En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del 2022 se destinaron 322 millones de euros para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), precisamente en el año de una de sus mayores crisis reputacionales por el espionaje a los líderes independentistas catalanes (ahora se sabe que el propio presidente del Gobierno y la ministra de Defensa, Margarita Robles, también sufrieron estas investigaciones) a través del sistema 'Pegasus'. Es la cifra más alta de, al menos, los últimos 20 años, tal y como ha podido confirmar Vozpópuli consultando todos los Presupuestos Generales desde el 2003.
Se trata del primer año de las últimas dos décadas en el que el presupuesto destinado al CNI supera los 300 millones de euros. En el 2003, todavía con José María Aznar como presidente, se dotó al organismo de 138 millones, más de la mitad de lo que se ha presupuestado este 2022.
Desde ese 2003, la partida económica para el servicio de inteligencia no paró de crecer hasta el 2008, cuando alcanzó los 264 millones. Durante los años posteriores, el presupuesto sufrió un recorte progresivo, llegando a los 203 millones en el 2013 y a partir del año siguiente el crecimiento de la inversión ha sido constante hasta este 2022. Solo se produjo un 'parón' de crecimiento entre 2018 y 2020, ya que, por las crisis de gobierno, los PGE se prorrogaron dos años y la cantidad se mantuvo igual.
Llama la atención que precisamente uno de los años en el que el trabajo del CNI se está viendo más cuestionado sea el que más inversión se ha hecho en el servicio, sin que por ahora haya explicaciones por parte del Ejecutivo. Como dato de interés, de esos 322 millones, 207.428.660 euros se destinan a gastos de personal.
Esos 322 millones de euros tienen dos orígenes. Por un lado, 312 millones que llegan directamente del Presupuesto Nacional. Pero este año, además, el CNI ha recibido otros 10 millones de euros de los fondos europeos Next Generation EU, concretamente del componente 11 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Con esta cantidad de dinero, "se pretende obtener nuevas capacidades de análisis de la información y la incorporación del Big data e Inteligencia Artificial a los procedimientos de trabajo".
La crisis reputacional del CNI
El gobierno va de crisis en crisis, pero no es tan habitual que el CNI se vea envuelto en una de ellas. El 18 de abril, saltaba a la luz que hasta 67 líderes independentistas habían sido espiados por el CNI a través de la tecnología de ciberespionaje israelí 'Pegasus'. Desde entonces, las acusaciones y las denuncias han ido aumentando.
Todo comenzó cuando la organización 'Citizen Lab', un laboratorio interdisciplinar vinculado a la Universidad de Toronto, reveló que varios líderes independentistas catalanes habían sido espiados por este software, al que solo pueden acceder los gobiernos.
Cuando el periódico The New Yorker hizo público el informe, los más de 60 independentistas implicados, entre ellos políticos de ERC, Junts y la CUP, denunciaron el caso y ante la información de que solo los gobiernos pueden acceder al sistema, acusaron directamente a Sánchez, al CNI y a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Sin embargo, tan solo un día después, la portavoz del Gobierno, Isabel rodríguez, negó cualquier implicación del Gobierno en el caso. El mismo día 19, los independentistas anunciaron que iban a iniciar acciones legales contra “el Estado español”.
En medio de esta crisis, el ministro Bolaños anunció que se reuniría con la consellera de Presidencia Laura Vilagrà el domingo 24 de abril. Pero la reunión no tuvo efecto porque las acusaciones por parte de los líderes catalanes continuaron.
El lunes pasado, cuando parecía que la situación no podía empeorar más, se filtró que en mayo de 2021, el teléfono del presidente del Gobierno y de la ministra de Defensa también sufrieron un ciberataque. Concretamente, a Sánchez le robaron 2,6 gigas de datos en la primera intervención y 130 megas en la segunda. Por su parte, a Robles le extrajeron apenas nueve megas.
Ahora mismo la situación se encuentra en un cruce de ataques entre Defensa y Moncloa, pues ninguno se hace responsable de la investigación. La guinda del pastel llegó el 5 de mayo, cuando Paz Esteban, la directora del CNI, acreditó ante la comisión de secretos oficiales del Congreso que el CNI espió a Aragonés con autorización judicial.
RAFA PEREZ
Más que el incremento de presupuesto, el CNI lo que necesita es que los politicos le respeten su autonomia de funcionamiento. Que le dejen cumplir con su misión como es el obligado seguimiento de separatistas que siguen pensando en delinquir contra el Estado. Después de ser condenados e indultados alientan organizaqciones para cometer delitos.