Política

Feijóo calcula un trasvase de 650.000 votantes del PSOE al PP

Los trackings de Génova cifran en un 50% la suma con Vox y afianzan la estrategia social para captar electores socialistas

  • Feijóo, este jueves en Madrid. -

La teoría de la manta. ¿Cubrir los pies? ¿La cabeza? En términos políticos: apelar a un electorado o a otro. Porque siempre hay que elegir. Y con el panorama actual, el Partido Popular tiene claro que quiere ensanchar su base electoral por el centro. Más que por la derecha, donde Vox vuelve a recuperar terreno, como reflejó el último sondeo publicado por este diario. 

Alberto Núñez Feijóo, con las encuestas internas que recibe a diario en la mano ha sacado la calculadora, ha hecho sus números y ha detectado que se beneficia de un trasvase de 650.000 votantes procedentes de orillas socialistas. Así lo señalan a Vozpópuli fuentes próximas al presidente popular. 

Desde hace meses, el PP combina dos líneas de acción muy distintas: una reactiva a las decisiones del Gobierno, con la consiguiente respuesta política, judicial y social a cada polémica o escándalo que se tercie; y otra proactiva, destinada a desplegar toda una agenda programática para captar votantes entre los distintos caladeros. Para muestra, el Plan de Vivienda presentado ayer en Madrid, que busca ofrecer una respuesta al problema que más preocupa a los ciudadanos, según el CIS.

La agenda social de Feijóo

Conciliación, reducción de la jornada laboral, sanidad, o vivienda son algunas de las temáticas que los populares han introducido en agenda en los últimos meses para llevar a sus aguas a aquellos que en las últimas elecciones generales se decantaron por otras formaciones políticas. La sombra del 23-J ilumina algunas decisiones. "Si les quitamos votos a Vox nos siguen faltando cuatro escaños para sacar una investidura", sintetiza una persona de confianza de Feijóo. 

A juicio de distintos dirigentes del partido, toda vez que "ha dejado de funcionar" el miedo a la ultraderecha, que todavía agita Pedro Sánchez para mantener su suelo electoral, hay que neutralizar otra de las críticas más recurrentes: que no presentan ninguna alternativa. "Con todo lo que estamos haciendo no pueden decirnos que no llevamos propuestas", subraya un portavoz oficial de la formación.

Este jueves, en Madrid, Feijóo desveló sus recetas para atajar la crisis inmobiliaria en España. Muchas de ellas ya figuraban en el pacto que alcanzó a comienzos de mes con sus barones en la cumbre de Asturias. Otras, sin embargo, eran nuevas, como la propuesta de agilizar la construcción de viviendas con una reducción del promedio actual de diez años a cuatro. Y destinar la mitad de las nuevas viviendas construidas o rehabilitadas a alquiler y compra asequible.

En los trackings que llegan a Génova de forma habitual resaltan varios datos: que la suma entre PP y Vox alcanza cotas históricas, con un porcentaje que a veces incluso sobrepasa el 50%, cifras nunca antes vistas en el espacio del centroderecha. Y que el hundimiento de Sumar no beneficia al PSOE, incapaz de romper el techo de los 120 escaños. Fuentes populares argumentan que eso significa que todo lo que Sánchez recoge de Yolanda Díaz, lo pierde por la derecha.  Por lo que el PSOE no logra, ni de lejos, retener a los votantes que cosechó en las últimas generales.

En ese sentido, la última encuesta publicada por Vozpópuli desvelaba otro elemento a tener en cuenta: un 35% de los que acudieron a las urnas con la papeleta del PSOE en la mano, hoy se quedaría en su casa. Y un 8,5% se fugarían al PP. 

Todos estos elementos explican también el giro de Feijóo con el polémico decreto ómnibus del Gobierno, el principal asunto político de los últimos días. No son pocos los mandos populares que admiten la dificultad de explicar que lo que hace una semana fue 'no' ahora es 'sí'. Pero los populares temían una campaña del Gobierno que les pusiera contra las cuerdas con un electorado clave: los pensionistas.

Incialmente, la bancada popular justifica que se opuso al texto -lo que propició su derogación- porque contenía una amalagama de medidas de lo más variopintas: desde la revalorización de las pensiones hasta un palacete para el PNV. Finalmente, el Ejecutivo aceptó trocear la norma y llevar lo mollar: pensiones, bonificaciones al transporte, ayudas para los damnificados a la DANA y escudo social para familias vulnerables. 

Y el PP, insisten fuentes de la formación, actuó en conciencia. "Si llegamos a decir que votamos en contra, la campaña entre los jubilados iba a ser tremenda", concede un mando destacado del partido, que alaba el volantazo de su jefe.

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