"Pido que no se haga política con lo que necesita Valencia ya. Las medidas económicas extraordinarias no pueden vincularse a Presupuestos". Es la respuesta a Vozpópuli de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, una vez preguntado por la intención de Pedro Sánchez de vincular las ayudas de largo alcance para la reconstrucción del área metropolitana de Valencia –y de otras zonas de Castilla-La Mancha y Andalucía arrasadas por la DANA– a la aprobación de unas nuevas cuentas públicas para 2025. "Son extraordinarias y urgentes, pero fuera del cálculo parlamentario de mayorías. Lo pido por favor", zanja el jefe del Consell valenciano.
La respuesta llega apenas tres horas después de que el presidente del Gobierno anunciara dicha intención en el Palacio de la Moncloa. El líder socialista ha visto en el desastre una ventana de posibilidad para estirar la legislatura. "Estamos hablando de cifras importantes desde el punto de vista económico: en este real decreto estamos hablando ya de 10.600 millones", ha justificado el presidente durante su comparecencia. "Son muchos recursos, a los que vendrán otros muchos que tendremos que pedir a las instituciones comunitarias, y otros que vamos a tener que desembolsar de nuestras cuentas públicas", ha desgranado para, a renglón seguido, confesar que tocará "revisar el impacto que va a tener sobre el déficit público y la deuda pública".
En definitiva, la única solución para Sánchez pasa por unos nuevos Presupuestos Generales del Estado que puedan "llegar cuanto antes a dar la respuesta más eficaz". "Necesitaremos unos nuevos Presupuestos", ha zanjado el líder del Ejecutivo. Una intención que se ha encontrado con el 'no' de plano del PP. "Es un asunto lo suficientemente grave y urgente como para someterlo a las habituales maniobras interesadas de Sánchez. Hasta ahí podíamos llegar", han lamentado tras la comparecencia de Sánchez fuentes de Génova. Para los populares, la intención del líder socialista no es sino un "chantaje" inaceptable.
La tregua entre Gobierno y principal partido de la oposición, entre PSOE y PP, por tanto, apenas ha durado 24 horas. Las que han pasado desde que Alberto Núñez Feijóo, por la mañana, enterrara públicamente el hacha de guerra y lanzara un mensaje de unidad y de que Miguel Tellado, por la tarde, mantuviera con el ministro plenipotenciario Félix Bolaños una reunión constructiva en el Congreso de los Diputados. "Agradezco esta buena disposición y este buen tono en la reunión del PP. Es una llamada a lo que ha de ser la respuesta a esta crisis", dijo Bolaños en la tarde de este lunes. Fuentes de Génova consultadas por este periódico reivindicaban, mientras, que han sido ellos quienes han enterrado el hacha de guerra porque "no es lo que España necesita y merece ahora".
Pero todo ha sido un espejismo, una ilusión, un paréntesis de buena voluntad del sanchismo. "En el mismo día en el que Sánchez pide públicamente apoyo a unos Presupuestos que ni ha redactado -como hizo ya en la pandemia-, el PSOE arrebata al PP la Alcaldía de Requena, uno de los municipios más afectados por la DANA, y perpetra la puesta de largo de los consejeros de una RTVE reformada al día siguiente de la tragedia para asegurar su control definitivo", lamentan en la dirección nacional del PP.
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