La fuerte discrepancia entre Podemos y Yolanda Díaz por el envío de armas por parte del Gobierno a Ucrania amenaza con dinamitar la unidad de la izquierda que persigue la propia vicepresidenta segunda. Pese a que este martes la titular de Trabajo dio por zanjada la crisis desatada por el rechazo de los suyos al auxilio militar a los ucranianos, fuentes moradas de peso insinúan que el lío ralentizará el despegue del proyecto político de la lideresa morada en el Gobierno. La propia Díaz fijó "en primavera" el arranque del "proceso de escucha" que la llevará de gira por toda España sin haber decidido si será o no candidata en una lista electoral.
No obstante, fuentes cercanas a la titular de Trabajo explican a este diario que Yolanda Díaz no cambiará el guion aunque la presión de los suyos y la tensión con el partido más importante del espacio confederal esté en máximos. Fuentes de la formación de Ione Belarra y del propio espacio morado afines a Díaz coinciden en que la "asfixia", como la denominó Izquierda Unida, a la que se está sometiendo desde Unidas Podemos a la vicepresidenta por el tema de Ucrania tiene una razón principal: la negativa de Díaz a cederles el control de su plataforma.
Podemos, a través de Sofía Castañón, una de sus portavoces en el Congreso, lanzó un recado a Izquierda Unida este martes por insinuar que los ataques del espacio a su lideresa ponen en peligro su continuidad en la política. "Quien piense que se está sometiendo a Yolanda Díaz a asfixia es que no la conoce", zanjó. Y es que el partido que fundó Pablo Iglesias volvió a cerrar filas con ella el lunes. También el exlíder quien, pese a los dardos, dijo en la Cadena Ser que es la mejor candidata para la izquierda y pidió que todos los militantes y cuadros lo tengan "claro" y "cierren filas".
El papel de Iglesias
En verdad, el gran problema de la relación entre Podemos y Yolanda Díaz es que el propio Iglesias se considera el padre político de la vicepresidenta. Es más, recordó que la nueva estrella de la izquierda está donde está gracias a él, precisamente, por llevar al extremo la negociación con el PSOE para entrar en el Gobierno en 2019. Es más, la propia Díaz y el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, no compartieron la estrategia de máximos de Iglesias. Por eso, tanto Podemos como su exdirigente se arrogan la auctoritas para controlar la plataforma de Díaz. El partido sabe que su marca está acabada, pero se sienten con autoridad moral para decidir cómo mutará su espacio político.
La izquierda española está larvando un conflicto interno que amenaza con arrasar cualquier atisbo de unidad. Y todo porque Podemos se está quedando sin mando dentro de los planes electorales de Díaz. La situación entre ambos, según las fuentes consultadas, es una disputa descarnada por el poder ante un futuro electoral incierto para los morados. La vicepresidenta segunda lleva tiempo insistiendo en que ella decide qué, cuándo y con quién respecto a su criatura política. Pero en Podemos empieza a inquietar el retraso, la indecisión y la falta de concreción de Díaz, así como el escaso liderazgo que está ejerciendo en asuntos claves para la izquierda.
Y hay algo que no acaba de gustar a los dirigentes morados, aunque lo entiendan: que Díaz se desentienda por completo de Podemos porque ella dará el paso ayudada por los sindicatos y para abrirse a la sociedad civil. Ese es el motivo por el que en la sede morada se ve complicado que ahora, tras el lío de Ucrania, el partido pueda mover cuadros y militancia a los actos en los que Yolanda Díaz quiere tocar el corazón de los españoles.
En verdad, el cuartel electoral de Díaz ha dejado claro por activa y por pasiva que lo suyo no irá de partidos y que la maquinaria morada no será, en absoluto, el centro de su proyecto. Y claro, cada día que pasa y cada batacazo electoral de Podemos, pone contra las cuerdas a los cuadros de Podemos y, en especial, a sus dos principales cargos: la secretaria general, Ione Belarra, y la responsable de acción de Gobierno, Irene Montero. Ambas ministras incendiario el domingo la coalición este fin de semana coordinadas por Iglesias, a quien las fuentes consultadas también atribuyen ese esfuerzo por controlar la gestación del proyecto político de Yolanda Díaz.