En apenas tres horas, un madrileño puede pasar de estar en la plaza Mayor a una playa del Levante español. Muchas veces se considera a la Comunidad Valenciana la playa de Madrid, y las ciudades de la costa mediterránea albergan miles de segundas residencias de madrileños.
Las buenas carreteras, y el abaratamiento de los viajes en tren o avión hacen asequible poder hacer una escapada de sol y playa en un fin de semana. Las ganas de playa después de un año de pandemia se verán fortalecida por los datos de la calidad de las playas.
España ha vuelto a batir su récord de banderas azules que ondearán el próximo verano en las playas del litoral con 615 distintivos, 25 más que en 2020, lo que refleja la calidad de las aguas, el alto nivel de los servicios playeros y la seguridad que hay en las mismas. En el caso de la Comunidad Valenciana, el número se incrementa en tres, hasta las 153 playas. Estas son algunas de las playas más cercanas a la Comunidad de Madrid que ofrecen algo más que sol y arena.
Las mejores playas para una escapada
Estas son las playas más recomendables que se encuentran más cerca de Madrid y que son idóneas para hacer una escapada de fin de semana tras el final del estado de alarma.
Valencia, la Malvarrosa y el arrecife artificial
Trazando una línea recta desde el mapa uno de los puntos más cercanos a Madrid es la capital valenciana. Además de una amplia oferta cultural entre la que destacan el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la lonja, o la catedral, la capital del Turia ofrece una amplia playa, de arena fina y con un agradable paseo marítimo.
El nombre de esta playa provine del siglo XIX cuando existía una plantación floral de malvarrosas. Actualmente, la playa ofrece un sinfín de actividades como clases de fitness, crossfit, surf, paddle surf, wind surf, piragüismo y dispone de accesos habilitados para personas con algún tipo de discapacidad.
Además, desde el año 2014 la playa cuenta con un arrecife artificial que se ha convertido en otro de los grandes atractivos, especialmente para los aficionados al submarinismo. Pulpos, estrellas de mar y multitud de bancos de peces y algas pueblan el arrecife artificial, que ha demostrado así su capacidad para favorecer la repoblación natural de diferentes especies.
Gandía, el destino preferido de los jóvenes
Desde hace unos años, Gandía se ha posicionado como uno de los lugares preferidos por los más jóvenes. Su oferta de ocio nocturno hace que la ciudad valenciana atraiga cada año a miles de estudiantes que deciden terminar el curso con un viaje a esta localidad. Bacarrá, Falkata o Cocoloco son algunas de las discotecas que abren cada noche.
Además de los bares y discotecas, Gandía cuenta con una de las playas más extensas con más de tres kilómetros de fina arena con una media de 100 metros de anchura.
Las dunas de la playa del Dossel
Cullera, otra de las ciudades en las que miles de madrileños han invertido sus ahorros en una segunda residencia, alberga un rincón con un gran valor natural en la playa del Dossel. La playa contiene un valioso cordón dunar que forma parte del Parque Natural de l’Albufera.
Precisamente la naturaleza es uno de los principales atractivos de Cullera. Los arrozales de la Albufera atraen a una amplia variedad de aves, siendo las garzas uno de los emblemas de la zona, que convierten a Cullera en un punto idóneo para los aficionados a la ornitología.
Peníscola, playa con castillo
Viajando hasta la provincia de Castellón, encontramos otro de los destinos favoritos de miles de madrileños. Peñíscola da la oportunidad de visitar playas de fina arena como la playa del Sur, que cuenta con más de 300 metros de longitud y 35 de anchura, y otras de rocas como la playa Basseta.
Esta variedad se complementa con la visita obligada al castillo del Papa Luna del siglo XIII y residencia de Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor que fue nombrado Papa por la obediencia de Aviñón.
Situado en un pequeño peñón de la ciudad, el castillo puede ser contemplado desde la arena de la misma playa del Sur.
Tabarca, única isla habitada en Valencia
Hace siglos era un lugar temido, refugio de piratas berberiscos que desembarcaban en las costas valencianas para asaltar y secuestrar a locales. Hoy, la isla de Tabarca es un paraíso declarado Reserva Marina del Mediterráneo.
Situada frente a la ciudad de Alicante, la única isla valenciana habitada es una escapada dentro de la escapada. Cada día recibe a centenares de turistas provenientes del resto de localidades de la costa Blanca. Un destino ideal para pasar una tarde.
Además de su agua cristalina, esta pequeña isla es conocida por uno de sus platos, el caldero tabarquino.