Primero sorprendidos y luego atónitos. Así han ido evolucionando en el Gobierno de Melilla ante una inexplicable situación protocolaria que afecta al Palacio de La Zarzuela y de la que no recuerdan precedentes. El jefe del Ejecutivo melillense, Eduardo de Castro, es el único de los presidentes autonómicos que salieron elegidos de las urnas del 26-M que aún no ha cumplimentado la audiencia de presentación ante Felipe VI.
Lo más grave del asunto es que todos los mandatarios de CC.AA, a excepción de De Castro, desfilaron ante el Rey en los meses de julio y septiembre. El extremeño Guillermo Fernández Vara fue el primero, el 17 de julio, y luego le siguieron el resto, casi siempre en tandas de dos: el cántabro Miguel Ángel Revilla y el castellano-leonés Alfonso Fernández Mañueco el 19 de julio; el valenciano Ximo Puig y la balear Francina Armengol el 24 de julio; el canario Ángel Víctor Torres y el ceutí Juan Vivas el 29 de julio; y el asturiano Adrián Barbón el 30 de julio.
Tras el verano fue el turno de los presidentes a los que más les costó llegar al cargo. El murciano Fernando López Miras y el aragonés Javier Lambán fueron a La Zarzuela el 9 de septiembre; la madrileña Isabel Díaz Ayuso y la navarra María Chivite el 10 de septiembre; y, por último, la riojana Concha Andreu el 18 de septiembre.
El melillense De Castro lleva al frente de la ciudad autónoma desde el 15 de junio como en el resto de municipios españoles, así que perfectamente podía haber sido incluido en las tandas de julio. Especialmente llamativo es el hecho de que Felipe VI recibiese al ceutí Vivas y no a él, aunque en la Presidencia de Melilla preocupa más que La Zarzuela no le haya propuesto todavía una fecha tentativa para la audiencia.
Querellas judiciales
En la ciudad autónoma sospechan que el 'olvido' de la Casa Real se debe a que De Castro tuvo que enfrentarse en sus primeras semanas al frente del Ejecutivo melillense a varias demandas de PP y Vox por un supuesto incumplimiento en su proclamación para el cargo, pero ninguna de las querellas prosperó.
Luego llegó la disolución de las Cortes a finales de septiembre y un período pre-electoral en el que La Zarzuela evita todo acto que tenga un componente político, con el fin de salvaguardar la neutralidad del jefe del Estado, pero en Melilla creen que se ha llevado al extremo esta ley no escrita. Y, sobre todo, que más allá de buenas palabras, desde la Casa de S.M. el Rey no se les haya trasladado una fecha para esta cita pendiente.
De Castro es el único concejal de Ciudadanos y gobierna en Melilla desde junio gracias al apoyo de los 10 ediles de Coalición por Melilla (CpM) y los 4 del PSOE. Enfrente quedaron los representantes del PP (10) y Vox (2). Este peculiar tripartito puso fin a casi dos décadas de dominio del PP en esta ciudad autónoma.