El Gobierno asegura que el “desafío” que ha lanzado Marruecos a España, como lo denominó el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, constituye un “asalto” a las fronteras europeas que va volviendo a la “normalidad”.
Así lo trasladan fuentes gubernamentales que destacaron que no se trata de una “crisis migratoria” sino de un “asalto” en la frontera en Ceuta que va normalizándose, mientras que en Melilla no se han registrado hechos similares.
“Marruecos un país vecino muy importante, hay que recomponer las relaciones” por lo que el Ejecutivo espera que “vuelva pronto” la embajadora marroquí, Karima Benyaich, llamada a consultas, porque “es muy buena”.
La situación, que “no es una crisis migratoria, es otra cosa”, según el presidente, centró parte de la sesión de control al Gobierno este miércoles, destacando el tenso ‘cara a cara’ entre Sánchez y Casado.
El jefe del Ejecutivo reclamó “lealtad” al principal partido de la oposición, después de que Casado le afeara que “le queda grande el Gobierno” porque “no ha podido gestionar ni la crisis sanitaria ni la económica ni la internacional”.
También la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, reclamó “firmeza” a esta “afrenta injustificable”, a lo que Sánchez respondió con la reclamación de “unión y responsabilidad” a los grupos parlamentarios para que estén con el Ejecutivo en este momento “crítico” y poder así abordar la “crisis humanitaria y migratoria”.
Preocupación en el Gobierno
El Gobierno está “preocupado” por esta crisis y la deriva que pueda generar, por lo que espera que se haya encauzado a su resolución tras la visita de Sánchez a Ceuta y Melilla y el refuerzo militar y policial en las fronteras con patrullas conjuntas.