De un plumazo. Así se han cargado dos estamentos judiciales, la Audiencia Provincial de Madrid y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, la estrategia jurídica y política del matrimonio Sánchez - Gómez. Tanto las secciones 3 y 23 de la Audiencia como el TSJM, han dado carpetazo a los diferentes recursos presentados por la defensa de Begoña Gómez y a dos de las tres querellas presentadas contra el juez que la investiga, Juan Carlos Peinado, con argumentos que evidencian los intereses espurios y de encarnizamiento de la pareja presidencial contra el magistrado. Una estrategia con la que han señalado a Peinado cuyo único objetivo era, según Sánchez y Gómez, desestabilizar al Gobierno con la connivencia de la oposición. El mantra del "no hay caso", el argumento que han repetido hasta la saciedad desde el Ejecutivo, con ministros actuando como portavoces de la familia, ha quedado completamente desmontado.
Estas decisiones judiciales, mientras aparecen nuevos detalles que añaden más problemas para el presidente y su esposa, avalan el trabajo que viene realizando Peinado desde principios de año. Y defienden, con todas estas decisiones, el buen hacer del magistrado al que Sánchez, Gómez y sus secuaces, han llegado a acusar de "prevaricador". Ya no es, pues, solo una cosa de Juan Carlos Peinado. Jueces de la Audiencia Provincial y del TSJM opinan lo mismo. Desmontando así la teoría de la persecución política que esgrimía la factoría Moncloa.
Además, la Audiencia Provincial de Madrid tumbó los recursos de la Fiscalía y de Begoña Gómez y respaldó la continuidad de la investigación. No hay una causa general contra la esposa de Sánchez ni los trabajos que dirige el juzgado de instrucción número 41 de Madrid, a diferencia de lo que defendía Moncloa, son prospectivos. Los tribunales consideran que sí hay indicios suficientes para investigar posibles delitos cometidos por la esposa de Sánchez, presuntamente los de corrupción en los negocios y tráfico de influencias.
Desinformación gubernamental
La decisión deja claro que la investigación va a seguir. Que no habrá archivo de la causa. En contra de lo que afirmaba el jefe del Ejecutivo, en un claro ejercicio de desinformación, tratando de hacer creer una realidad paralela a la opinión pública. Pedro Sánchez, tanto en público como en privado, ha defendido en todo este tiempo que la causa acabaría archivada. La última vez que lo hizo, el pasado 12 de octubre, en los tradicionales corrillos de la Fiesta Nacional. Antes, tras escribir una sorpresiva carta a la ciudadanía, llegó a afirmar que todo era una operación "por lo que represento y defiendo". El líder del PSOE llegó a hablar de "acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa".
Golpe emocional
El rechazo de las dos querellas contra Peinado y a los recursos presentados por la defensa de Gómez, con el objetivo de frenar la investigación contra ella, no suponen únicamente un varapalo a la estrategia jurídica y política del matrimonio que habita la Moncloa. Es también un golpe emocional contra aquellos que se creían inmunes a todo. Contra la forma de actuar del presidente y su mujer, que para defender su honorabilidad, ahora puesta en duda por los tribunales, han usado instituciones como la Fiscalía o la Abogacía del Estado, cuya función principal es defender los intereses de todos. Con ese mismo objetivo, además, el de salvaguardar su imagen personal, también han arrastrado al barro a los ministros del PSOE. Los de Justicia, Transportes o la portavoz del Gobierno, incluso han vertido graves ataques y acusaciones contra el Poder Judicial. Empleando para dar credibilidad a su mensaje la sala de prensa de la Moncloa.
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