España

El PP transmite a Europa que no le importa romper con Von der Leyen: "Nos preocupa estar a la altura de España"

Feijóo se mofa de la "cólera" de Sánchez por su órdago a Ribera y desprecia el canje "a la desesperada" que el S&D ofrece con Fitto, la apuesta de Meloni

En Génova reina cierta satisfacción por el pulso librado en Bruselas contra los socialistas, en general, y contra Pedro Sánchez, en particular, al torpederar el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta verde y comisaria de Competencia de la Comisión Europea por su responsabilidad en la DANA que arrasó la Huerta Sur de Valencia el 29-O. Un órdago que, para el PP, arroja diferentes lecturas, muchas de las cuales verbalizó el propio Alberto Núñez Feijóo este lunes, durante la Junta Directiva Nacional que celebró el PP en la primera planta de un rascacielos de Madrid.

Para Feijóo, la situación constata que a Sánchez se le "está esfumando su credibilidad internacional", habida cuenta de quien lo tiene contra las cuerdas (en Europa, para mayor afrenta) es el líder de la oposición de su país. Algo que según "dicen" al líder del PP sus fuentes –como los periodístas, los políticos también las tienen– habría provocado la "cólera" del presidente del Gobierno. A Sánchez se le ha complicado tanto la papeleta que en Génova no cabe ninguna duda de que el líder socialista presionará este martes personalmente a Ursula von der Leyen, ya que ambos coincidirán en la cumbre del G20 que se celebra esta semana en Río de Janeiro, la última de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos

No obstante, conocedores de la buena sintonía entre Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, más aún si el interés es compartido, como es el caso, en el equipo de Feijóo no preocupa el contenido de la conversación. Un encuentro privado en el que a buen recaudo los peor parados serán Feijóo y Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo (PPE) y adversario político íntimo de Von der Leyen. Todo ello, a pesar de que ambos militan en la misma coalición (CDU). Weber, en concreto, milita en la CSU, algo así como el PSC bávaro del centroderecha alemán.

Pero sea cual sea la postura adoptada por la alemana, que libra una auténtica encrucijada política desde la discreción, en la dirección nacional del PP lo tienen claro. "No nos vamos a rendir", insisten tras solicitar que la votación a Ribera se lleve a cabo a través de una votación "secreta y en urna" en la que participe toda la Eurocámara. ¿Y si el resultado es la quiebra de la relación con la líder del Ejecutivo comunitario? "Nos preocupa más estar a la altura de España", zanjan en el equipo de Feijóo, sabedores de que su electorado "no comprendería" que abandonaran su cruzada contra la todavía ministra para la Transición Ecológica. 

En Génova, mientras, prefieren no confirmar si Feijóo y Von der Leyen han hablado estos días. Algo más que previsible. Sí que la presidenta de la Comisión "sabe de sobra" su postura y su empecinamiento –lo que Valle-Inclán llamaría cipotudismo español– ante una situación que acotan a su responsabilidad última sobre la Agencia Estatal de Metereología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). También por su respuesta a la catástrofe. "Los errores humanos se pueden perdonar, pero la indolencia manifiesta jamás se exculpa", diferenció Feijóo ayer la reacción Carlos Mazón y Ribera.

"No nos importa el comisario de Meloni"

El enrocamiento del PP (a través de la firme postura del PPE en Bruselas), además, ya ha provocado ciertos movimientos en la Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D) que preside la española Iratxe García. De hecho, fue la propia García, aseguran a Vozpópuli fuentes del PPE, quien levantó el teléfono este domingo para llamar a Weber y ofrecer sus votos para Raffaele Fitto a cambio de que los populares levantaran su veto sobre Ribera. 

¿La respuesta del PP a dicha oferta? Una desdén absoluto, puesto que Fitto "no forma parte" del PPE, sino del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) que Vox abandonó tras el 9-J para irse un poquito más a la derecha. En concreto, a Patriotas por Europa, la nueva coalición formada en torno al húngaro Víktor Orbán de la que Santiago Abascal fue nombrado presidente ayer. Los socialistas, además, se abrirían ahora a levantar el veto sobre Oliver Várhely, el comisario del partido de Orbán.

Así se lo habrían trasladado este lunes dirigentes de S&D a sus homólogos del PPE, en el marco de las intensas negociaciones para desatascar el nombramiento de Ribera. "Ese contacto, puede que inminente, implica una negociación directa de Moncloa con gobiernos a los que el propio PSOE califica de extrema derecha", apuntaban a última hora de la tarde fuentes de Génova a este periódico. 

"No nos importa el comisario de Meloni", zanjan en el equipo de Feijóo. "Es un intento a la desesperada para salvar a Ribera", añaden. En el PP, no obstante, si bien amparados por Weber con decisión frente a las "presiones descomunales" que estarían ejerciendo los socialistas, acotan en este caso su postura a título personal. Es decir, desligada de la opinión colegiada del PPE. "¿Os acordáis de las líneas rojas de lo que llaman la ultraderecha? Pues mirad, ahora la oferta del PSOE en Europa es pactar con lo que llaman la ultraderecha europea", se vanaglorió Feijóo este lunes ante la plana mayor de su partido. "Ya veis que la grandilocuencia y los cordones sanitarios duran lo que tarda el PSOE en necesitar a los comisarios de la extrema derecha a cambio de que voten a la comisaria candidata Teresa Ribera".

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