Arancha González Laya hizo de cortafuegos este lunes ante el juez que investiga la entrada y salida de Brahim Ghali de España. La exministra de Asuntos Exteriores respondió a preguntas genéricas acerca de los motivos que llevaron al Gobierno a tomar esta decisión e hizo hincapié en que se actuó siempre dentro de la legalidad. Pese a ello, se mantuvo incólume ante la insistencia del magistrado Rafael Lasala por esclarecer quien o quienes están detrás de este operativo que desató un conflicto diplomático con Marruecos.
La exministra adoptó una estrategia muy similar a la defendida por su entonces mano derecha, Camilo Villarino. Ambos están siendo representados en el procedimiento por la Abogacía General del Estado, la cual ya ha pedido el archivo de la causa alegando que no hay ilícito penal. Los servicios jurídicos del Gobierno sostienen que el líder del Frente Polisario tiene nacionalidad española y un DNI en vigor, lo cual haría innecesario a todas luces que se le requiriera un pasaporte para aterrizar en territorio español.
El magistrado al frente de esta causa no comparte este criterio. Por eso trató de obtener de Laya algún indicio más en aras a esclarecer quién el responsable último de que Ghali entrara en España sin pasa por el control de aduanas ni de pasaporte. La entonces jefa de la diplomacia española se remitió en todo momento a algunos artículos del Acuerdo de Schengen así como a la protección que le brinda la Ley de Secretos Oficiales, para guardar silencio ante los requerimientos del magistrado.
Laya aludió específicamente a la Ley sobre materias clasificadas pero no a la redacción original de la normativa de abril de 1968, sino a un acuerdo posterior aprobado en Consejo de Ministros en 2010. El mismo regula la política de seguridad de la información del Ministerio que ella dirigía. A este acuerdo se refirió cuando el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza le preguntó por el responsable dentro del Ejecutivo que habría ordenado la entrada de Ghali a través de la Base Militar del Aeropuerto de Zaragoza.
El "contacto argelino"
Su negativa a señalar a cualquier otro miembro del Ejecutivo frenó cualquier intento de los investigadores por llegar a la cúpula del actual Gobierno, desde donde siempre han defendido que accedieron a ingresar a Ghali por motivos humanitarios. Del mismo modo se pronunció la exministra, la cual, según fuentes presentes en el interrogatorio consultadas por Vozpópuli, explicó que se acordó su traslado a España proveniente de Argelia porque estaba muy enfermo de coronavirus. Tanto es así que, en la misma base donde aterrizó, le esperaba una ambulancia medicalizada de los servicios médicos de Logroño que le trasladó a un hospital de La Rioja.
Laya precisó que se escogió dicho centro médico porque no tenía el servicio de urgencias tan colapsado. Sin embargo, no dijo por qué se decantaron por la base militar de Zaragoza, ni tampoco quién fue el contacto de Exteriores en Argel para gestionar su llegada aquel 18 de abril. Laya -que solo respondió al magistrado, Fiscalía y Abogacía- se escudó en la Ley de Secretos Oficiales para no revelar el contacto de Argelia con el que el Gobierno gestionó el operativo. Sí confirmó que la fuente les había asegurado que Ghali viajaba con pasaporte diplomático argelino.
Con todo, no es la primera vez que se alude a un contacto en el país africano. Los whatsapps que se intercambiaron Villarino con el teniente general Francisco Javier Fernández Sánchez también recogen alusiones por parte del entonces director de gabinete de Laya a una persona de enlace en Argel. Tanto es así que en el primer mensaje que le envió para darle la información del asunto, le explicó que su "contacto argelino" le iba a transmitir los datos del avión y del vuelo.
El segundo acompañante
Villarino le pidió al segundo jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire que fuera discreto con todo este asunto. Le dijo que Ghali portaba pasaporte diplomático y que viajaba con su hijo, el cual tenía "algún tipo de permiso de residencia en España". No obstante, le dejó claro que esto último ni era un problema ni responsabilidad de Defensa porque quien tenía que saberlo ya lo sabía. Con todo, Villarino nunca le dijo a su interlocutor que la persona que entraba en España era el líder del Frente Polisario.
Sobre este asunto también se le preguntó a Laya en su cita con el juez. Pese a los intentos de la Abogacía General del Estado de que las acusaciones no participaran parte del interrogatorio, uno de los abogados, Juan Carlos Navarro, le preguntó expresamente por la documental que portaba el acompañante de Ghali a su llegada al país. La exministra guardó silencio al respecto. Sí aludió en numerosas ocasiones a determinados artículos del Acuerdo de Schengen por el que se suprimieron las fronteras interiores de todos los países que forman parte del espacio.
El acuerdo Schengen
En concreto, y según las fuentes consultadas, Laya apeló a los artículos 5 y 6 relativos a las condiciones de entrada para los nacionales de terceros países y la posibilidad de facilitar el acceso por motivos humanitarios. Las acusaciones, por su parte, sostienen que no se cumplió lo estipulado en la normativa no porque se le facilitara la entrada en el país (y también su salida el 2 de junio) sino porque no se le requirió ningún documento de identificación.
En lo que respecta a los titulares de pasaportes diplomáticos, el acuerdo recoge ya en sus anexos que, "debido al régimen de privilegios del que disfrutan", pueden tener prioridad ante otros pasajeros en pasos fronterizos "siempre que viajen en el ejercicio de sus funciones y sin dejar de estar sometidos a la exigencia del visado cuando éste sea obligatorio".
Cabe recordar que hace apenas unas semanas el instructor ya ofició a Sirene para que informara al juzgado si había descripciones "a efectos de detención o localización" del líder del Frente Polisario en cualquier de los 26 estados que forman parte del Espacio Schengen. Tal y como avanzó este diario, el magistrado abrió este nuevo frente tras imputar a Laya por los delitos de prevaricación, encubrimiento y falsedad documental y solicitó que se le informara acerca de si figuraba alguna orden de detención sobre la figura de Ghali o de Brahim Ghali Moustafa o Ghali Sidi-Mohamed Abdelyelil.