La Policía Nacional teme que los dos sicarios que atentaron la semana pasada contra Alejo Vidal-Quadras hayan conseguido abandonar España, según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli. Los investigadores de la Comisaría General de Información y la Brigada Provincial de Información tienen ya sobre la mesa el nombre de un sospechoso, un ciudadano francés de origen árabe, al que buscan por los indicios recabados en los últimos días.

Las diligencias de los agentes han permitido con celeridad avanzar en las pesquisas del intento de asesinato de Vidal-Quadras. En la órbita de los investigadores se encuentra un francés de origen árabe que podría estar vinculado con los hechos.

Un sicario de la delincuencia común

Los funcionarios tienen claro que el autor del disparo al fundador de Vox fue contratado por terceras personas. Lo que desconocen es si también comulga con las ideas terroristas de los que pagaron una cantidad de dinero por ejecutar la acción.

De todas formas, los agentes sospechan que este hombre fue contratado procedente del ámbito de la delincuencia común y no formaba parte de ninguna oficina de sicarios. Un perfil que refleja el fallo que cometió en el atentado que tenía planificado.

Y es que las fuentes consultadas por Vozpópuli subrayan que un sicario profesional hubiera ejecutado por detrás a su objetivo. No le hubiera dejado con vida después del primer disparo. Además, realizó una acción extraña antes del mismo.

El hombre, menudo y poco corpulento, se situó a la altura de Vidal-Quadras para efectuar el tiro. Una circunstancia que permitió al político girar el cuello y evitar un impacto directo que hubiera acabado con su vida.

La hipótesis iraní

Una ejecución fallida que demuestra la poca profesionalidad de sus autores. Ese es el primer detalle que desconcertó a los policías que se encargan de la investigación. Los agentes siguen pensando en la autoría de Irán, pero no descartan otras hipótesis. No solo en el régimen de Teherán, sino también en una facción de la oposición con la que confrontaba Vidal-Quadras.

La víctima del intento de asesinato, antes de ser operado, trató por todos los medios de que las sospechas se centraran en la pista iraní. Un amigo íntimo y los médicos que le atendieron en el Hospital Gregorio Marañón fueron sus confesores. Vidal-Quadras temía por su vida tras el disparo y quería dejar constancia de quién podría estar detrás.

Los mensajes de Vidal-Quadras

El fundador de Vox envió un mensaje a un amigo muy íntimo en el que le dijo que Irán había sido el ejecutor del atentado. Ya en el centro médico aseguró a los médicos que le trataban de la misma sospecha. No explicó, ya que no estaba en condiciones, si provenía las amenazas del Gobierno o de una facción de la oposición.

Sin embargo, Vidal-Quadras incluso llegó a pedir que le pusieran protección en el hospital ante el miedo de que los sicarios intentaran acabar con su vida de nuevo. También solicitó escoltas para su familia. Vidal-Quadras tenía todas estas inquietudes porque sabía de las amenazas hacia su persona del régimen de Teherán y de la oposición. Nunca había recibido nada en su domicilio pero sí le habían llegado por terceras personas.

El fundador de Vox en la Ciudad Condal sí que contaba con protección por las amenazas de los entornos independentistas. En cambio, en Madrid se sentía más seguro. Una circunstancia que fue aprovechada por los autores del disparo.

Vidal-Quadras evoluciona favorablemente de la operación quirúrgica del pasado jueves. Horas después de su ataque fue intervenido con éxito por los facultativos del hospital. Sin embargo, aún le quedan varios días de recuperación en el centro sanitario.

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