Voluntad de cambio. En eso es en lo que se traducen las elecciones del 24 de mayo, que han revolucionado el mapa político ofreciendo un panorama inédito en España. Los nuevos partidos han dejado de ser una moda efímera para consolidarse como una opción real y así lo han constatado las urnas. El PP pierde feudos en los que gobernaba desde hace dos décadas y, muy a su pesar, abre la puerta a aires renovados. Barcelona, Comunidad Valenciana y Madrid lideran el cambio. Éstos son los protagonistas de la transformación de la España bipartidista.
- Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid que fue posible por el dedo de Rajoy
Ahora Madrid buscaba candidato. Se pretendía alguien con poco pasado político pero gran militancia social, con experiencia personal y un buen currículo. También era necesario que fuese alguien carismático aunque no necesariamente conocido, de eso ya se encargaría la máquina publicitaria de Podemos. La edad era lo de menos.
Manuela Carmena (Madrid, 1944) fue uno de los primeros nombres en surgir, aunque no el único. Su pasado como juez y su lucha por muy diversas causas sociales cuadraba con el candidato que buscaba el movimiento ciudadano. La idea tenía un problema importante que resolver: ella no quería presentarse. Dijo no varias veces, incluso cuando fue llamada por Pablo Iglesias. Su cambio de opinión solo fue posible gracias a Rajoy, que designó candidata a Esperanza Aguirre lo que hizo saltar un resorte en Carmena, que veía a su oponente como un problema potencial para para la ciudad.
Solo aceptó presentarse a candidata cuando supo que su rival sería Esperanza Aguirre
La corta vida política de Carmena ha girado en torno a Aguirre desde el principio. No solo por ser la chispa que encendió la llama, también porque la campaña para el consistorio ha estado marcada por los comentarios de la presidenta del PP de Madrid. El ciclo de noticias de campaña se ha movido siempre en las mismas coordenadas, Aguirre atacaba a Carmena y esta, con más o menos tino, se defendía.
Así fue cuando la popular dijo que Carmena era juez del cuarto turno –un método de acceso a la judicatura sin oposición- algo que se demostró falso y tuvo que rectificar. También cuando la expresidenta la acusó de filoterrorista. La respuesta fue aún más rotunda en este caso, ya que le recordó que ella había estado amenazada por ETA. Por último llegó la acusación por las malas prácticas empresariales de su marido arquitecto. Carmena enseñó una resolución judicial que le exoneraba de culpa, aunque Aguirre no pareció conforme con esa explicación.
Aguirre se exprimió en la crítica personal porque cargar contra Podemos, en este caso, tenía menos sentido. La formación Ahora Madrid es un amalgama de fuerzas en el que Podemos es mayoritaria, pero no única. Carmena, además, es una rareza dentro del partido, tanto que ha manifestado en varias ocasiones que ella no tiene nada que ver con la formación morada.
Carmena no puede ser vinculada con Venezuela, pues ha expresado enérgicamente su rechazo a las prácticas bolivarianas. Cuando los eurodiputados de Podemos se negaron a apoyar una resolución que pedía la liberación de presos políticos en el régimen de Maduro la juez fue taxativa: “Donde vaya, donde esté y siempre, yo voy a decir que por encima de todo hay que cumplir los derechos humanos”. Carmena tiene pedigrí en ese campo, pues durante un tiempo fue relatora de prisiones indebidas para la ONU.
Durante la campaña criticó a Podemos por su laxitud con el régimen venezolano
“Ha sido útil criticándonos”, reconoce ahora Pablo Iglesias en su intensa gira por las televisiones para analizar los resultados. La sensación es general entre sus compañeros de militancia que señalan una evolución de la formación gracias a observar a la próxima alcaldesa. La defensa de los derechos humanos es clave para entender la biografía personal de Carmena. En su juventud militó en el Partido Comunista, núcleo del antifranquismo y poco después de la muerte del dictador vivió en primera persona uno de los momentos claves de la Transición, el asesinato de los abogados laboralistas de Atocha. Ella trabajaba en ese despacho.
Una larga carrera judicial
Abandonó el PCE y en 1981 comenzó su carrera judicial vinculada a la vigilancia penitenciaria. En 1986 su labor fue reconocida con el Premio Nacional de Derecho Humanos. Nunca ocultó su querencia progresista, lo que le llevó a estar en el grupo fundacional de la asociación Jueces para la Democracia. En 1991 fue elegida juez decana de Madrid. En el 96 fue designada para el Consejo General del Poder Judicial a proposición de Izquierda Unida. En 2010 dejó la judicatura, pero no redujo su actividad. Creo la empresa “Yayos Emprendedores”, que comercializa productos hechos por presos y reinvierte sus beneficios en programas de reinserción, ha sido patrona de la Fundación Alternativas (vinculada al PSOE), ha escrito libros y, finalmente, puede llegar a ser alcaldesa de Madrid tras conseguir 20 concejales en las elecciones del domingo.
