Primero fue Lemona, luego vino Andoain y ahora ha sido Barakaldo. En los tres casos miembros del colectivo Ernai, las juventudes de Sortu, partido heredero de Batasuna y matriz de Bildu, han derribado cruces erigidas durante el franquismo. Tres monumentos tumbados en seis meses. Es ya casi una costumbre que además de tumbar los monumentos, los hacedores presuman de ello en las redes sociales.
El tercero y por ahora último de estos episodios acaba de suceder en Barakaldo, en la dársena de Portu donde se encontraba la Cruz de Cabo Quilates. En el vídeo donde las juventudes de Sortu muestran el derribo de la cruz puede verse cómo tres jóvenes encapuchados utilizan un cable y un tensor para lograr su objetivo. Objetivo que justifican en las redes sociales como ejemplo de "lucha antifascista" enmarcado en su intento de lograr un "País Vasco libre y antifascista".
Los hechos ocurrieron la madrugada de este martes. El Ayuntamiento de la localidad vizcaína denuncia lo sucedido y recuerda que ya en 2020 acordó derribar esta cruz y sustituirla por una serie de paneles informativos sobre lo que ocurrió en este lugar. Porque esta cruz se erigió en recuerdo de hechos acontecidos en septiembre y octubre de 1936.
En plena Guerra Civil, en ese puerto estaban fondeados dos barcos prisión. Eran el Cabo Quilates y Altuna Mendi. Ambos fueron atacados en dos ocasiones por milicianos y soldados republicanos que lincharon a casi un centenar de reclusos acusados de simpatizar con el bando nacional (el de los militares sublevados contra la República). La cruz ahora tumbada por Ernai recordaba a esos asesinados.
Antecedentes similares
No es la primera vez que las juventudes de Sortu atacan este tipo de monumentos. El pasado diciembre, sin ir más lejos, miembros de Ernai derribaron una cruz en el monte Buruntza, ubicado en la localidad guipuzcoana de Andoain. Algo que entonces justificaron como una forma de "romper con el fascismo español". "En el camino hacia la libertad de este pueblo, no aceptaremos símbolos fascistas", decía la organización en su vídeo publicado en redes.
Entonces la alcaldesa de Andoain, Maider Laínez (PSE-EE), condenó "enérgicamente" el acto de sabotaje. "Tenemos claro que la cruz tiene un valor simbólico en Buruntza para muchas personas andoaindarras -expuso- y, aunque podamos no compartir o incluso rechazar el origen o la procedencia de la misma, tenemos que rechazar acciones que se hagan cómo estas de imposición unilateral y conductas que nunca se van a alinear con una actitud democrática". El Consistorio intentó aprobar un texto de consenso de condena a lo sucedido, pero no pudo lograrse porque Bildu y Podemos no quisieron sumarse.
Algo similar ocurrió en octubre en Lemona (Vizcaya). En vísperas del Día de la Hispanidad, 12 de octubre, Ernai tumbó una cruz de diez metros que fue erigida en el monte Peña Lemona en homenaje a los caídos del bando franquista en 1937 en las inmediaciones del lugar. En el vídeo que reivindicaba este acto podía verse a varios jóvenes utilizando martillos neumáticos y rotaflex para destrozar la cruz.
Asimismo los autores del derribo afirmaban que a los miembros de la juventud vasca "nos toca, hoy más que nunca, luchar contra el fascismo y el régimen del 78. (...) Hoy borrando símbolos franquistas del País Vasco y mañana, contra la Hispanidad, símbolo del colonialismo español, del fascismo y del régimen del 78".
Otros ataques de Ernai
Además de estos actos recientes, con al menos tres cruces derribadas en seis meses (puede ser que una cuarta, en Erandio, también fuera tumbada por este grupo), las juventudes de Sortu destrozaron otra cruz en enero de 2019 ubicada en Ondarroa. Ese monumento se construyó en 1958 en recuerdo de marineros franquistas que perecieron en el hundimiento del barco Baleares.
Poco antes del último sabotaje citado, concretamente en diciembre de 2018, desconocidos intentaron tirar la célebre Cruz de Olárizu de Vitoria, si bien dañaron la base pero no lograron su objeticvo. Un monumento que también recibió en mayo de 2020 un ataque con pintadas que llevaban el sello de Ernai.