A grandes males, grandes remedios. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovecha el plan millonario de ayudas a Valencia aprobado este martes por el Consejo de Ministros para intentar sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Al líder socialista se le ha abierto una ventana de oportunidad para alumbrar, por fin, unas cuentas que le permitan estirar la Legislatura, que estaba encallada precisamente por lo complicado de poner de acuerdo a todos sus socios en el Congreso con los números.
"Estamos hablando de cifras importantes desde el punto de vista económico. En este real decreto estamos hablando ya de 10.600 millones. Son muchos recursos, a los que vendrán otros muchos que tendremos que pedir a las instituciones comunitarias. Y otros que vamos a tener que desembolsar de nuestras cuentas públicas. Por tanto, vamos a tener que revisar el impacto que va a tener sobre el déficit público y la deuda pública. Tenemos que encontrar los vehículos más eficaces, en el marco de los Presupuestos, para poder llegar cuanto antes a dar la respuesta más eficaz [a la catástrofe]. Y necesitaremos unos nuevos Presupuestos. Es evidente que el Gobierno de España, si antes decía que no iba a eludir la responsabilidad de presentar unas cuentas públicas, en esta ocasión esa responsabilidad se multiplica hasta unos límites colosales. Vamos a ofrecer a los grupos parlamentarios un nuevo marco presupuestario. Espero que podamos tener el apoyo mayoritario de la Cámara para poder tramitar unos nuevos Presupuestos", ha espetado Sánchez en rueda de prensa.
Sánchez ha justificado que la emergencia de la DANA obliga a los partidos a apoyar unas cuentas con las que poder hacer frente a los efectos de la tragedia. Antes de que la lluvia cambiara para siempre la Legislatura, Moncloa negociaba esos Presupuestos con muchas dudas sobre su viabilidad. Sin esas cuentas, la supervivencia del gabinete no se daba por segura. Pero la historia ha cambiado y ahora se presentan como necesarias. El Gobierno cree que difícilmente pueden ser rechazadas por los demás partidos. Y es que prorrogar las cuentas de 2023 no permitirían hacer frente a los efectos de la DANA.
Este lunes, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se reunió con los responsables de los grupos parlamentarios en el Congreso, a excepción de Vox, para abordar la situación tras la DANA. Según Sánchez, los partidos con representación han transmitido a los interlocutores del Gobierno su disposición a facilitar el trabajo legislativo en forma de reales decretos y órdenes gubernamentales para socorrer a la población arrasada por el peor desastre natural de la historia reciente de España, que ha dejado, al menos, 217 fallecidos.
El PSOE y el Gobierno ya han comenzado el relato para apuntalar una Legislatura que se ha visto atravesada por una tragedia colosal. En efecto, Moncloa ya se mueve para impulsar unos Presupuetos de recuperación que forzosamente deberá actualizar para paliar el desastre de la DANA. Por el camino, intentará arrastrar a todas las formaciones políticas. Ese será el salvoconducto que intentará emplear Sánchez mientras el ruido se multiplica y la guerra entre partidos y administraciones se recrudece. El propio Sánchez ha dicho que tiempo habrá para hacer análisis políticos y exigir responsabilidades. Quienes conocen al presidente siempre comentan que es un auténtico especialista en sacar provecho de las crisis inesperedas. Y ahora está empeñado en hacerlo de nuevo, como ya hizo durante la pandemia.
De manera que en la cabeza del equipo de Moncloa, los Prespuestos ya serán los que prioricen los miles de millones que, según las primeras previsiones del Gobierno, serán necesarios para reconstruir Valencia y prepararla para evitar futuros eventos parecidos. Los socios parlamentarios de Sánchez tendrán que valorar ahora si un rechazo a las cuentas dificulta el gasto y las inversiones necesarias para reconstruir las zonas afectadas por la DANA. El presidente quiere que los socies 'traguen' con la unión para socorrer Valencia. El tiempo y las imágenes de la destrucción juegan a su favor.
Pese a que el presidente no ha querido avivar la guerra abierta con el presidente valenciano, el popular Carlos Mazón, sí ha vuelto a deslizar que la responsabilidad sobre la tardanza de la Administración General del Estado a la hora de actuar en Valencia es suya. "El general de la UME fue claro en dónde están residenciadas las competencias. Las Fuerzas Armadas estaban dispuestas antes de que se activara la emergencia para entrar [en la Comunidad]", ha dicho Sánchez en respuesta al cuestionamiento de Mazón respecto al despliegue de los militares.