"No vamos a decir nada porque es una carta para consumo interno", señalaban este miércoles a Vozpópuli fuentes gubernamentales tras hacer pública ETA una misiva en la cual anuncia que ha "disuelto" ya todas sus estructuras "completamente" y ha "cerrado un ciclo".
Hay dudas al respecto porque un grupo de etarras irreductibles agrupados en torno a las siglas Aministía ta Askatasuna (ATA) y liderados por el preso Iñaki Bilbao Goikoetxea y por el portavoz del colectivo, Jon Iurrebaso, pretenden mantener viva la llama del conflicto y se han apropiado de una treintena de pistolas y material explosivo que no quieren entregar.
Aunque fuentes de la lucha antiterrorista no creen que ese colectivo esté en disposición de continuar la actividad armada, en los círculos políticos se prefiere la prudencia a la hora de dar por finiquitada la violencia.
Y es que, después de la expectación creada con la emisión de un supuesto vídeo de la banda este jueves -se llega a especular incluso con la reaparición de Jose Antonio Urrikoetxea alias Josu Ternera-, la carta de ayer ha causado sorpresa en La Moncloa y en Ajuria-Enea, sede del Gobierno Vasco.
Los Ejecutivos vasco y navarro harán una valoración "compartida" cuando haya concluido todo el acto de disolución de la banda etarra
Tanto es así que ninguno de los dos gobiernos quieren apresurarse a hacer valoraciones, prefieren esperar acontecimientos. Primero, este jueves, víspera del acto en Cambó (Sur de Francia) con los autodenominados verificadores internacionales, ver el contenido del vídeo etarra, si es que existe, y luego el propio acto en sí del viernes.
El Ejecutivo de Vitoria, además, quiere hacer una valoración "compartida" final con el Gobierno Navarro, que preside la nacionalista vasca Uxue Barkos, de lo que ha sido medio siglo de terrorismo.
ETA llega a su adiós únicamente con media docena de liberados huidos de la Justicia, cuyo origen en la kale borroka, sin experiencia en atentados y que, por tanto, no han tenido capacidad para regenerar sus estructuras.
Lo que queda de ETA son media docena de 'liberados' sin experiencia y un centenar de terroristas veteranos en Hispanoamérica que llevan años huídos de la Justicia
De hecho, la última cúpula con algo de "solera" fue desmantelada por la Guardia Civil en colaboración con la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) francesa en septiembre de 2015 con la detención de David Plá e Iratxe Sorzábal, a quienes relevó Mikel Irastorza, capturado tan solo un año después.
Antes, se habían sucedido diversas operaciones contra sus estructuras y, así, la Guardia Civil puso bajo las cuerdas al llamado "frente de cárceles" y desmanteló su aparato logístico con el arresto de su máximo responsable, Xabier Goienetxea, y su mano derecha, Joseba Iñaki Reta de Frutos.
Y en lo que queda de ETA hay que añadir los entre 80 y 90 huidos especialmente a Latinoamérica, muchos de ellos a Cuba y Venezuela, como refugio último después de una vida dedicada al terrorismo.