El destape de Podemos en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo, consiguiendo cinco eurodiputados tras sólo cuatro meses de vida, ha venido provocado en buena medida por la amplia presencia de su líder, Pablo Iglesias, en espacios de televisión. Desde el propio partido reconocen esta circunstancia y admiten que de no haber contado con tal visibilidad habrían obtenido un resultado peor. En Podemos eran conscientes de que debían estar en las tertulias políticas de la pequeña pantalla a fin de conseguir la mayor repercusión posible.
Ahora, tras el 25-M, el objetivo que se han fijado es demostrar que no son flor de un día y que aspiran a metas más altas, a "convertir la indignación ciudadana en cambio político". Para ello, no sólo dispondrán del propio Iglesias o de su número dos, Juan Carlos Monedero, a la hora de lanzar sus mensajes en antena, sino que también recurrirán a sus eurodiputados (entre ellos, el exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo) y a su jefe de campaña: Iñigo Errejón. Este investigador de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense empieza a ser visto por los simpatizantes de Podemos como otro icono de la plataforma, como otro líder mediático de la llamada Nueva Izquierda.
Si bien Errejón había participado en actos de Podemos y en seminarios organizados por grupos de izquierda, su rostro era aún desconocido en televisión. Hasta esta semana. El martes acudió al espacio Al Rojo Vivo de La Sexta, donde el share aumentó al 10,7% (dos puntos más de lo habitual, esto es, unos 200.000 espectadores más), y el miércoles fue entrevistado en el Programa de Ana Rosa, de Telecinco. El efecto Podemos también hizo subir la audiencia lunes y martes a Las mañanas de Cuatro, que, con Pablo Iglesias en plató, llegó a un 12,8% de share ambos días (también dos puntos más de media).
Este bautizo televisivo de Errejón, respaldado por una notable cuota de pantalla, le catapulta como otro referente del partido para los próximos meses. Recogiendo ahora los frutos de haber sido el cerebro de la campaña electoral, la figura de Errejón está cobrando mayor protagonismo en las filas de Podemos que su número dos y tesorero, el profesor Juan Carlos Monedero. El último rostro de la Nueva Izquierda da un perfil más joven (30 años) y menos vinculado a IU que Monedero (51 años), que ha mantenido estrecha colaboración con la coalición comunista. Fue asesor de Gaspar Llamazares y ocupó el puesto 73 de su lista al Consejo Político en octubre de 2000. El PP se querelló contra él por registrar la web noalaguerra.org, que calificaba a los diputados populares de "asesinos" por respaldar la intervención militar en Irak.
"En el Estado español hay puesto en marcha un proceso de-constituyente, por el cual las élites están rompiendo el pacto social y político del acuerdo del 78", denuncia Errejón
El manejo de la televisión para generar impacto no ha sido algo improvisado por los estrategas de Podemos, sino todo lo contrario. El propio Errejón considera que la conquista de la cuota de pantalla es una de las claves de esta nueva formación. Así, en un reciente artículo ponía en valor "el uso estratégico de los liderazgos, en particular mediáticos, como el de Pablo Iglesias, y de formas plebiscitarias como palancas para abrir dinámicas de protagonismo popular", algo que, a su juicio, "fricciona con la matriz liberal de buena parte de las izquierdas europeas".
Errejón se encontraba en la Universidad Central de Venezuela realizando una investigación académica la pasada Navidad, cuando fue reclutado por Pablo Iglesias para ahormar el proyecto que tenían en ciernes. A él se atribuyen decisiones que han generado cierta polémica a nivel interno como la inclusión del rostro de Iglesias en el logo de la papeleta de Podemos o separar la elección del cabeza de lista en las primarias abiertas de otra para el resto de integrantes de la plancha.
El reto contra la oligarquía
Detrás de la imagen mediática que pueda proyectar, Errejón posee un discurso incisivo y engrasado. Lo demuestra en una entrevista del canal Galiza Ano Cero. En ella, sostiene, por ejemplo, que "en el Estado español ya hay puesto en marcha un proceso de-constituyente, desde arriba, por el cual las élites están rompiendo el pacto social y político del acuerdo del 78, con un asalto sobre las posiciones de los sectores subalternos en el Estado y de redistribución regresiva del poder político, de la riqueza, de la posiciones sociales".
La cuestión, a su juicio, está en si "frente a ese proceso desde arriba, ese proceso de paulatino secuestro oligárquico de la democracia, los sectores subalternos que están pagando la crisis y los ajustes van a ser capaces de poner en marcha un proceso de redefinición colectiva del marco de convivencia en beneficio de las mayorías sociales y sus necesidades". En este reto, Podemos va a dar batalla.