España

Podemos estalla por la pinza de Sánchez y Díaz con Vivienda: "Esta señora no ha hecho nada"

Los morados, en plena escalada con la vicepresidenta segunda, reivindican a su secretaria general y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, como auténtica propulsora de la norma

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el Congreso, en una imagen de archivo. -

Esta es la historia de un enfado más. Pero no una cualquiera, uno que ha colmado un vaso y que promete revolucionar por completo el triángulo político que comparte colchón en Moncloa. Podemos estalló este viernes tras el anuncio del acuerdo entre ERC y Bildu con el Gobierno para dar luz verde definitiva a la Ley de Vivienda que salió del Consejo de Ministros hace más de un año. Hasta ahí todo bien, ningún problema. El presidente, Pedro Sánchez, dejó que fueran sus socios independentistas quienes anunciaran la nueva. Se acercan las elecciones y hay que ser generoso con el reparto de medallas.

En Podemos, promotor y autor intelectual de la norma desde el Ministerio de Derechos Sociales que lidera Ione Belarra, lo aplauden. "Ya se pactó antes en el Gobierno y tuvimos nuestro espacio para anunciar la ley. Ahora ellos [en referencia a ERC y EH Bildu] tenían que tener su espacio. Del texto que salió de Moncloa al que se ha presentado se ha avanzado en muchas cosas. Así que estamos felices de que saquen pecho por lo que se ha avanzado. Es obvio el papel que ha tenido Ione [Belarra]. Pero no se va a dar codazos con los aliados. Nosotros sí nos damos cuenta de que hay que cuidarles", sintetiza a este diario una fuente gubernamental morada.

La mecha que ha prendido en la sede de Podemos y en los despachos de ERC y Bildu ha sido el intento de Yolanda Díaz vía Twitter de apropiarse de la medida. La vicepresidenta segunda, oficialmente candidata a la presidencia del Gobierno con las siglas de Sumar, no perdió la ocasión de apuntarse el tanto. Pero las fuentes consultadas en los equipos negociadores son contundentes: "Yolanda [Díaz] no ha jugado ningún papel en las negociaciones de este último año. No ha participado en ninguna reunión como para querer arrogarse un papel que no le corresponde. Nos parece bien que ahora se alegre por el acuerdo. Pero si ha salido es por Bildu, ERC, el Ministerio de Transportes [del PSOE] e Ione Belarra".

Díaz, 'culpable' del retraso según los morados

Otra fuente con peso en Podemos va más allá: "Esta señora [en referencia a Yolanda Díaz] no ha hecho nada. Ha puesto un tuit en el que no menciona a Ione, que sí se ha partido la cara desde el principio de la legislatura, cuando era secretaria de estado, por esta ley". Es más, los morados achacan la tardanza de la ley precisamente a un supuesto 'boicot' de Yolanda Díaz, quien habría dejado caer la norma en los anteriores presupuestos por lograr de Hacienda un incremento de presupuesto para su propio ministerio. Para más inri, en Podemos siguen viendo al presidente del Gobierno entregado a la causa de disolverlos para encumbrar a Yolanda Díaz. Así interpretan que Ferraz y Moncloa lanzaran esta semana el mensaje de que fueron Sánchez y Díaz quienes se arremangaron para desbloquear la negociación en el Congreso.

Para el PSOE era esencial desbloquear este ley justo ahora. El partido está inmerso en la larga precampaña de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Y Moncloa no iba a dejar pasar la oportunidad de dar a sus candidatos el argumentario perfecto en las ciudades donde encontrar una vivienda asequible es más que una utopía. 'Gracias al Gobierno verá cómo se reducen los precios del alquiler'. Aunque el eslogan lleva trampa, ya que Vivienda es una competencia autonómica. La norma aprobada por el Ejecutivo tan solo dará cobertura legal a las comunidades que ya cuentan con una, como Cataluña y País Vasco, para que impulsen medidas más ambiciosas.

Mientras, Podemos tiene seguro que seguirá impulsando su alianza con ERC y Bildu para competir con Yolanda Díaz. El divorcio entre los morados y Sumar les ha llevado a reforzar esta alianza con los republicanos y la izquierda abertzale. La resistencia de Pablo Iglesias a diluir el partido que creó en el proyecto de la vicepresidenta y las duras críticas que vierte sobre la vicepresidenta el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, han facilitado esta entente, que opera ya casi como una sola voz contra la también ministra de Trabajo.

Del 'sí es sí' a 'mordaza'

La Ley de Vivienda es último ejemplo. Pero no el único. Tambien se vio la alianza con mordaza. Cabe recordar que Iglesias "reventó", según definieron fuentes moradas consultadas por este diario, el plan de parte de su grupo parlamentario al alinearse con las tesis de ERC y de Bildu para tumbar la reforma de la Ley de seguridad ciudadana. Ese episodio cabreó sobremanera a importantes sectores del grupo parlamentario de Unidas Podemos, que han visto cómo han perdido la ocasión de derogar una de las normas más polémicas del Gobierno de Mariano Rajoy; una promesa de casi toda la izquierda política.

Lo cierto es que el coqueteo de Iglesias y Podemos con los independentistas vascos y catalanes genera incomodidad en otras fuerzas del grupo confederal. Sin ir más lejos, en los 'comunes', ya que la competencia de los de Ada Colau con ERC es brutal en Cataluña. No se entiende casi nada de lo que votan Gabriel Rufián y sus doce compañeros de escaño en Madrid sin que sea un dardo al alma catalana de los morados. Los 'comunes', además, sabían desde el principio que ni ERC ni Bildu se prestarían a apoyar a una ley de seguridad española. Pero Podemos se alió con ellos por mero tacticismo político.

La cercanía entre Podemos, ERC y Bildu es tan intensa que algunas voces en el seno del espacio confederal especulan con una posible alianza electoral que se presente a las generales como némesis de Sumar y una idea clara: la república plurinacional. Sin embargo, fuentes de la ejecutiva morada consultadas por Vozpópuli descartan por completo esa opción y la tachan de "patraña". Y dirigentes próximos a los Comunes, todavía unidos a Podemos en el Congreso, "no advierten riesgo de un pacto de este tipo", aunque sí reconocen que ha sonado muy fuerte esa tesis.

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