Madrid

La Comunidad de Madrid declara BIC en la categoría de Monumento la iglesia de San Vicente Mártir de Braojos de la Sierra

Destaca la reforma llevada a cabo entre 1616 y 1621 por el maestro de cantería Juan de la Verde

  • Iglesia de San Vicente Mártir

Entre 1616 y 1621, el maestro de cantería Juan de la Verde emprendió una reforma significativa que dejó una huella perdurable en el ámbito arquitectónico. Este proyecto abarcó una serie de modificaciones estructurales y estéticas que transformaron por completo el aspecto de la edificación en cuestión. La reforma no solo implicó cambios en la estructura, sino que también introdujo elementos decorativos que reflejaban las tendencias artísticas de la época.

Durante este periodo, Juan de la Verde aplicó su habilidad y conocimiento en cantería para lograr un equilibrio entre funcionalidad y estética. La obra realizada por Juan de la Verde se convirtió en un referente para futuros proyectos de construcción. El enfoque de Juan de la Verde en esta reforma se centró en la mejora de la estabilidad y la durabilidad del edificio. Para ello, utilizó técnicas innovadoras de cantería que aseguraron la resistencia de la estructura a lo largo del tiempo. Además, su atención al detalle se reflejó en la incorporación de elementos ornamentales que embellecieron la edificación sin comprometer su solidez. La reforma llevada a cabo por Juan de la Verde no solo mejoró la apariencia del edificio, sino que también aumentó su valor histórico y cultural. La combinación de funcionalidad y estética fue una de las características más destacadas de su trabajo.

La reforma de Juan de la Verde

Una de las características que hicieron única la reforma de Juan de la Verde fue su enfoque en la integración de elementos arquitectónicos tradicionales con innovaciones de la época. Esta fusión permitió que la edificación mantuviera su esencia histórica mientras adoptaba nuevas tendencias artísticas. La reforma no solo se centró en la apariencia externa, sino que también incluyó mejoras en el interior del edificio. Juan de la Verde logró crear un espacio que combinaba armoniosamente lo antiguo y lo moderno, lo que resultó en una obra maestra de la cantería. Su habilidad para adaptar las técnicas tradicionales a las necesidades contemporáneas fue clave en el éxito de la reforma.

El impacto de la reforma realizada por Juan de la Verde se extendió más allá del ámbito arquitectónico. Su trabajo influyó en otros maestros de cantería de la época, quienes adoptaron algunas de sus técnicas y enfoques en sus propios proyectos. La reforma se convirtió en un ejemplo de cómo la innovación y el respeto por la tradición pueden coexistir en el ámbito de la construcción. Además, el proyecto de Juan de la Verde atrajo la atención de historiadores y expertos en arte, quienes reconocieron su contribución al desarrollo de la arquitectura de la época.

El impacto de la reforma realizada por Juan de la Verde se extendió más allá del ámbito arquitectónico. Su trabajo influyó en otros maestros de cantería de la época, quienes adoptaron algunas de sus técnicas y enfoques en sus propios proyectos

La influencia de su trabajo perduró mucho después de la finalización de la reforma. El legado de Juan de la Verde es evidente en la forma en que su reforma ha sido preservada y valorada a lo largo de los años. La edificación reformada se ha convertido en un símbolo de la habilidad y el ingenio de los maestros de cantería del siglo XVII. A lo largo del tiempo, se han llevado a cabo esfuerzos para mantener la integridad de la obra de Juan de la Verde, asegurando que las generaciones futuras puedan apreciar su contribución al patrimonio arquitectónico.

El análisis de su obra ha proporcionado valiosos conocimientos sobre las prácticas de construcción del siglo XVII y su evolución a lo largo del tiempo. En conclusión, la reforma llevada a cabo por Juan de la Verde entre 1616 y 1621 representa un hito en la historia de la arquitectura. Su enfoque en la integración de elementos tradicionales y modernos, junto con su habilidad en la cantería, resultó en una obra que ha perdurado a lo largo de los siglos. La influencia de su trabajo se ha extendido más allá de su época, dejando un legado que continúa inspirando a arquitectos y canteros en la actualidad. La reforma de Juan de la Verde es un testimonio de su maestría y su capacidad para transformar una edificación en un símbolo duradero de la arquitectura del siglo XVII. Tanto la tipología como los elementos decorativos de esta parte del templo responden a un clasicismo ornamentado que es excepcional encontrar en esta zona norte de la Comunidad de Madrid.

En la capilla de los Vargas se localiza el retablo de San Miguel (1628-1633), ejecutado por el ensamblador Juan de Velázquez, el escultor vallisoletano Gregorio Fernández y el pintor madrileño Vicente Carducho.

Además, conserva un importante conjunto de retablos de los siglos XVII y XVIII de gran calidad donde intervinieron destacados maestros barrocos. Así, en la capilla de los Vargas se localiza el retablo de San Miguel (1628-1633), ejecutado por el ensamblador Juan de Velázquez, el escultor vallisoletano Gregorio Fernández y el pintor madrileño Vicente Carducho.

Por su parte, en la capilla del Rosario se encuentra el retablo de la Virgen del Rosario (1680-1690), cuya pintura se atribuye al círculo de artistas madrileños próximos a Claudio Coello. Ya en el banco del retablo de San Sebastián destacan dos tablas hispanoflamencas de finales del siglo XV atribuidas al Maestro de los Luna.

La iglesia de San Vicente Mártir también conserva una serie de lápidas sepulcrales (siglos XVII y XVIII) con motivos heráldicos labrados e inscripciones grabadas que pertenecieron tanto a la familia Vargas como a otros personajes eclesiásticos.

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