José Luis Ábalos (Torrente, Valencia, 1959) es un hombre asediado, pero con el orgullo intacto. Se vanagloria de no estar sometido a ninguna disciplina. Su mirada está siempre alerta. Vive con la tensión de quien dedica su agenda en exclusiva a defenderse en los medios y en los juzgados de todo cuanto se le acusa.
Y pese a que su auge y caída están ya escritos en la historia de España, no pierde su particular sentido del humor. Le cuesta poco zambullirse en el chascarrillo. Aunque tuerce el gesto cuando se le tocan las teclas sensibles. Recibe a Vozpópuli en su despacho provisional en el Congreso. Es miércoles y el presidente del Gobierno, de viaje oficial en Naciones Unidas, no está en la sesión de control.
El que fuera número tres del PSOE decidió mantener un perfil bajo tras el estallido del caso Koldo, pero la auditoría del ministro Óscar Puente, que le pone en la diana, ha sido la gota que le ha colmado y ha sacado toda la artillería, dispuesto a defender su gestión durante lo peor la pandemia. Ábalos habla de fuego amigo y denuncia que desde la cartera que él dirigía se quiere "contaminar" un procedimiento reconvertido a "circo mediático". No obstante, sabe que su imputación está cada vez más cerca y, por eso, reitera que su cometido consistió en buscar mascarillas en un momento de total emergencia sanitaria.
Ábalos marca distancias con quien fue su mano derecha, Koldo García, e incluso reconoce que le advirtió "muchas veces" de que no quería ver a Víctor de Aldama pululando por el Ministerio. El exministro se queda "de piedra" al conocer que el comisionista de la red recibió información privilegiada de Transportes en plena licitación, pero defiende el proceso porque "lo importante era no malversar".
Pregunta: ¿Cómo es su relación con Pedro Sánchez?
Respuesta: Ahora no tengo ninguna.
P: ¿Cuándo fue la última vez que habló con él?
R: Pues más o menos cuando la investidura. Y después también.
P: ¿Y por qué le ha pedido el reingreso en el PSOE?
R: No he pedido el reingreso. Ha pasado ya un tiempo desde que se tomó la decisión de suspenderme la militancia. Esta es una medida provisional. Lo único que advierto es que ante esa situación provisional, la dirección debe pronunciarse, ¿no? Si la prorroga, si la suspende, si definitivamente se me puede expulsar, en fin…
P: ¿Le han contactado?
R: No.
P: ¿Lo hacen para algo?
R: Me mandan cuál es la posición del grupo socialista, para que la sepa y haga [en las votaciones en el Congreso] lo que tenga que hacer.
P: Hay ministros que le siguen definiendo como "buen tío".
En general no tengo malas calificaciones. Ni dentro del partido. Incluso diré que en la propia oposición consideran que soy una persona capaz de dialogar. Mi problema está en determinados medios.
P: En el Consejo de Ministros no creen que vaya a votar diferente del partido en el Congreso…
R: Pues tienen mucha confianza en mí. Pero les pido que entiendan que mi lealtad, que está más que demostrada, tiene algunas exigencias. Y es que el respeto es fundamental.
P: ¿No se siente respetado?
R: No. El informe del Ministerio de Transportes para mí marca un antes y un después.
P: Sí, el Gobierno le señala a través de la auditoría de Óscar Puente por el caso Koldo....
R: Un informe de auditoría que no es parte del procedimiento, que nadie ha pedido y que se hace desde un Ministerio en el que hay altos cargos implicados en estas compras. ¿No lo entiende como un ataque? Sigo sin comprender la pertinencia del informe, porque cuando hay un procedimiento penal no hace falta que haya nada más. Estamos en la última ratio que existe en Derecho.
P: ¿Y si profundizamos, llegaríamos a Pedro Sánchez?
R: Llegaríamos al último que repartió. ¿Por qué no entregó albaranes? Y si los entregó, ¿Por qué no se guardaron? Ahí sí veo conveniente el informe. Eso sí sería lo propio de una auditoría, para corregir los errores o, en su caso, pedir responsabilidades. Pero es que en eso no entra.
¿Qué se pretende, enmendar al Tribunal de Cuentas? Hace la investigación sin dar cuenta al juzgado que lo investiga y es el juzgado el que tiene que mandar a la UCO a pedir el informe. Luego dicen que no tiene relevancia jurídica. No la debe tener, pero efecto político ha tenido todo.