Carmena repite siempre que el cargo no la cambiará. Seguirá yendo en metro y en bicicleta y haciendo sus propias magdalenas, que durante la campaña repartía a los periodistas que la iban a entrevistar. Los que la han seguido en estos quince días desenfrenados se sorprenden de su cercanía y cuentan anécdotas al respecto. “Un día se le rompió el vaquero y cuando alguien le dijo que había que coserlo ella solo respondió que daba lo mismo, los vaqueros siempre terminan rompiéndose”, relata Jacobo Rivero, experto en Podemos. Una campaña espontánea de cartelería ha ayudado a que sea más conocida.
- García Page, el futuro presidente que amenaza a Nacho Villa al primer minuto de 'ganar'
A Emiliano García-Page la estrategia diseñada por su mentor José Bono le ha salido perfecta: sin ser el más votado, gobernará con el apoyo de Podemos como lleva haciendo desde 2007 en la ciudad de Toledo con IU. Tan poderoso se siente, que hasta ha pedido su dimisión al periodista favorito de Cospedal.
El candidato del PSOE a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no ha conseguido ser más votado que la actual presidenta María Dolores de Cospedal. Con 395.000 votos frente a 411.000, ha obtenido dos diputados menos que la secretaria general del PP. Confía en gobernar, tanto que incluso se ha atrevido a amenazar a Ignacio Villa, exlocutor de Cope y director de Castilla-La Mancha TV: "Presente su dimisión esta misma noche, espero que dimita por haber maltratado a esta región", inquirió al conocido periodista conservador.
¿Qué pinta una amenaza a un periodista en la celebración de una 'victoria' electoral? Nacho Villa ha sido, desde su nombramiento en julio de 2011 al frente de la que antes era conocida como 'Tele Bono', objetivo de las críticas de la izquierda por mantener supuestamente una línea editorial demasiado pro-Partido Popular: "La manipulación siempre ha existido en CLM TV, pero lo de estos últimos cuatro años ha sido especialmente llamativo", comenta Alberto Yébenes, politólogo y analista independiente. En cualquier caso, reconoce, "acordarse de Villa en sus primeras declaraciones públicas no ha sido lo más elegante que haya podido hacer Page". La televisión castellano-manchega acumula un buen número de demandas por manipulación informativa, habiendo pagado sanciones con dinero público según la socialista Beatriz Talegón, que causó este monumental escándalo hace unos meses al preguntar a los periodistas Alfonso Rojo o Víctor Arribas cuánto cobraban de dinero público, pregunta a la que se negaron a responder. "Os estáis llevando el dinero público sin decir ni cuánto cobráis".
Analizando el origen de los votos, el mayor fracaso de Cospedal se ha producido en Guadalajara: "Fue la circunscripción que le dio la victoria a Cospedal en 2011 y ahora sin embargo sólo han empatado con los socialistas. Todo ello, después de volcarse en la provincia". En Guadalajara, la entrada de Podemos ha dejado al PP con 2 diputados de los 5 que consiguió en 2011. El propio sistema electoral castellano-manchego, cambiado por María Dolores de Cospedal durante esta legislatura (igual que José María Barreda hizo cambios que le beneficiaban en la legislatura anterior) ha provocado estos resultados tan peculiares, donde la entrada de Podemos en las provincias de Toledo, Albacete y Guadalajara ha sido en detrimento del centroderecha.
- Ada Colau, la activista antidesahucios que aspira a gobernar Barcelona
Ada Colau tiene un especial y reincidente rechazo tanto a CiU como al Partido Popular, a los que califica de “derecha que ha favorecido las desigualdades” sociales en Barcelona. Con esta premisa, Colau rechaza sentarse a negociar con ambos partidos en la ciudad condal para poder buscar alianzas que le aporten los diez concejales que necesita para poder convertirse en la primera alcaldesa de Barcelona.
Buscará por lo tanto el pacto en los independentistas de ERC y en la CUP. Colau ha ganado las elecciones municipales en Barcelona con poco más de 176.000 votos de barceloneses, a pesar de que la mayoría de sus nuevos electores no son separatistas y provienen del PSC en los barrios obreros de Barcelona. A la espera de ver cómo gestiona el presupuesto de la ciudad, Colau está orgullosa de su currículum “que no pertenece a la casta”, pero sí al activismo y a los movimientos sociales que se han opuesto a los desahucios. Pero aunque en el conjunto de Barcelona les separaron unos 17.000 votos con Xavier Trias (CiU), Barcelona en Comú barrió en los cinco distritos que en el 2011 aún abanderaba el PSC, al que sumó Sants-Montjuïc, en detrimento de CiU.
