Raúl Burillo, inspector de Hacienda de la delegación de Aragón y figura clave en el 'caso Koldo', compareció este lunes ante la comisión de investigación del Senado para explicar los detalles de una labor que le llevó más de tres años y medio. A pesar de la expectación generada, Burillo ofreció pocos detalles sobre el contenido del expediente, amparándose en el deber de sigilo profesional y el secreto de sumario decretado por la Audiencia Nacional.

El caso comenzó como una inspección rutinaria en abril de 2020 a una sociedad concreta. Según relató Burillo, esta investigación inicial derivó en un proceso mucho más amplio que involucró a varias personas jurídicas y físicas, incluida Koldo García, exasesor del exministro José Luis Ábalos, cuyo nombre terminó dando título al caso. Burillo subrayó que, al inicio, no tenía conocimiento de la implicación política que este caso alcanzaría con el tiempo.

Durante la sesión, el inspector evitó responder la mayoría de las preguntas planteadas por los senadores, justificando su silencio con tres fundamentos principales: el deber de sigilo, el secreto de sumario y, en una ocasión, su derecho constitucional a no declarar. Este último lo utilizó cuando el senador del Partido Popular (PP), Gerardo Camps, le interrogó sobre posibles informes posteriores a la remisión del expediente judicial en febrero de 2024.

Burillo también destacó que no enfrentó presiones ni sugerencias por parte de sus superiores durante la investigación y negó cualquier conexión entre el cierre del caso y los recientes ceses en la Agencia Tributaria. “Si estoy aquí, es porque alguien ha incumplido su deber de sigilo”, lamentó, aludiendo a la filtración de su nombre en el caso, lo cual calificó como un “especial daño”.

A lo largo de su intervención, Burillo insistió en que intentó ofrecer “la máxima transparencia posible dentro de las limitaciones”. Añadió que cuando la Fiscalía Anticorrupción inició sus pesquisas, él ya había concluido su investigación y entregado sus resultados. En cuanto a los delitos investigados, matizó que aunque actualmente no se incluye un delito fiscal entre los cuatro contemplados judicialmente, está convencido de que “se investigará”.

Además de su trayectoria como inspector, Burillo tiene un historial destacado en la lucha contra la corrupción. Como delegado de la Agencia Tributaria en Baleares entre 2004 y 2010, desempeñó un papel clave en el 'caso Nóos', que terminó con la condena de Iñaki Urdangarin. Paralelamente, también ha tenido incursiones en política, siendo candidato en varias ocasiones, aunque sin obtener cargos recientes.

La comparecencia de Burillo en el Senado se extendió durante hora y media y dejó entrever las complejidades de un caso que, pese a sus raíces en una inspección ordinaria, ha derivado en uno de los mayores escándalos de los últimos años.

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