José María Aznar se ha convertido en las últimas horas en una especie de convidado de piedra de la campaña para elegir al futuro presidente del PP. Las referencias al 'aznarismo' de Pablo Casado, y los ataques director a su figura y su legado efectuados en las últimas horas por Dolores Cospedal han producido notable rechazo en el aludido, según fuetnes fiables.
Aznar no tenía previsto comparecer en público hasta el próximo viernes, cuando pronuniará la conferencia de clausura de la Escuela de Verano de Faes, la fundación que él preside, dentro del ciclo estival de la Universidad Complutense. "España y Europa", se denominan estas jornadas por las que están desfilando importantes especialistas en cuestiones comunitarias.
Aznar se había mantenido al margen de las primarias de su partido (todavía es militantes de base) hasta este martes, que, en forma no prevista, según las mencionadas fuentes, se plantará ante los micrófonos de Carlos Alsina. "Va a hablar de su curso", comentan con ironía en su entorno. Nadie duda, sin embargo, de que responda a las palabras de este lunes de Dolores Cospedal en las que señalaba que detrás de la candidatura de Casado está Aznar.
Una referencia que se lanza como acusación. También en el entorno de Sánz de Santamaría se deslizó esta especie, al arranque de la campaña, pero luego se abandonó. Cospedal, sin embargo, decidida a erigirse en estandarte de la herencia de Rajoy, pretende arrinconar a Casado como el representante del aznarismo, y así despojarle del respaldo de los votos jóvenes, en especial de Nuevas Generaciones, que inicialmente se inclinan en pro del antiguo portavoz del partido.
Casado, por otra parte, siempre se ha reclamado leal colaborador y fiel seguidor tanto de Aznar como de Rajoy, nunca harenegado de ello, por eso reacciona con cierta sorpresa hacia esas investivas que le llegan desde quien fuera su secretaria general.