España

Mariana Pineda, heroína de la libertad y la democracia declarada lugar de memoria

El monumento a la joven granadina, ejecutada por orden de Fernando VII por bordar una bandera liberal, ha sido declarado lugar de memoria por el Gobierno

  • Monumento a Mariana Pineda en Granada

En la historia de España hay varios personajes que han resultado claves para su evolución pero que, aún a día de hoy, se encuentran en la sombra. Calles, plazas e incluso monumentos con nombres que no todo el mundo reconoce. Con motivo de la nueva iniciativa que ha lanzado el Gobierno para declarar lugar de memoria doce inmuebles y monumentos relacionados con el liberalismo democrático y la Constitución de 1812, vamos a rememorar a Mariana Pineda, uno de esos nombres claves para la historia de España que no resonará en los oídos de todos.

Entre los doce inmuebles que el Gobierno quiere declarar lugar de memoria se encuentra el monumento a Mariana Pineda en Granada. La escultura, obra de Miguel Marín y Francisco Morales, fue inaugurada el 26 de mayo de 1876 y, de acuerdo con la Plataforma Granada Abierta, se trata del monumento "más querido por el pueblo de Granada".

"Consideramos que está declaración es un gran paso adelante en el reconocimiento de la heroína de la libertad, que también ha sido reconocida por la Unión Europea, pues ha puesto su nombre al salón de entrada del Parlamento de Estrasburgo", ha apuntado Granada Abierta según recoge 'El Independiente de Granada'. Pero, ¿quién fue Mariana Pineda?

Mariana Pineda: una luchadora de la democracia

1831, una mujer es detenida en Granada por poseer una bandera con las palabras "Ley, Libertad, Igualdad" bordadas. Mariana Pineda fue condenada a pena capital mediante garrote vil, una de las muertes más crueles de la época. Pineda siempre fue una mujer de fuertes convicciones liberales que acogía en su casa a todo aquel que estuviese en contra del régimen absolutista del rey Fernando VII.

Cuando fue detenida, Mariana se negó a delatar a sus supuestos cómplices, Ramón de Pedrosa -miembro de la Chancillería de Granada y según los rumores enamorado de Pineda-, por lo que la joven fue llevada a prisión. Protestas del pueblo en su favor tuvieron lugar, pero no fue suficiente para evitar su condena a muerte. La sentencia tuvo lugar en el Campo del Triunfo de Granada y la bandera que bordó fue quemada.

Este hecho la convertiría heroína y mártir del liberalismo y la democracia, llegando a ser fuente de inspiración para músicos y poetas en las décadas verederas como Federico García Lorca, quien escribió 'Mariana Pineda', una obra teatral basada en su vida .

Una infancia atípica a la época

Nació el 1 de septiembre de 1804 en el seno de una familia noble pero atípica. Su padre, Mariano Pineda, era capitán de un navío de la Armada, además de Caballero de la Orden de Calatrava. Por el otro lado, su madre, María Dolores, viene de orígenes más humildes. La pareja no estaba casada y, de hecho, no convivían juntos sino que tenían domicilios separados.

Al poco de nacer Mariana, quien fue su segunda hija después de que la primera muriera casi recién nacida, su padre enfermó gravemente. Debido al miedo de morir de forma repentina, Mariano firmó unos documentos a favor de su hija. Además, el padre de la joven acabó denunciando a la madre de la niña por apropiarse de bienes que estaban a nombre de Mariana. Esto provocó que María Dolores huyera con su hija hasta que la encontró la policía y fue obligada a darle la custodia de la niña al padre.

Después de la muerte de su padre, Mariana pasó a tutela de su tío: un hombre ciego que en ese momento estaba soltero. No obstante, cuando este contrajo matrimonio, la tutela de la niña pasó a una joven pareja: José de Mesa y Úrsula de la Presa, quienes la criarían en un ambiente liberal. A los quince años, Mariana se casa con el militar -once años mayor que ella- Manuel de Peralta y Valle, con quien tendría dos hijos. Peralta y Valle sería quien acabaría de meter a Mariana en el liberalismo. Él mismo era un liberal perteneciente a la logia masónica y próximo al círculo constitucionalista del conde de Teba. El matrimonio no duraría mucho, ya que en 1822 Mariana enviudaría.

Durante esta época, correspondiente al conocido Trienio Liberal (1820-1823), Mariana ya tiene sus convicciones liberales bastante firmes y arraigadas, y con tan sólo 18 años ya acogía en su casa a liberales que eran perseguidos por el régimen.