P: ¿Entonces, se siente usted atacado por el Gobierno?
R: Naturalmente. Hay muchas alternativas para hacer las cosas bien y no contaminar un proceso. Luego está la otra parte de cómo unos empleados públicos pueden cuestionar una decisión política, que es la compra del material y si está o no debidamente justificado para un periodo de 15 días. Ya me parece temerario.
P: El 'exnúmero tres' de Transportes dijo al juez que Koldo García le trasladó con qué empresa había que contratar y que se lo creyó porque era como palabra de ministro. ¿Ordenó contratar con Soluciones de Gestión?
R: No. Y el propio subsecretario creo que ha dicho que yo nunca le dije eso. A mi nadie me pasó ninguna oferta, entre otras cosas porque no quería ni entrar.
P: Entonces, ¿Quién gestiona esta compra?
R: Al personal le ordené que había que buscar una empresa proveedora de mascarillas. Lo primero que hice fue llamar a Sanidad y se me advirtió que tuviera cuidado con las estafas. Mi celo era que las cosas se hicieran bien porque no había que ser un lince para saber que te la estabas jugando en un tema como ese. Estábamos con una legislación extraordinaria de emergencia, no de urgencia.
P: ¿Pero quién pone la empresa Soluciones de Gestión sobre la Mesa? ¿Fue Koldo?
R: Koldo fue una de las personas que estuvo buscando empresas. Pero yo creo que presentó más de una.
P: ¿Entonces por qué se contrató con esta cuando no era la mejor oferta?
R: Porque era la única que, según se me dijo, estaba dispuesta a adelantar el dinero y a un precio que en ese momento estaba por debajo de lo que estaba pagando. Además, incluía la logística y el transporte. Aquí lo importante era no malversar.
P: Llegaron ofertas al Ministerio y se facilitaron (al comisionista) Víctor de Aldama, que no formaba parte de la empresa. ¿Por qué?
R: ¿Y por qué se las tienen que mandar a Víctor de Aldama?
P: Eso le pregunto yo...
R: Es que Víctor de Aldama no es el Ministerio. Ahora sí que me deja usted de piedra.
P: La expresidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, declaró ante el juez que veía a Aldama en los pasos del Ministerio de Transportes…
R: Eso es otra cosa. Que lo viera por la relación personal que tenía con Koldo.
P: ¿Le parece a usted normal?
R: No, no me gustan esas cosas. Y bueno, él lo sabe. Lo advertí muchas veces. Que además si uno quiere verse no tiene por qué ser en un Ministerio. Hay muchos sitios donde puede mantener sus relaciones personales.
P: El procedimiento se ha centrado en Transportes, pero Interior, Canarias y Baleares también contrataron con esta empresa. Sin embargo el foco se pone en usted...
R: Yo creo que si realmente esto es de interés público, que se fiscalicen con el mismo sistema todas las demás (adjudicaciones) en este país y que se cojan los correos de todo el mundo y las conversaciones telefónicas. Esta es una investigación donde se han puesto recursos como si se tratara de una organización terrorista o de narcotráfico. ¿Es normal eso?
P: Señor Ábalos, la UCO dice que aquí hay una presunta organización criminal...
R: Esa es la clave. Es que si no, no podría haber investigación si no hay organización criminal.
P: Usted duplicó la orden inicial de compra de mascarillas de cuatro millones a un total de ocho en cuestión de minutos. ¿Por qué?
R: No lo sé, no lo recuerdo. Lo único que sé es que quería comprar y si con cuatro no conseguía proveedor, pues tenía que aumentar. Fu un momento de angustia, de no saber cuánto tiempo iba a durar la pandemia y con necesidad de tener material. Estamos hablando del sector del transporte. El país no se podía parar para mover lo esencial, en lo público y lo privado.
P: Señor Ábalos, aquí lo que se investiga es si hubo un acuerdo previo de miembros del Ministerio para darle a esta empresa el contrato antes incluso de que se hiciera público.
R: No fue así, pero aunque fuera así, de acuerdo a la norma, se podía. Es que estamos intentando entenderlo desde la contratación ordinaria, y no lo era.
P: ¿Se da por imputado?
