Política

Así viven los funcionarios catalanes bajo el 155: "Esto es jauja"

La Generalitat funciona al ralentí bajo el 155. Sin incidentes ni presiones. Sin protestas ni 'hombres de negro'

  • Imagen de archivo de periodistas frente al centro del 112 de Reus

No hay descontrol pero sí se advierte cierto relajo sin desbarajuste. La administración catalana funciona al ralentí desde la aplicación del artículo 155. Descabezada la cúpula de la Generalitat por orden judicial, con todos los exconsejeros en prisión o a la fuga, con sus equipos más próximos dedicados labores políticas o sumidos ya en la precampaña electoral, el día a día en los departamentos transcurre sin sobresaltos. 

"Nos temíamos lo peor y no ha pasado nada", señalan fuentes sindicales de los funcionarios, que reconocen que la inquietud que se extendió por oficinas y negociados antes de la intervención del Estado se diluyó a los pocos días. "Si han venido los hombres de negro, aquí no los hemos vistos", señala el empleado público de una 'conselleria'. 

La opinión generalizada es que el relevo en las estructuras se ha llevado a cabo desde un punto de vista técnico. Se han cesado a 150 personas, personal eventual de libre designación, asesores, amigos, conocidos, gente del partido...No ha habido desembarco masivo de "gente de Madrid". La vía más usual en la comunicación entre el Gobierno central y el autonómico es el mail o el teléfono. "Ahora tenemos jefes a los que ni les hemos visto la cara. Se conducen con respeto y amabilidad y no tenemos constancia de encontronazos", señalan. Ni un expediente, ni una admonición, ni un cese entre el funcionariado. 

Sin noticias del nuevo Gobierno

El control es más exhaustivo se centra algunos departamentos, en especial los que tienen un perfil más político, como Interior, Gobernación o Presidencia. Al margen de los Mossos, por supuesto, objeto de particular atención. Economía es otra cuestión puesto que está bajo la supervisión del ministerio de Hacienda desde septiembre. En el resto, se ha impuesto la normalidad. Hasta ha aflojado el ritmo de trabajo. "Esto ahora es jauja", reconocen en privado en algunas oficinas, donde se percibe una caída en el volumen de trabajo y en la presión cotidiana. 

Pagos a proveedores, atención al público, cumplimiento de contratos, mantenimiento de los servicios, todo está en orden. Todo lo que estaba a punto, se ha ejecutado. Lo que la Generalitat tenía tan sólo en fase de estudio, se ha congelado. Sólo se cura lo urgente", señala Enric Millo, delegado del Gobierno en Cataluña,quien añadía, por ejemplo, que se han adquirido 300 máscaras antigás para los Bomberos. Un cuerpo, por otra parte, particulamente alienado con el golpe.

Diplomacia y guante de seda

"Estamos más tranquilos incluso que antes del 1O, porque la tensión política ha bajado y hasta las disputas entre el personal en el centro laboral han decaído", dicen en fuentes del funcionariado catalán. La convocatoria de elecciones también ha paralizado algunos proyectos e iniciativas. "Nadie sabe qué Gobierno vamos a tener, por eso no se mueve ni un papel", dicen en Presidencia.

Roberto Bermúdez de Castro, secretario de Estado para Adminsitraciones Públicas, dirige el operativo, con el apoyo del mencionado Millo. "Mucha diplomacia y guante de seda" es la norma. Soraya Sánez de Santamaría, que ejerce las funciones de presidenta de la Generalitat, no quiere ruidos ni disputas. Salvo en la jornada de huelga general, convocada por una minoritaria agrupación sindical, apenas se han detectado incidentes reseñables. 

Alguna asociación independentista ha movilizado a sus seguidores y simpatizantes. Se han celebrado protestas en la calle, tranquilas y pacíficas. "Diez minutos de gritos y a la calle", dicen estas fuentes. Incluso se ha habilitado una web para que los funcionarios muestren su solidaridad en contra del 155. Hasta el momento se han adherido 350 empleados de los casi 250.000 que hay en Cataluña. "No ha podido salir mejor".

La vicepresidenta del Gobierno comparecerá próximamente ante el Senado para dar explicaciones sobre el desarrollo de la apliación del polémico artículo. En un principio iba a ser el secretario de Estado quien realizara las explicaciones pero Mariano Rajoy ha optado porque sea su número dos en el Gobierno quien lleve a cabo esta intervención. "Todo va bien", como en la película de Godard

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