Mariana Pineda y su labor por el liberalismo

Con el comienzo de la conocida como Década Ominosa (1823-1833) y la vuelta al poder absoluto de Fernando VII, una gran represión asoló el país y obligó a Mariana Pineda a esconder a liberales. Por aquella época, Mariana conocería al militar Casimiro Brodett y Carbone con quien intentaría casarse, pero al militar le negaron la dispensa real debido a su afiliación liberal. Brodett, finalmente, se vio obligado a abandonar el ejército y huyó Cuba.

En 1826 se descubre un complot constitucionalista en el que Mariana Pineda actuaba como intermediaria entre los liberales granadinos y los exiliados de Gibraltar. El alcalde de Granada, Ramón de Pedrosa y Andrade, ejercía también de subdelegado de la policía reprimiendo cualquier intento de alzamiento a favor de la Constitución de 1812. Debido a sospechas del alcalde, Mariana fue detenida y sometida a juicio por las autoridades. Terminaría absuelta por alegar ignorancia del contenido de las cartas y otros documentos hallados en su domicilio.

Tras estos sucesos, Mariana se fue de Granada por dos años, durante los cuales se le perdió la pista. De vuelta en 1828, intentaría ayudar a escapar de prisión al primo de su padre, el general de artillería Fernando Álvarez de Sotomayor Ramírez, quien había sido condenado a muerte por ser partícipe en el levantamiento de Rafael del Riego (1820), militar y político liberal. La estrategia a seguir para la fuga era intentar introducir unos hábitos de monje para que Fernando pudiera salir camuflado entre los múltiples frailes que entraban y salían del recinto penal. El plan de fuga tuvo éxito y Fernando se mantuvo escondido en casa de Mariana unos días antes de huir a Gibraltar.

Poco después, Mariana mantendría una relación sentimental con el abogado José de la Peña, con quien tuvo una hija en 1829. De acuerdo a su biografía, escrita por Antonina Rodrigo, es posible que la pareja contrajese matrimonio en secreto.

Pedrosa vs Pineda

Pedrosa, el alcalde granadino, estaba dedicado a conseguir atrapar a Mariana. Primeramente, intentaría reactivar todos esos casos de los que la liberal había salido impune, sin éxito alguno. El alcalde decidiría finalmente ser paciente y esperar que la oportunidad perfecta se le presente en frente. Le llegaron rumores de que unas bordadoras le estaban preparando una bandera liberal a Pineda con el inscrito de "Ley, Libertad, Igualdad".

Se dice que el alcalde esperó a que llevaran la bandera a casa de Mariana para organizar un registro, aunque hay quien comenta que todo estaba planeado y contó con la ayuda de algunas jóvenes. El 19 de marzo de 1831 tendría lugar este registro donde encontraron la bandera liberal y se llevaron a Pineda detenida.

Los últimos días de Mariana Pineda

Mariana Pineda permaneció nueve días bajo arresto domiciliario, durante los cuales intentó idear un plan de fuga. Fue descubierta por la policía, lo que empeoró su situación e hizo que fuese trasladada a la cárcel para "mujeres de mala vida", en el beaterio de las Recogidas de Santa María Egipcíaca (convento fundado en 1594 donde se ayudaba a las "mujeres descarriadas" a alcanzar su "reparación").

Pineda fue imputada por "rebelión contra el orden y el monarca", delito que en aquel entonces era castigado con la pena de muerte. La acusación estuvo centrada y basada en la bandera liberal encontrada en su casa, considerada "el signo más decisivo y terminante de un alzamiento contra la soberanía del Rey N.S. y su gobierno monárquico y paternal".

Mariana intentó defenderse en el juicio alegando que la bandera estaba relacionada con la masonería y no con la supuesta revolución liberal, pero todos estos argumentos resultaron en vano. La única opción que le dieron a Pineda para el indulto fue delatar a sus compañeros, a lo que ella contestó: "Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios".

Después de cuatro días de juicios, el 26 de abril de 1831 Fernando VII firmaba la sentencia por la que la joven sería imputada. De esta manera, el 26 de mayo de 1831 ante la mirada de un 'público' que se mantenía atento y en silencio, Mariana Pineda cumplía la pena de muerte por el método de garrote vil. Sus restos descansan desde 1856 en la cripta de la catedral de Granada. Al poco de su muerte, Mariana Pineda era ya considerada un símbolo y un mártir de la revolución liberal.

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