Política

El PSOE negocia con Iván Redondo un contrato de asesoría para hacer campaña hasta 2027

El ex jefe de gabinete de Pedro Sánchez no tendrá cargo alguno dentro del partido, pero planea desembarcar con un equipo amplio a sus órdenes

  • Iván Redondo y Pedro Sánchez

El PSOE negocia con Iván Redondo un contrato de asesoría para hacer campaña hasta 2027, según ha sabido este diario por fuentes del sector de la consultoría política y por fuentes socialistas que han trabajado mano a mano con él. Otras fuentes gubernamentales, sin embargo, aseguran no constarles esta negociación. El ex jefe de gabinete de Pedro Sánchez, en principio, no tendrá cargo alguno dentro del partido, pero sí planea desembarcar con un equipo amplio a sus órdenes para contribuir a definir la estrategia para lo que queda de legislatura. Será, en definitiva, un proveedor externo de servicios; su especialidad.

Redondo, como contó este diario, se ha dejado ver en el último año por el Palacio de la Moncloa en alguna que otra ocasión. Fuentes del partido explicaban que "desde que se fue, siempre quiso volver". El ex jefe de gabinete de Pedro Sánchez tendrá de nuevo voz en la táctica comunicativa y electoral de los socialistas. Sánchez ha dejado al PSOE listo para la guerra, a punto de culminar el proceso de renovación de los congresos autonómicos.

El actual equipo del gabinete de Presidencia conoce a Redondo a la perfección. El hoy jefe de gabinete de Sánchez, Diego Rubio, llegó al Palacio de la Moncloa de la mano del consultor vasco. Por tanto, cabe deducir que la sincronía entre las acciones de Ferraz y de Moncloa será total. En cualquier caso, que Redondo no vaya a tener un despacho como tal en el complejo presidencial o en Ferraz hará que la maquinaria no chirríe. Durante su etapa en Moncloa fueron sonados sus encontronazos con los 'pata negra' del socialismo, que siempre le vieron como un alien ajeno a las dinámicas internas del partido, así como con los equipos de asesores del resto del Gobierno, que vivían en permanente estado de tensión con él.

Redondo fundó hace casi dos décadas una consultora que ahora se ha convertido en todo un grupo empresarial, con sede en Madrid, enfocado en la comunicación política y en las relaciones públicas. Tras su paso por el Ejecutivo, el spin doctor más famoso de España relanzó su actividad en el ámbito de la consultoría. El Grupo Redondo se autodefine en su página web como "especializado en alta dirección" y dice contar con una gran experiencia en el ámbito público y privado, con "resultados contrastados". "Los consultores del grupo han asesorado con éxito a diferentes presidentes, candidatos, empresas, patronales, sindicatos, asociaciones, organizaciones del Tercer Sector y gobiernos. Tienen una importante presencia tanto en medios de comunicación nacionales e internacionales como en universidades dentro y fuera del país", detalla.

Grupo Redondo se estructura en cinco empresas: Redondo & Asociados, primera firma de contexto y estrategia en España como gabinete específico para presidentes y CEO; R&A Comunicación, consultora de comunicación y formación directiva; Opina 360, un instituto de investigación social para los clientes; Redondo Kapital, de asesoramiento en operaciones empresariales y Double Way, la productora audiovisual especializada en contenidos políticos de ficción y no ficción que, además, da servicio integral en imagen y sonido a todo el grupo. Y el CEO, como no podía ser de otra manera, es Iván Redondo, quien, como presume la web del grupo, "ha sido primer secretario de Estado, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de España (2018-2021), así como consejero en Presidencia y director de Gabinete de la Junta de Extremadura (2012-2015) [bajo la tutela del popular José Antonio Monago]".

En 2022, según publicó El País, su principal firma facturó casi medio millón de euros. Redondo ha compaginado este tiempo su labor de consultor con diversas colaboraciones mediáticas. En 2021 se incorporó al diario La Vanguardia como columnista, tribuna desde la que ha seguido dando pistas a Sánchez sobre cómo afrontar una legislatura que parece imposible. También pasó a formar parte del consejo asesor de la presidencia del Grupo Godó en Madrid. Su vinculación con Cataluña es total. El hoy presidente catalán, Salvador Illa, terminó llegando al Palau de la Generalitat gracias al trabajo previo de Redondo. Ambos están muy vinculados.

En cierta manera, Redondo es el origen de la estrategia de Sánchez de catapultar a sus ministros como candidatos autonómicos y líderes territoriales del PSOE. Illa fue el primer experimento y salió bien. Tan bien, que el presidente quiere repetirlo ahora con hasta cinco ministros: Óscar López, en Madrid; Pilar Alegría, en Aragón; María Jesús Montero, en Andalucía; Ángel Víctor Torres, en Canarias, y Diana Morant, en la Comunidad Valenciana.

El objetivo de Sánchez sigue siendo celebrar las elecciones cuando tocan, en 2027. No le interesa otra cosa, porque ahora no tiene buenas expectativas electorales. Hasta entonces, hay que resistir. El núcleo duro del Ejecutivo insiste en que el presidente apretará el botón electoral cuando le convenga y reitera que solo una moción de censura "improbable" puede impedirlo. "Pedro [Sánchez] convocará elecciones cuando nos convenga, no cuando le convenga a otros. Y el tiempo juega a nuestro favor. Habrá elecciones en 2027. La única forma de impedirlo es una moción de censura y no veo probabilidades de que salga", explica a este diario un estrecho colaborador del presidente, que tampoco cree que los escándalos que salpican al Gobierno determinen esa futura cita electoral.

Sánchez fulminó a Redondo en el verano de 2021 en una remodelación de su Gobierno inesperada por el cambio que supuso de puertas para dentro del PSOE. Pero el Sánchez que llegó a Moncloa en 2018 tras la moción de censura no se puede entender sin él. Todas las decisiones las tomaron juntos. Una orden de Redondo ponía firmes a las filas en cualquier ministerio. "Iván y Pedro son lo mismo", decían en el partido. Solo algunos dirigentes socialistas se atrevieron a plantarle cara. Fueron Carmen Calvo y José Luis Ábalos (a veces). Y Sánchez también purgó a ambos en la crisis de Gobierno de julio.

Como asesor, primero, y director del Gabinete, después, estuvo implicado en todas las decisiones importantes de Sánchez: la moción de censura, la repetición electoral o los indultos a los líderes del procés. Redondo marcó los tiempos de Sánchez y de los ministerios. Estuvo detrás de las fotos del Falcon y de cualquier otra imagen del presidente. Ideó las interminables rondas de Sánchez con la sociedad civil para esquivar el pacto con Podemos y animó al presidente a decir un día que traería a Carles Puigdemont a España y, al siguiente, lo contrario.

Redondo diseñó un Gabinete a su medida, más parecido a una consultora que a una alta institución del Estado al servicio del jefe del Ejecutivo. "No dejaba respirar a nadie", reconoce una persona cercana a un ya exministro. "Estaba encima de todo", recalca. Durante un tiempo, nada más abandonar Moncloa, Redondo se dedicó a intentar recuperar el foco. Primero, con la presentación de un libro sobre su experiencia junto a Sánchez, escrito por el periodista Toni Bolaño, y, segundo, con una entrevista en el programa de Jordi Évole. Tanto el libro como sus columnas, conferencias o apariciones esporádicas en televisión fueron un intento de ajustar cuentas con el PSOE, al que siempre culpó de haber convencido al líder de su salida. Ahora, Redondo quiere una segunda parte. Está por ver si será o no buena.

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