El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, emprendió este martes una estrategia de reclusión. El líder socialista no quiere acaparar el foco tras su dulce derrota en las elecciones del 23 de julio. Sánchez sabe que es el único con posibilidades reales de formar gobierno, pero no va a precipitar su investidura. Moncloa quiere máxima discreción y eso implica alejar al presidente de la prensa para que no le pregunte por las negociaciones con Junts, la derecha radical independentista catalana -dirigida por Carles Puigdemont- que tiene en su mano hacer o no al secretario general del PSOE de nuevo presidente.
Por eso, Sánchez ha reducido el encuentro veraniego con el rey Felipe VI a un "despacho ordinario" en Zarzuela y ha evitado la cita habitual en el Palacio de Marivent, donde el jefe del Ejecutivo comparece ante los periodistas y responde a sus cuestiones. Según fuentes de Casa Real, la cita se ha concretado de "mutuo acuerdo". Pero estas mismas fuentes deslizan que es el presidente quien tiene la capacidad de condicionar el encuentro a su 'gusto'. Moncloa prefiere guardar silencio, aunque se limita a explicar que la reunión no se hará en Marivent por el hecho de que Sánchez está en funciones. Aunque hace cuatro años la interinidad de Sánchez entre el 28 de abril y el 10 de noviembre no fue óbice para que ambos se fotografiaran en Palma y el presidente respondiera a la prensa.
Ese, no obstante, no es el único foro que ha cerrado Sánchez. El presidente tampoco comparecerá ante la prensa para hacer el balance de fin de temporada que ha hecho los dos últimos años desde que llegó al Gobierno. De nuevo, otro espacio con prensa presente que Sánchez no quiere pisar. Moncloa lo achaca a que el mejor balance fueron los resultados de las elecciones. Pero lo que está claro es que no se quieren cometer errores. Es más, el equipo del presidente negó que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, contactara con Coalición Canaria para negociar la investidura. Y tampoco quiso confirmar que el PSOE esté tanteando a Bildu, como aseguró este martes su líder, Arnaldo Otegi. Moncloa quiere perfil bajo y dejar que sea el PP el que se cueza en su propia salsa.
La medalla por reducir el voto independentista
En el PSOE saben que las alianzas de Sánchez con los partidos independentistas y separatistas no le han hecho daño. Más bien al revés, en Ferraz se cuelgan la medalla por haber reducido el voto nacionalista e independentista a su mínima expresión en décadas gracias a los trasvases que llevaron al PSC en Cataluña y al PSE-EE en el País Vasco a ganar las elecciones. Y así lo reiteró también la ministra portavoz, Isabel Rodríguez en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Mientras, la coalición ya ha iniciado su cortejo a Carles Puigdemont. El PSOE y Sumar activaron a sus almas catalanas -el PSC y los 'Comunes'- para entablar contacto con el expresidente catalán huido de la Justicia tras el punto álgido del procés, en 2017. Tanto Pedro Sánchez como Yolanda Díaz saben que necesitan al menos la abstención de Junts (o un 'sí' si el PP se hace con un escaño más por el voto CERA) para reeditar el ejecutivo. Sumar fue el primero que anunció intermediario: Jaume Asens. Aunque Junts, a última hora del lunes, negó cualquier contacto oficial con el partido de la vicepresidenta. Y desde Moncloa incluso se resta credibilidad a la validez de ese supuesto intermediario Mientras, Ferraz niega que ya converse con Puigdemont, pero el PSC es quien tiene vía libre para hablar con él, según varias fuentes socialistas consultadas por este diario.
Puigdemont vuelve a colarse en la vida interna de los socialistas casi tres semanas después de que explicara en una entrevista que miembros del PSOE le ofrecieron el indulto a cambio de que decidiese venir a España y declarase ante el juez Pablo Llarena; algo que Ferraz se apresuró a desmentir. No obstante, una fuente socialista muy relevante en las negociaciones del primer gobierno de Sánchez, explica: "Era imposible hablar del indulto si no cumplía prisión". En el PSOE, además, apuntan al ministro de Cultura, Miquel Iceta, como más que probable interlocutor con el 'exiliado' de Waterloo en la actualidad. Pero para que nada de esto salte por los aires, Sánchez necesita desaparecer y decretar vacaciones. "Que la gente descanse y disfrute de las vacaciones", dijo el lunes a los suyos. El resto está por pasar.
hipie
No me sorprende lo más mínimo. Yo creo que le encanta dar "ordenes" a un Rey. . Y como han demostrado las urnas, a millones de españoles tampoco les importa que lo haga, así que ¿por qué no?
jgarejula2
Si Sánchez da forma a su investidura, que muy probablemente la dará, en esta legislatura veremos no sólo los referendums en Cataluña y País Vasco sino también el de Monarquía o República. Al tiempo.
Pepepelotas
Es indignante que 7 millones de españoles avalen las politicas y acuerdos de este fantoche y ponen la gobernabilidad de España en manos de un fugado. Esto solo ocurre en este país de incultos y radicales. La gente esta limitada y vota a favor de la derecha o la izquierda como burros con orejeras, pues no hay que premiar o castigar al que gobierna y si este lo ha hecho mal fuera y otro. Es difícil pensar que tu vecino prefiere a Otegi o a los separatistas y la vergüenza de negociar con un fugado El pp debe de blanquear a VOX que no es peor que Sumar comunistas y mejor que filoterroristas y separatistas. Y VOX debe de explicarse y repetirle a la gente lo que piensan, si dicen que hay violencia contra la mujer pero la llaman de otra forma, más real.
Pablito 1
Al hablar de Pedro Sánchez, no somos conscientes que lo hacemos de un elemento lioso y peligroso, donde, para él no existen ni moral, ni ética. Su despotismo hace pareja con su escaso interés por el valor democrático. Reparte donativos para acallar bocas y él perpetuarse en el poder, que a la hora de la verdad, cualquier cotorra subvencionada de las que está rodeado manda más que él.
Leonidas
Y suerte tendrá el Rey si no le quita la corona de plástico que lleva