R: Yo lo que veo es que la investigación desde el minuto uno, a nivel mediático, está sobre mí. Hay personas ahí investigadas de las que nadie habla, sin embargo, yo estoy en todo.
P: Pero no me ha contestado. ¿Cree que le van a imputar?
R: Con todos esos antecedentes todo parece indicar que hay mucho interés en que pase la situación de investigado.
P: ¿Habló usted con Javier Hidalgo de estas transacciones?
R: No. Lo que sí que necesitamos en un momento dado, yo recuerdo incluso hablar con Iberia.
P: ¿Pero con Air Europa usted no habló?
R: Yo creo que también, lo que no sé es con quién. Necesitábamos aviones, y esos aviones se facilitaron no por la idea de negocio, porque ellos perdían dinero en aquel momento.
P: Perdone que insista, pero si hizo tanto por traer las mascarillas, ¿No se siente defraudado por Pedro Sánchez que le está dejando caer de esta forma?
R: Yo es que no entro en eso. Yo solo sé que intenté estar a la altura. No solamente en esa ocasión. Lidié con otra crisis, mucho más breve y nada que ver, pero también histórica, que fue la Filomena, por ejemplo.
Las cintas del Delcygate deberían estar destruidas hace tiempo. Ahora, yo no tengo ningún inconveniente en que vean la luz. Es más, para mí se habría demostrado que cuanto dije era cierto.
P: Creía que nos iba a hablar del Delcygate…
R: No…. estoy tan aburrido de decirlo. Ahora hablan de las cuarenta maletas, Es inútil. El típico bulo de verdad. De esos que pasan a la historia.
P: Había varias personas del caso Koldo a pie de pista. ¿TIene algo que ver la deuda de que Venezuela tenía con Air Europa con el episodio del Delcygate?
R: Nada que ver. Nada que ver.
P: ¿Y por qué nunca se han visto las cintas? ¿Por qué se protegen con ese celo?
R: Por una cuestión legal, afortunadamente. Con ocasión del caso Koldo) han intentado reabrirlo. Esas cintas deberían estar destruidas hace tiempo. Ahora, yo particularmente lo he dicho siempre, ningún inconveniente. Es más, para mí se habría demostrado que cuanto dije era cierto.
P: ¿Si le imputan en el caso Koldo dejará al escaño?
R: No. Yo ya dije que esto me iba a permitir no solamente mi defensa, sino la defensa de lo que considero que no debe ser tolerable. El juicio político- mediático que se está haciendo es exagerado y no responde al propósito de hacer justicia. Responde al propósito de hacer escarmientos.
P: Usted conoce bien a la militancia... ¿Qué le dice? ¿Se siente alineada con el liderazgo de Sánchez? ¿Cree usted que lo está?
R: Sigo creyendo en un proyecto donde las bases tienen toda la capacidad decisoria. El proceso por el que trabajamos en el 16, el partido de las bases... sigo compartiéndolo. Aunque es evidente que los cuadros que llevaron esto no tienen ahora un nivel protagónico. Más bien, fueron los que se opusieron los que adquieren algún relieve. Pero eso son paradojas, ¿no? Sigo teniendo mucha relación con la militancia. Y siempre he gozado de su afecto, obviamente con algunos condicionantes que tienen que ver con mi relación con la actual dirección. Eso condiciona a la propia militancia, que lo vive con desazón.
P: ¿Hay libertad en el PSOE para discrepar?
R: La libertad no te la conceden... Todos, incluso cuando hay falta de libertad, tenemos capacidad para ser libres. Otra cosa es que te coarten. Las consecuencias... El problema es cuál es la ponderación que hacen [los compañeros] respecto de las consecuencias de su libertad.
P: ¿Y qué consecuencias tiene?
R: El partido, cuando se siente acosado, suele responder enrocándose. Y ocurre siempre, y es de naturaleza humana, que todo el mundo quiere preservar su estatus.
P: Escuchándole, parece imposible que surja un liderazgo alternativo al de Pedro Sánchez...
R: Ahora no. Primero, porque él es presidente del Gobierno, por lo tanto no cabe ningún cuestionamiento. Y luego, pues sí, la coyuntura política también hace. El escenario de polarización absoluta, desde luego, no permite ninguna posibilidad de liderazgo alternativo.
P: ¿Entonces él contribuye a la polarización para mantenerse al mando?