Aupada por una marea social de indignación y hastío, nacida en las plazas y engordada durante años por el empobrecimiento popular, los recortes del Estado del bienestar, la desigualdad creciente y la corrupción galopante, Colau ha ganado el mano a mano con el candidato de CiU a la reelección. “La gente corriente tenía una oportunidad histórica y la ha sabido aprovechar”, ha dicho Ada Colau tras su victoria electoral.
Ada Colau ha sido portavoz y cara visible de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y la han conocido en Cataluña, en Madrid y en el resto de España gracias al apoyo mediático en los últimos dos años de cadenas de televisión como La Sexta, Cuatro y Telecinco. De todos es conocida aquella imagen de Ada Colau que protagonizó una intervención contundente en el Congreso de los Diputados, el 29 de enero de 2013, durante la cual tildó de “criminal” a un representante de la banca. Antes había hecho una exposición detallada de la crisis de la vivienda, pero la descalificación fue lo más comentado. “Le hubiera tirado un zapato”, dijo Ada Colau, que días después no se arrepiente y dice que “votantes del Partido Popular” la hubieran felicitado por lo que hizo.
Antes de su aparición en el Congreso, Ada Colau tenía 8.000 seguidores en Twitter. La semana pasada superaba los 50.000
Antes de acudir a la cámara baja, Ada Colau (Barcelona, 1974) tenía 8.000 seguidores en Twitter. La semana pasada superaba los 50.000. Hace ya cuatro años que es la cara visible de la Plataforma Antidesahucios (PAH), un colectivo que ha detenido más de medio millar de desahucios. Lleva mucho más tiempo centrada en la vivienda como problema y necesidad. Creció en el barrio barcelonés del Guinardó, en una familia de clase media durante unos años, en seguida venida a menos. Es hija de una familia numerosa, sus padres se separaron: de su madre tiene tres hermanas y de su padre, un hermano y una hermana. Por su parte, ella tiene un hijo de cuatro años con Adrià Alemany, su compañero, un economista con el que comparte lucha y activismo social.
Ada Colau estudió en un colegio del barrio y dice que heredó el activismo: su madre la llevaba a manifestaciones educativas en distintos barrios de la Barcelona de los años setenta y luego en los ochenta. Estudió Filosofía en la Academia Febrer y en la universidad, aunque le faltan dos asignaturas para acabar la carrera, según confirman sus conocidos. Su bautizo como activista le llegó joven, con motivo de la primera guerra del Golfo, en 1990. Dice que en la facultad encontró una generación activista que lo sigue siendo. Colau no recuerda en cuántos pisos ha vivido, casi siempre de alquiler. Se fue de casa cuando pudo, dice, después de una beca Erasmus que la llevó un año a Milán. También residió en espacios ocupados. Asegura que hace "vida de activista" desde el 2001.
- Mónica Oltra, artífice del 'Ritaleaks'
Mónica Oltra se hizo famosa por sus camisetas. En las Cortes Valencianas, dominadas de manera absoluta por el Partido Popular, escandalizaba que la política de Compromís apareciese una y otra vez con lemas de protesta serigrafiados en la ropa. Frases como “No nos falta dinero, nos sobran chorizos”, que en alguna ocasión supusieron su expulsión del pleno. Juan Cotino, presidente de la cámara, primero pedía una chaqueta para taparla y, al negarse, terminaba mandándola fuera para que reflexionase.
A diferencia de muchos de los nuevos políticos, Mónica Oltra no es una paracaidista, no se ha enamorado de la política de pronto, sino que lleva años en la arena, reivindicando a su partido y denunciando prácticas corruptas y pródigas que considera frecuentes en la Comunidad Valenciana.
El perfil combativo de la candidata de Compromís, que logró un resultado histórico en las Cortes Valencianas, se ha visto alimentado por el entorno con el que ha convivido en los últimos años. Iban estallando casos de corrupción, con el caso Gürtel como el más sonado y ella, en ausencia del PSPV, carcomido por las luchas internas y la falta de liderazgo, capitalizaba el descontento de la población y lo canalizaba hacia sus posiciones.
