El pasado martes por la tarde, en la sede de la Audiencia Nacional del municipio madrileño de San Fernando de Henares se celebró la última sesión del juicio de la 'Gürtel' valenciana. Y antes de que los procesados pudieran ejercer su derecho a la última palabra, los presentes en la sala tuvieron conocimiento de una noticia que hundió a los cabecillas de la red corrupta.
El Tribunal Supremo había confirmado la sentencia impuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia en la primera pieza separada de Gürtel, denominada 'Fitur', en la que Francisco Correa y Pablo Crespo habían sido condenados a 13 años de cárcel, y Álvaro Pérez 'El Bigotes' a 12 años y 3 meses.
Esta confirmación derrumbó a Correa y a 'El Bigotes'. Y este último fue el único que tomó la palabra para decir: "Estoy profundamente dolido y, mirando a la fiscal a los ojos, le puedo decir que hoy he decidido no volver a colaborar, porque hoy mirándola a usted creo menos en la justicia".
La tristeza de 'El Bigotes' tenía su origen, no sólo en la elevada pena de cárcel, algo que los integrantes de la trama ya tienen asumido, sino en la cuantía concreta de uno de los delitos por los que había sido condenado: la malversación continuada de fondos públicos, que acarrea una pena de 6 años de cárcel.
¿Y por qué tiene tanta importancia para 'El Bigotes' esta pena de 6 años de cárcel cuando fue condenado a un total de 12 años y 3 meses en el caso de Fitur? Porque el sistema legal español establece que ante la acumulación de varias condenas por delitos conexos, como son los de las diferentes piezas separadas de Gürtel, la pena total no puede superar el triple del delito con más años de cárcel, que en este caso es de 6 años, por lo que serían 18 años.
El triple
Por eso, 18 años será el periodo máximo que 'El Bigotes' permanecerá en la cárcel, pese a que el conjunto de condenas supere esta cifra, según establece el artículo 76 del Código Penal español, que indica, de forma textual: "El máximo de cumplimiento efectivo de la condena del culpable no podrá exceder del triple del tiempo por el que se le imponga la más grave de las penas en que haya incurrido, declarando extinguidas las que procedan desde que las ya impuestas cubran dicho máximo, que no podrá exceder de 20 años", aunque en casos excepcionales podría ser de 25 años o incluso más.
Sin embargo, el caso de Correa es muy diferente, ya que sobre él pende una posible condena por un delito de ocho años de cárcel por prevaricación. En este caso el triple, que serían 24 años, superan los 20 años, aunque en el caso del cabecilla de la trama, el límite podría ser de 25 años.
Este es el motivo por el que, pese a sus gruesas palabras del martes, 'El Bigotes', que en las próximas semanas sabrá si es condenado a 5 años y 2 meses de cárcel (menos de 6 años) por un único delito en la Época I de Gürtel, seguirá colaborando con la justicia, para evitar que en el resto de casos que emanan de Gürtel le sea atribuido un delito con una pena superior a los seis años de cárcel.
Así, aunque la suma total de sus condenas puede ser muy elevada (los 5 años y 2 meses de la 'Epoca I; 16 años y 6 meses en Valencia; y 12 años y 3 meses en Fitur), Álvaro Pérez no pasará más de 18 años en prisión, mientras que Correa y Crespo podrían estar hasta 25 años privados de libertad.
Uno de los implicados en un importante caso de corrupción, que ha solicitado su anonimato a este diario, calificó la sentencia de Fitur como "aviso a navegantes". De esta forma se ve de forma clara, apuntan las citadas fuentes, la diferencia entre colaborar y no hacerlo con la justicia.
Rebaja en Valencia
La mañana del martes, antes de conocer la firmeza de la primera condena a la organización criminal liderada por Correa, la situación de los cabecillas era bien distinta, pues habían logrado su objetivo, que la Fiscalía Anticorrupción rebajara su petición de penas en el juicio de la Gürtel valenciana, la segunda por orden cronológico que se ha juzgado.
Y consiguieron su objetivo gracias a que confesaron sus actividades ilegales, por lo que la Fiscalía pidió al tribunal una rebaja para Correa que va de los 22 años iniciales a los 7 años y 3 meses de prisión; para Pablo Crespo de 22 años a 13 años y medio, y para El Bigotes de 27 años a 16 años y medio.
Aquí 'El Bigotes' no sólo había logrado una importante rebaja, sino que consiguió que la Fiscalía Anticorrupción le redujera el delito de mayor pena hasta los 3 años (antes eran 3 años y 9 meses), lo que multiplicado por tres serían 9 años, la mitad justo de los 18 años que deberá afrontar por ser el triple de los seis años del delito de malversación de la pieza de 'Fitur'.
La fiscal del caso, Miryam Segura, ya aseguró durante la lectura de su escrito de conclusiones que le habría gustado que los cabecillas hubieran decidido en 2010 colaborar con la justicia, algo que hubiera permitido acusar a otras personas, "que no se encuentran aquí", y que "habría sido muy agradecer, no sólo por la Fiscalía, sino por la ciudadanía, que algunas cosas se contaran en 2010" y no durante el juicio que fue cuando decidieron confesar los acusados.