La manifestación de este jueves contra la reforma de las pensiones en París se ha visto empañada por duros enfrentamientos entre elementos violentos y las fuerzas del orden, la destrucción de mobiliario urbano y de escaparates comerciales.
Individuos vestidos de negro y con el rostro cubierto con capuchas que iban varios cientos de metros por delante del cortejo sindical lanzaron proyectiles a las fuerzas del orden, que respondieron con gases lacrimógenos durante el recorrido entre la plaza de la Bastilla y la Ópera donde está previsto que acabe la marcha.
En algunos puntos, provocaron incendios aprovechando la basura acumulada en las calles por la huelga de recogida que dura ya más de dos semanas, lo que obligó a intervenir a los bomberos.
A media tarde, fuentes policiales han informado de que ya se habían llevado a cabo 14 arrestos, así como numerosos heridos, entre los que hay 180 policías.
En paralelo a esos disturbios, el desfile sindical discurría de forma pacífica, con 800.000 participantes, según las primeras cifras de la CGT, lo que de confirmarse sería la mayor concentración desde que el pasado 19 de enero comenzaron las protestas contra la reforma de las pensiones.
Como en París, las manifestaciones también degeneraron en incidentes en otras ciudades del país, como Rennes, Nantes, Burdeos o Lorient.
Los principales líderes sindicales se habían desmarcado de los actos violentos y los condenaron, al tiempo que acusaron al presidente, Emmanuel Macron, de apoyarse en ellos para desacreditar la fuerza de sus manifestaciones.
Francia vive la novena jornada de protestas contra un texto de ley que retrasa en dos años, hasta los 64, la edad mínima de jubilación, que fue definitivamente aprobada este lunes después de que fracasaran dos mociones de censura contra el Gobierno, una de ellas por tan solo nueve votos.
Macron aseguró este miércoles que espera que la reforma entre en vigor antes de final de año, una vez que reciba el visto bueno del Consejo Constitucional, mientras que los sindicatos aseguran que mantendrán las protestas y las huelgas para forzar la mano al Ejecutivo y que la retire.