R: La polarización responde siempre a estrategias previamente diseñadas. En la medida en que [Pedro Sánchez] se ve acosado, como objeto de esa estrategia, pues su reacción sí que puede entrar en esa misma dinámica. Pero es que es muy difícil no sucumbir. Se da en muchas partes del mundo y tiene instrumentos claros.
P: ¿Qué instrumentos?
R: La primera es la identidad. Es decir, tratar de establecer una identidad negativa. ¿No? Situar la imagen de un enemigo que reúne todos los requisitos que uno puede detestar. Hay una deshumanización, hay una quiebra de la empatía y de sentimiento de pertenencia a un proyecto colectivo. Ya no lo hay. Entonces se proyecta sobre el otro todo lo que te parece abominable.
Esta estrategia en este país está diseñada por la derecha. Otra cosa es que la izquierda caiga en la trampa. Y además ahora tenemos herramientas que lo hacen mucho más fácil. El mundo digital. ¿No? Hay muchísima gente, especialmente joven, que los medios convencionales no los atiende. Pero no quitan la vista del móvil. Con lo cual, están intoxicándose mucho más.
P: ¿De manera que apoya usted el plan de control de medios del Gobierno?
R: Lo que pasa es que me parece que queda corto.
P: ¿Usted iría más allá?
R: Yo iría a un debate. En el mundo académico lo hay desde hace tiempo. Uno ha calificado incluso esta situación de infocracia. Porque lo que está en juego es la propia democracia. La libertad de expresión está limitada por la existencia de otros derechos. No hay ninguno absoluto. Ni en nuestra Constitución ni en ningún Estado de Derecho. Cuando se invoca libertad de expresión... No, perdona. Porque, además, es mentira. No existe una libertad de expresión personal, lamentablemente. La libertad de expresión está en quien tiene la capacidad para imponer un relato. Ese sí que tiene libertad.
P: ¿No le parece sospechoso que a Pedro Sánchez le inquiete la libertad de expresión justo cuando estalla el caso que afecta a su mujer?
R: Pues, lamentablemente, algo tiene que ver. Y digo lamentablemente porque no era necesario. Todo esto lo hemos visto con claridad desde la pandemia. Vimos planteamientos negacionistas muy peligrosos...
P: Usted contribuyó de manera decisiva al auge de Sánchez. Hay gente en el partido que bromea con que ya se ha convertido en el aparato que él mismo desafió...
R: Aparato siempre hay: es la organización del partido. Cuando se habla despectivamente de este concepto es porque hay algunas perversiones respecto de lo que debe ser garantizar el funcionamiento del partido. Pero sí observo que hay una cierta difuminación del proyecto original que puede ser consecuencia de vivir un acoso. Como la necesidad de fortalecer una respuesta unánime frente a ese acoso. Puede ser justificado, pero no deja de desvirtuarse una idea original.
Hay una cierta difuminación del proyecto original que puede ser consecuencia de vivir un acoso.
P: ¿Cuál ha sido el mayor error de Pedro Sánchez?
R: No, yo es que no... No estoy en conclusiones.
P: ¿Y el suyo?
R: Yo he tenido muchos. Siempre he ido contracorriente. No sé, tengo un gen. Soy muy reacio al poder. Y a los que lo representan. Tengo una vena libertaria. Quizá tiene que ver con algo de mi infancia.
P: El PSOE va a celebrar en noviembre el 41 Congreso...
R: Estoy muy distanciado. Me ha sorprendido alguna reacción de quien piensa que yo puedo tener algún interés... Ni remotamente.
P: ¿Le quiere dar algún consejo a los compañeros que van a perder la cabeza sin siquiera saberlo aún?
R: (Ríe) Yo no tengo que dar consejos.
P: ¿El José Luis Ábalos de ahora es el mismo que salió del Gobierno?
R: ¿Que salió del Gobierno? Ja, ja, ja. Sí, salido estoy.
P: ¿En qué ha cambiado esa persona?
R: Uno siempre es uno mismo. No te puedes escapar de ti.
P: ¿Qué quiere hacer ahora?
R: Me gustaría pasar página de todo, y encontrar otros aspectos de la vida. He tenido siempre una gran debilidad por América Latina. Siempre he dicho que ha sido lo más bonito que he hecho, donde mejor me he encontrado, y me gustaría poder retornar a ese ámbito.