Política

La nueva vida de Javier Lambán: relax, escribir su nuevo libro y... ¿tertuliano?

El expresidente de Aragón se muerde la lengua hasta después del congreso regional del PSOE que catapultará a la ministra Pilar Alegría a la dirección autonómica

  • Javier Lambán, en una imagen de archivo. -

Javier Lambán (Ejea de los Caballeros, Zaragoza, 1957) habla con poso. Este miércoles, cuando renunció a su escaño en la Cámara Alta, puso fin a 42 años de política institucional que comenzó en 1983 en el ayuntamiento del pueblo que lo vio nacer. Ahora empieza otra vida mientras sigue peleando contra el cáncer que le diagnosticaron en 2021. "Sigo con tratamiento y eso, pero estoy razonablemente bien y, bueno, haciendo una vida más o menos normal", comenta por teléfono a Vozpópuli.

El expresidente de Aragón se va, pero no se retira. Ha cumplido con su palabra: "Todo el mundo sabía que cuando terminara mi etapa como secretario general dejaría el Senado. O sea, para la gente que me ha oído estos meses atrás, no es ninguna sorpresa", explica.

Quienes hayan escuchado a Lambán lo identificarán rápido. Su etapa al frente del Gobierno aragonés coincidió con Pedro Sánchez al mando de su partido, el PSOE, al que ha dedicado buena parte de su vida. En estos últimos años se erigió en contrapeso moral del líder, con quien mantiene una cercana enemistad, además de hondas discrepancias por su política de alianzas con el independentismo. Pero Lambán, que supo guardar lealtad a unas siglas centenarias, no quiere disparar a quemarropa. Se guarda las balas retóricas para después del congreso socialista de Aragón, que se celebrará los días 15 y 16 de marzo en Zaragoza.

Ese fin de semana, el expresidente de Aragón pronunciará su última alocución en un atril con el puño y la rosa y dará el testigo a la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que será ratificada como secretaria general por aclamación tras la renuncia del aspirante lambanista Darío Villagrasa. "Estoy pendiente del congreso para hacer mi discurso de despedida y empezar una nueva etapa", comenta Lambán.

—¿Y después qué?

—"Bueno, quiero seguir opinando. Opinando por escrito o hablado de las cosas que pasan, de mi visión de la política española, del futuro de España, de mi preocupación por el futuro del país. Y, básicamente, desde el punto de vista de la opinión pública, a eso me dedicaré", advierte.

Todo un aviso a navegantes. Javier Lambán, doctor en Historia, no va a callarse. No acostumbra a hacerlo. Ya el día que presentó su primer libro, Una emoción política (La Esfera de los Libros, 2024), lamentó que "ninguna fuerza política española está a la altura". Ni siquiera su querido PSOE, al que se afilió en 1983 procedente del anarquismo y al que se enganchó tras escuchar a Felipe González en un mitin que quiso boicotear.

Lambán seguirá el ejemplo de otros políticos que colgaron el escaño y se pusieron las botas ante la cámara, el micrófono o el folio en blanco para el periódico. Como Susana Díaz, Pablo Iglesias o Esperanza Aguirre... por poner un ejemplo por color. Mientras, el político socialista seguirá dando vida a su próxima criatura: "Estoy escribiendo un libro sobre la reforma agraria republicana en Aragón, que es una adaptación de mi tesis doctoral que leí hace diez años". Pasa cinco horas al día en su escritorio dándole a la tecla. Y promete no manchar las páginas de política. El expresidente aragonés escribe, fundamentalmente, porque es un gran lector.

"El libro que estoy haciendo, lo estoy haciendo como historiador, esforzándome en hacerlo como historiador y no como político. Yo siempre he pensado que la historia se tiene que hacer desde una perspectiva técnica, objetiva y contando las cosas como fueron, sin ponerlas al servicio de ningún relato político. Y eso es lo que estoy haciendo", aclara.

Desde hace ya algún tiempo, el expresidente aragonés pasa más tiempo en casa —vive en su pueblo natal—, con su mujer y sus dos nietas. "Hay días que me voy a Zaragoza, porque he quedado con gente y tal, pero los días que me quedo en casa, estoy más relajado escribiendo".

Decir adiós no es fácil. Y Lambán se ha tenido que despedir de la institucionalidad que ostentó y que vivió como un honroso acto de servicio público. "Lo que produce más nostalgia y de lo que cuesta más prescindir no es tanto de la vida orgánica [de partido] como de la institucional. Y eso ya lo hice hace dos años cuando perdí las elecciones autonómicas y dije que ya no me volvería a presentar", dice.

El expresidente de Aragón, un ferviente entusiasta de la Historia de España, vive su españolidad a través de su tierra: "España tiene una historia fascinante. Su aportación a la humanidad no la tiene casi ninguna otra nación del mundo. Pero somos tan imbéciles que nos infravaloramos estúpidamente". No le faltarán tertulias mediáticas en las que sentarse, incluso en Barcelona. Lambán fue profesor de lengua, latín y griego. Se licenció en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza y los dos últimos cursos los hizo en la universidad central de la ciudad condal, donde aprendió el catalán que cantan sus admirados Lluís Llach y Joan Manuel Serrat.

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