persona que aportó un pasaporte falso de su padre negándose, además, a facilitar ningún teléfono o dirección de contacto.
En este tiempo, los testigos que han declarado en la causa han negado en su mayoría que conocieran que la persona ingresada en el hospital era en realidad el líder del Frente Polisario y enemigo número 1 de Marruecos. Sin embargo, las diligencias practicadas hasta el momento apuntan a la mano del Gobierno en esta entrada furtiva a la que Rabat respondió provocando una crisis migratoria en Ceuta sin precedentes. La responsabilidad penal recayó sobre Exteriores y su entonces titular, Arancha González-Laya, pero el juez ya ha atribuido esta decisión al presidente Pedro Sánchez.
Turno para el hijo de Ghali
Con este caldo de cultivo el juez ordenó a la Policía que localizase al del hijo de Ghali para poder citarle. La Jefatura Superior de la Policía de Aragón informó que tenía domicilio en Vitoria, a lo que respondió ordenando a la Ertzaintza que identificara su lugar de residencia. El juez ya avanzó su intención de convocarle como testigo, aunque ahora estudia su posible imputación tras el recurso interpuesto por uno de los letrados de la acusación, Antonio Urdiales.
Este abogado sostiene que se le tendría que interrogar como investigado por delito de falsedad documental y estafa agravada, según consta en la última documental adherida al sumario y a la que ha tenido acceso Vozpópuli. Urdiales considera que se le debe imputar porque pretendía hacer frente a una deuda del hospital público sin dejar su contacto y presentando un pasaporte falso con el nombre de Mohamed Benbatouche.
A falta de que conocer en qué condición se le citará, lo que parece claro es que el magistrado Lasala quiere contar con su testimonio en esta causa en la que se investiga irregularidades en la entrada y salida de España del Frente Polisario. Todo apunta que su comparecencia en el juzgado se producirá en un momento especialmente tenso tras conocerse que, en aquellas fechas, se infectó el teléfono del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Tampoco la relación con el Frente Polisario es la mejor, a tenor del cambio de postura del Ejecutivo sobre el Sáhara Occidental.
El punto de partida
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, anunció el lunes en rueda de prensa convocada de urgencia que los dos miembros del Ejecutivo fueros espiados entre los meses de mayo y junio de entonces, aunque avanzó que se investigaba si otros ministros fueron víctimas de esta intromisión que se llevó a cabo con el software israelí Pegasus. Al respecto, se apunta también a un espionaje a la exministra de Asuntos Exteriores, en el mes previo de abril.
Aunque el Gobierno se limitó a decir que se trató de un "ataque externo", las fechas de los hackeos coinciden con la crisis migratoria en Ceuta desatada por Marruecos tras hacerse pública la presencia de Ghali en España. En el auto del magistrado José Luis Calama Teixeira en el que abre causa por un presunto delito de revelación de secretos, se alude a que las infecciones al dispositivo de Pedro Sánchez se produjeron los días 19 y el 31 de mayo de 2021. Dos fechas determinantes en la escalada de tensión con Marruecos.
Así, la avalancha de inmigrantes en Ceuta se produjo 48 horas antes de la primera interceptación del teléfono de Sánchez, mientras que el 31 de mayo tuvieron lugar dos hitos importantes relacionados con Brahim Ghali y Marruecos. Ese día compareció el presidente del Gobierno clave en respuesta a la amenaza de Rabat el día previo de que daba por rotas sus relaciones con España. Sánchez contraatacó elevando el tono y tildando de inaceptable que se atacase Ceuta por estas discrepancias.
La sombra de Marruecos
El otro hito destacado guarda relación con el líder del Frente Polisario. En paralelo a la comparecencia de Pedro Sánchez, la Audiencia Nacional reabrió una causa en la que estaba imputado por genocidio y terrorismo (entre otros delitos) para tomarle declaración el mismo 1 de junio. El magistrado que dirigió este procedimiento, Santiago Pedraz, le interrogó por videoconferencia desde el hospital de Logroño, donde permanecía ingresado.
El instructor de esta causa que ha terminado por archivarse no acordó medidas cautelares contra él al término de su intervención; motivo por el cual el líder del Frente Polisario abandonó el centro hospitalario esa misma tarde rumbo al aeropuerto de Pamplona, desde donde partió la madrugada del 2 de junio hacia Argel. En ese mismo momento se presentó denuncia en los juzgados de Zaragoza y Logroño que dieron pie al nacimiento de esta causa.
En paralelo al avance de este procedimiento, el Gobierno ha ido destensando las relaciones con Marruecos hasta el punto de que en marzo se hizo pública el cambio de postura del Ejecutivo y su apoyo a su plan de autonomía para el Sáhara Occidental. Al respecto conviene recordar la declaración de González-Laya ante el juez a comienzos de octubre. La exministra hizo alusión al desconocimiento que tenían "países terceros" de la entrada de Ghali en España (en referencia velada a Marruecos) y a la necesidad de que el asunto se tratara con "discreción" por las aristas entre Rabat y Argelia.