Los cuatro años de tenaz oposición desde su escaño han servido a Oltra para poner cara al descontento en Valencia
Tampoco a ella le fue fácil domeñar su partido, pues las formaciones de izquierda en Valencia tienen una gran tradición de escisiones y desencantos. Solo en los últimos años, y en parte por el empuje de Oltra, las cosas han cambiado y se ha canalizado el voto hacia Compromís que ha aprovechado la filtració de documentos confidenciales sobre la gestión municipal de Rita Barberá para afianzar su crecimiento.
Oltra quiere ser presidenta de la Generalitat. Aunque dice que lo importante son los contenidos de los pactos y no las personas, se le iluminan los ojos al pensar en poder presidir su tierra, a la que volvió siendo aún niña tras haber abierto los ojos y aprendido a andar en Alemania, donde sus padres eran emigrantes. Vende que Compromís no viene de la nada: “No somos un partido de laboratorio. Llevamos años encerrándonos con los valencianos para estudiar sus problemas”. Si Mónica Oltra llegase a ser presidenta de la Generalitat, tendría una característica única además de la particularidad de que sería la primera mujer: por primera vez desde los tiempos de Joan Lerma, un presidente de los valencianos sería capaz de hablar el idioma de la comunidad de una manera decente.
En los 20 años de sucesivos gobiernos del Partido Popular, la lengua de ‘Tirant Lo Blanc’ ha perdido peso de forma alarmante, como denunció el Consell de Cultura valenciano en 2012. Por ello que la presidencia de la Comunidad Valenciana fuera ocupada por una mujer que tiene el valenciano como lengua vehicular sería más que un cambio, una revolución.
- Óscar Puente: la alternativa que quiere desterrar el tópico de 'Fachadolid'
La Alcaldía de Valladolid cambiará de dueño en las próximas semanas. El tripartito de izquierdas conformado por PSOE, Valladolid Toma la Palabra (IU y Equo) y Sí se puede Valladolid (Podemos) ya ha pactado desbancar a Francisco Javier León de la Riva, el altivo y deslenguado político del Partido Popular que ha sostenido el bastón de mando de la ciudad durante los últimos 20 años. Salvo sorpresa, su lugar lo ocupará Óscar Puente, de perfil bajo, pero con una especial habilidad para aferrarse a su puesto en los momentos más complicados. Aunque eso le haya obligado a buscar complejas alianzas internas.
Óscar Puente se hizo cargo del PSOE de Valladolid después de que Soraya Rodríguez diera la espantada tras perder las elecciones municipales de 2007. Su figura siempre ha sido considerada como la de un actor secundario, como la de un tibio líder que adolecía del carisma necesario. En 2011 llevó a los socialistas a obtener el peor resultado de su historia en la capital del Pisuerga, al perder 25.000 votos y 4 concejales. Fue duramente criticado y se le inquirió a dimitir. Pero se aferró a su puesto, se impuso en unas duras elecciones primarias y ahora se perfila como nuevo alcalde de la ciudad castellana.
El resultado que obtuvo el PSOE el domingo puede considerarse como una victoria y una derrota a la vez
El resultado que obtuvo este domingo puede considerarse como una victoria y una derrota a la vez. Su formación perdió un puesto en el Plenario municipal, pero podrá gobernar gracias al ascenso de Valladolid Toma la Palabra –coalición conformada por IU y Equo-, que logró cuatro concejales. También a la aparición de Síva, la marca de Podemos en la ciudad, que consiguió tres. El tripartito suma 15 ediles, suficiente para regir una ciudad que durante las últimas dos décadas ha estado acaudillada por Francisco Javier León de la Riva.
Ahora bien, el nuevo alcalde de Valladolid será visto por recelo por una buena parte del electorado progresista, aquel que se ha desmarcado del PSOE en las dos últimas citas electorales y que ha otorgado su confianza a los partidos de izquierda alternativos. Durante los ocho años que ha pasado Puente como líder de la oposición, no han sido pocas las voces de dentro y fuera de su partido que le han recriminado el haber vivido siempre de la política, el conducir un vehículo caro (Chevrolet Captiva) o el matricular a sus hijos en un colegio concertado, mientras enarbola la bandera de la educación pública.
Además de recibir críticas por su “falta de carisma” y por su “elevado estilo de vida”, Puente también ha sido acusado de dejarse llevar siempre por la corriente predominante dentro del PSOE de Castilla y León “(En los últimos años), ha tenido siempre la capacidad de situarse bajo el sol que más calienta, bien se llamara Óscar López, bien Julio Villarrubia o bien Luis Tudanca. Eso le ha hecho perder algunos apoyos en su entorno más cercano, aunque le ha ayudado a acomodarse en su puesto”, explican fuentes del PSOE vallisoletano.