Descalificaciones, preguntas personales, gritos y un juez tratando de mantener a duras penas la calma en su Juzgado. Ese fue el marco en el que se desarrolló el interrogatorio del abogado de Podemos a José Manuel Calvente, exletrado de la formación morada que ha denunciado al partido por múltiples irregularidades que van desde la licitación de las obras de su sede al presunto cobro de sobresueldos. En uno de estos momentos de tensión, el declarante llegó a llamar “calaña” al partido ante la impotencia del magistrado.
“No se ofusque”, “No pretenda confundir al tribunal con esas barbaridades”, “Si está usted atacándome, se ha equivocado”, “Terminen ya, no se hagan calificaciones mutuas”... Estas fueron algunas de las expresiones que se escucharon el pasado 27 de julio en el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid que dirige el juez Juan José Escalonilla.
Se trata de la investigación por la que se encuentra imputado el partido Podemos así como algunos dirigentes de la confianza del vicepresidente del Gobierno y máximo responsable de la formación, Pablo Iglesias. Parte de una denuncia de más de 50 folios presentada por Calvente en la que además se dan cuenta de contratos ficticios en campaña electoral o el cobro de comisiones por parte de pesos pesados de Podemos como el exdirigente Juan Carlos Monedero.
El de finales de julio era el segundo cara a cara entre Calvente y la formación después de su abrupta salida y la de una de sus compañeras de confianza Mónica Carmona, quien prestará declaración también en calidad de testigo en las próximas semanas. El denunciante concurrió por videoconferencia desde Cataluña, donde reside. La sesión superó las tres horas y casi la mitad del tiempo lo empleó el abogado de Podemos.
Tal y como se recoge en el vídeo de la declaración al que ha tenido acceso este periódido, prácticamente todas las preguntas daban pie a un intercambio entre el letrado y el denunciante que obligaban al juez a intervenir para que avanzase el interrogatorio. Una de las irregularidades que denuncia Calvente fue el apagón informativo que se produjo en el portal de transparencia de Podemos.
El abogado defensor de la formación aportó al tribunal un informe en el que se presentaba a Calvente como el responsable de que se hubiese limitado la publicación de las nóminas del partido. El aludido reaccionó de forma vehemente ante el juez y le advirtió de que se trataba de una prueba falsa. Alegó que ese documento era un borrador de otro informe definitivo posterior en el que simplemente recomendaba articular otra vía para hacer públicos los sueldos sin necesidad de ofrecer datos privados como los lugares de residencia o números de cuentas personales.
“Ese es el engaño que quiero que quede constancia. Pretender que ese documento sea definitivo es una prueba de la mala fe de Podemos que denuncio ahora mismo ante usted para que sepa qué tipo de calaña son. Perdone señoría pero estas cosas después de todo lo que hacen…”. “Bueno, haga el favor, venga, si le entiendo”, le cortó el juez para evitar un nuevo rifirrafe.
Antes de eso, el abogado le había preguntado a Calvente qué tipo de relación mantiene con su compañera cesada, Mónica Carmona. El denunciante contestó que en el pasado compartieron una sociedad, pero que la disolvieron hace una década y actualmente tan solo le presta la dirección de su despacho para los asuntos profesionales que tiene que atender en Cataluña.
Iglesias y Montero
También le preguntó si su exjefa al frente del área de penal de Podemos, Gloria Elizo, era la pareja del exgerente de la formación, actualmente asesor en Bruselas, Pablo Manuel Fernández Alarcón. Calvente se quejó por este tipo de preguntas personales y respondió con un dardo: “Todos lo sabemos, igual que Pablo Iglesias es la pareja de Irene Montero, es que no entiendo la pregunta”. El juez pidió al abogado de Podemos que siguiera con su cuestionario.
El tono de la sesión ofreció por momentos la impresión de que el denunciante era el investigado. Casi al final del interrogatorio, el abogado se reservó las preguntas más personales contra Calvente. Le preguntó si guardaba algún tipo de rencor hacia los dirigentes de la formación por su cese y le cuestionó acerca de unas declaraciones suyas en las que decía que sus problemas con el partido llegaron a raíz del caso Dina.
Se trata de otro de los frentes que afecta a Podemos, esta vez en la Audiencia Nacional y dentro de la macroinvestigación sobre las actividades del excomisario Villarejo. En un principio se centró en esclarecer si la trama policial le había robado el móvil a una asesora de Pablo Iglesias para difundir en prensa contenido perjudicial contra el partido.
"Es impertinente"
Pero a medida que ha avanzado el caso, el juez ha decidido indagar también si el vicepresidente -entonces en la oposición- acaparó durante meses la tarjeta de memoria del móvil de su asesora y la destruyó después de que se la devolviesen unos periodistas que la habían recibido de forma anónima. El juez apunta a que Iglesias pudo incurrir en un delito de revelación de secretos y otro de daños informáticos por lo que tendría que ser investigado en el Tribunal Supremo al ser aforado.
Diversos medios de comunicación han publicado los chats internos de los abogados de Podemos en los que se muestra cómo Calvente se distanció de la estrategia del partido que pasaba por presentar como una acción de las cloacas policiales el robo del móvil. En ese momento todavía no se había hallado en casa de Villarejo una copia de la tarjeta de memoria del aparato. Cuando el abogado de Podemos quiso vincular ambos casos en el interrogatorio del pasado julio, el juez Escalonilla le cortó en seco: “Es impertinente, no tiene relación con este procedimiento”.